50 | Nathan

24.4K 1.8K 810
                                    

Después de ver como Liam se retiraba, me levanté dispuesto a seguirlo, pero Alex al parecer tuvo la misma idea que yo. ¿Pero es que ese chico no podía dejarnos en paz un puto segundo?

- ¿Por qué no lo dejan en paz lo dos y ya?! - gritó Zoe deteniéndonos.

- ¡No quiero alejarme de él! - exclamé.

- ¿No te das cuenta que no le haces bien? - me volvió a atacar Alex.

- ¿Y tú no te das cuenta que él no te quiere? - hablé sin pensar.

No quise decirle eso realmente, simplemente brotó de mí sin avisar. Fue como si lo hubiese tenido atragantado y de la nada lo escupiera.

Supongo que en parte sí me merecía lo que pasó después: Alex me dio un perfecto puñetazo en el costado de mi mandíbula.

Todo el mundo se volteó a ver el estúpido espectáculo que habíamos montado. Perdí el equilibrio, choque con una mesa vacía que estaba detrás de mí y luego caí al piso.

Zoe rápidamente se sorprendió por lo ocurrido, y se agachó a ver si yo estaba bien.

- ¡Alex ¿te volviste loco?! - lo regañó ella.

Él no respondió nada, seguía ahí parado mirándome, con la mano todavía hecha un puño como si quisiera seguir golpeándome.

- Mejor vete, antes de que te vea alguien. - Alex seguía sin reaccionar. - ¡Alex! !Si te ve un profesor o alguien de la directiva podrían suspenderte! - insistió Zoe.

Finalmente la miró, y tranquilamente se fue, como si en verdad le importara un carajo lo de la suspensión. 

- ¿Tú estás bien? - se enfocó luego en mí mientras me ayudaba a levantarme. Sentía sangre en la boca. El maldito me había roto el labio.

- Sí...

- ¿Tú también? ¿Es que eres imbécil? ¿Cómo le vas a decir eso? - me regañó ahora a mí.

- Perdón, se me escapó.

No había mucha gente en el comedor ese día, pero siendo tan popular y tan conocido por todos en la facultad, los murmullos y chismes se empezaban a escuchar por todo el lugar.

- Ve a la enfermería, antes de que este lugar se vuelva un caos. - me dijo Zoe - Vamos, te acompañaré.

En el lugar, me trajeron hielo y estuve un buen rato colocándome esa cosa fría en la cara. Ahora sí que me había empezado a doler. El idiota golpeaba bastante bien. Como mi labio no dejaba de sangrar, la enfermera me colocó un punto y con eso solucionó ese problema. Zoe se quedó a mi lado todo el tiempo. Como no podía hablar, me comí durante unos buenos minutos sin rechistar un completo sermón de su parte sobre todo lo que había pasado en el comedor.

- Le avisé a Liam. - me dijo después.

- ¿Qué..? - pregunté como pude. Mover la boca sí que dolía, carajo.

- Me dijo que viene para acá.

- No hacía falta que le dijeras sobre esto.

Zoe se me rió. De verdad debía estar sonando muy gracioso como pronunciaba las palabras debido al dolor y la hinchazón.

- Eres un tonto ¿sabes?, pero no eres mala persona. Te dejaré a solas con él pero pórtate bien ¿quieres?

Dicho eso se retiró, y a los pocos minutos llegó Liam.

- Dios, ¡Alex realmente cruzó la línea! - exclamó cuando me vio.

- No te preocupes, fue mi culpa. - le dije quitándome el hielo para que me escuchara mejor.

El chico que detestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora