70 | Nathan

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Estuve a punto de llorar todo el camino hacia mi casa. No sabía si quiera por qué me estaba aguantando si lo único que tenía ganas de hacer era llorar como un bebé. Todo lo sucedido me estaba doliendo muchísimo y lo peor era que yo solo me había provocado todo ese dolor.

Cuando llegué, en la puerta de mi casa estaba Marco apoyado en ella. Era como si me hubiese estado esperando.

- Hey ¿estás bien? - me preguntó cuando me vio llegar. Se acercó a mí y me miró preocupado.

Ni siquiera le pude responder. No sé qué me pasó, simplemente sentí que explotaba por dentro y las lágrimas empezaron a salir de mis ojos. No podía parar. Me tiré encima de Marco y lo abracé mientras no podía parar de llorar. Él no me dijo nada, solo me abrazó también. No había mucho que decir tampoco. Estaba más que claro que todo se había ido al carajo.

Minutos más tarde dentro de casa, Marco me había preparado un té y ya estaba un poco más calmado, pero aún me seguía sintiendo horrible.

- ¿Quieres que hable con Liam? - me preguntó sentándose a mi lado.

- No, ya me dijo todo lo que tenía que decir. Se terminó - le conté.

- Pero él te ama, lo sé.

- Y yo a él. Pero es obvio que no sirvo para esto. Lo lastimé. Lo arruiné todo, Marco.

- Liam va a perdonarte. Vas a ver. - intentó animarme.

- No lo hará. Ni tampoco debería aunque eso quisiera. Yo no soy bueno para él, lo sabía. Siempre lo supe. Tal vez...esto sea lo mejor.

- No digas eso. ¿De verdad vas a dejarlo así en lugar de intentar arreglarlo?

- ¿Qué quieres que haga, Marco? El daño ya está hecho.

- ¡Habla con tus amigos! Diles la verdad y a la mierda con todo. Pasé lo que pase, no vas a estar solo. Lo vas a tener a Liam, y a mi también. Voy a estar para lo que necesites - sonrió.

- Gracias. Tu sí eres un buen amigo. Pero aunque hiciera todo eso, Liam no va a perdonarme. Fue muy feo lo que le hice. Diablos, ¿en qué estaba pensando? - tenía ganas de autogolpearme por lo que había hecho. Me detestaba tanto en ese momento.

- Te sentiste presionado y te asustaste...y el amiguito de Liam, Alex, no ayudó mucho que digamos. Y con todo el mundo mirando no supiste cómo reaccionar. Tampoco te tortures tanto...

- Marco, no intentes buscar excusas para lo que pasó. Pude haber hecho las cosas bien y sin embargo reaccioné de la peor manera. ¿Sabes por qué? Porque soy un cobarde.

- ¡Bueno, ya está! ¡Ya te equivocaste! Tienes razón! ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Seguir huyendo de todo? - preguntó.

- No sé qué hacer. Pero sea lo que sea...será lejos de Liam. No voy a volver a lastimarlo de nuevo - afirmé.

Claro que quería volver con él, que me perdonara y me diera otra oportunidad. Era lo que más deseaba. Pero ¿y luego que? Seguramente volvería a cargarla. Encontraría otra forma de arruinarlo todo nuevo. Liam no se merecía eso. No se merecía a alguien como yo. Aunque me doliera en el alma, tenía que alejarme de él. Recordaba la forma en la que me miró ese día en la facultad antes de salir corriendo y se me partía el corazón. No quería volver a ver esa mirada en él nunca más. Le había suplicado volver una sola vez, pero no iba volver a hacerlo. Ya me había decidido.

- Creo que de esa forma, ambos van a sufrir mucho más. - comentó Marco.

- Tal vez yo sí, pero Liam no. Él es un chico fuerte, sé que ahora está dolido pero lo superará. Me superará y encontrará a alguien mejor.

El chico que detestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora