El chico que detesto

65 | Liam

Esa tarde, después de clases, me dirigía junto a Nate caminando tranquilamente hasta mi casa. Estaba bastante callado y serio, algo totalmente no propio de él a no ser que le estuviese molestando o preocupando algo. Estuve a punto de preguntar qué le ocurría cuando una figura se interpuso en nuestro camino casi en la salida de la facultad.

Era Alex. Al verlo, inmediatamente Nathan se puso a la defensiva. Mi amigo también frunció el ceño al hacer contacto visual con él. ¿Por cuánto más estos dos idiotas iban a seguir actuando como dos niños?

- Liam, al fin te encuentro, tenemos que seguir hablando. - se dirigió a mí.

- A mí me parece que los que tendrían que hablar también, como dos personas civilizadas en lo posible, son ustedes. - respondí. Yo los adoraba a los dos y no soportaba que se odiasen.

- Yo no tengo nada que ha... - dijo Nate pero lo regañé enseguida.

- ¡Nathan, basta! No van a empezar a discutir ahora aquí también.

- Es verdad, podríamos dar unos pasos más, hasta salir por completo del territorio de la universidad, solo por las dudas. - siguió hablando con sarcasmo, ignorando mi mirada de molestia.

- ¿Crees que te tengo miedo? Anda, ven, salgamos de aquí entonces. - lo enfrentó Alex.

- Dios, me tienen harto los dos. - suspiré. - Alex, mejor vayamos a casa a hablar.

- ¿Qué? - se quejó Nate - ¿Y qué hay de nuestros planes? Además...¿crees que te voy a dejar a solas con este tipo después de lo que hizo?

- Necesito terminar de hablar a solas con él.

- Lo que sea se lo puedes decir enfrente mío. No confío en él.

- Yo tampoco confío en tí, imbécil. - se metió Alex.

- Pero Liam me eligió a mí, no a ti.

- ¡Bueno ya! - lo volví a regañar - Luego yo iré a tu casa, no te preocupes. Ahora ¿puedes dejarme a solas con él por favor?

- Pero Liam...

- Pero nada. Tengo que hacer esto ¿okay?

Me miró para nada convencido obviamente, pero él sabía que si seguía insistiendo y comportándose como un idiota el que se terminaría enojando iba a ser yo. Finalmente, aceptó y se fue. No sin antes pasar al lado de Alex y empujarlo "accidentalmente" con su hombro.

- Dios, este chico. - dije observando como se alejaba.

- ¿Esa es la clase de persona que quieres a tu lado? - preguntó Alex.

- Por favor, no te vengas a hacer el santo, que tú lo peleas y provocas exactamente de la misma manera.

Se quedó callado, dándome la razón.

Caminamos hasta mi casa y una vez allí, pudimos hablar más tranquilos.

- Lamento haberte besado de forma tan inesperada. - empezó él. - Quiero decir, me encantó besarte, pero no es así como esperaba que fuese nuestro primer beso.

Se acercó a mí y me acarició el brazo muy dulcemente.

- Oye sabes que yo te quiero mucho. - respondí - Tú y Zoe son de las mejores personas que pude conocer. Son mis grandes amigos, pero ahora hay otra persona importante más en mi vida. Y...Nathan...él me hace muy feliz. Sé que esto es horrible para ti, no te pido que seas su amigo ni nada, Alex. Solo que respetes mi relación con él.

- No puedo hacer eso cuando siento... que tal vez, puedo llegar a tener una oportunidad contigo.

- Alex...eso, no es así. No sé qué te hizo pensar eso. - intenté alejarme de él pero me sujetó fuerte y no me dejó. - Pero no es así.