Aquel sábado me había juntado con Alex y Zoe a almorzar en mi casa, y obviamente el tema Nathan era el centro de la charla. Mi amigo ya estaba al tanto de toda la situación para entonces y no paraba de decirme que todo eso estaba mal. Al contrario de Zoe que me alentaba a que estuviera con él.
- Entre ustedes que se contradicen y mi cabeza que me da mil vueltas me voy a terminar volviendo loco. - comenté mientras comíamos. No paraban de discutir entre ellos sobre quién tenía razón.
- A ver...yo no conoceré tanto al chico como tú ahora pero dudo que se esté tomando esto en serio. - dijo Alex - Seguro está jugando contigo. O sea ¿de la nada el más mujeriego y más heterosexual chico de la universidad siente cosas por otro chico?
- ¿Y por qué no? - lo interrumpió Zoe. - Uno no controla lo que siente. ¿Qué tiene de malo que quiera probar otras cosas?
- Pues eso es lo que molesta en todo caso. Que quiera "experimentar" con Liam. - respondió un poco molesto. - Liam está para cosas más serias, ya sabes cómo es. - Hizo un gesto señalándome y continuaron hablando como si yo no estuviera ahí.
- Yo creo que Liam tiene que disfrutar más la vida y dejar de pensar tanto las cosas. Si ellos se gustan, déjalos que hagan lo que quieran. Ya están grandes.
Hacía mucho que no estaba con nadie. ¿Y qué si mi amiga tenía razón y debería aprovecharlo?. Yo siempre había sido de tener relaciones serias o nada. ¿Debería hacer una excepción entonces? ¿Probar y saber que se siente tener relaciones más...libres y casuales?
- Liam no sirve para esas cosas, sin ofender. - continuó Alex mirándome al decir eso último. - Es demasiado sentimental. Ya todos sabemos cómo va a terminar esto.
- Oigan, ya dejen de hablar de mí como no si no estuviese presente. - los interrumpí. - Tampoco soy un tonto que va a dejarse usar. - miré a Alex. - No me voy a enamorar de él ni nada por el estilo.
Claro que no me iba a enamorar de él. Apenas lo había estado empezando a ver como un amigo. Sí, me atraía y me gustaba pero ¿de ahí a enamorarse por qué nos demos un par de besos? No, eso no.
- Entonces ¿ya te decidiste?- preguntó confundida Zoe - ¿Vas a seguir enviándote estos mensajitos con él?
Les había mostrado la conversación con Nathan del día anterior. Zoe fangirleó como una loca y Alex me había dicho que me estaba metiendo en la boca del lobo.
- No sé, cuando lo vea veremos que hacemos con todo este asunto. - respondí poniéndome nervioso.
Habíamos arreglado para vernos esa tarde en su casa y eso me tenía un poco alterado desde entonces. Teníamos que hablar del tema cara a cara.
- Ya sabes lo que va a pasar si vas a su casa. - dijo Alex.
- ¿Qué? - pregunté haciéndome el tonto. Ya sabía a qué se refería por supuesto.
Alex suspiró y siguió comiendo como si el tema le estuviese cansando. Nos quedamos callados todos por un momento. Se sentía un poco tenso el ambiente. Sobre todo con mi amigo.
- ¿Sexo tal vez? - decidió hablar Zoe con una sonrisa.
- ¿Qué? ¡No! No voy a tener sexo con él. Ni siquiera sabemos si va a querer hacer eso.
- ¡¡Ay, por favor!! ¿Y qué pretendes? Él quiere volver a la acción, te lo dejó más que claro en esos mensajes. Y a ti te gustó. Date un gusto de vez en cuando.
- ¿Ya podrías dejar de alentarlo? - exclamó Alex. Se lo veía enojado. - ¿Acaso quieres que termine lastimado?
- Alex, no soy un bebé ¿okay? - le respondí molesto. - Nadie va a lastimarme. ¿Tan ingenuo me crees? Puedo cuidarme bastante bien solo.
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El chico que detesto
Romance¿Qué pasa cuando es el hetero el que insiste en buscar al chico gay? Nathan, con su personalidad extrovertida, su gusto por las fiestas, salir a divertirse, beber y llevar a la cama a cualquier chica que quiere, no puede dejar de querer obtener la...