Okay, acepté tratar mejor e intentar conocer a Nathan. No sabía cómo terminé así pero el maldito se dejó convencer en algún momento. Sin darme cuenta ya le estaba sonriendo y siendo simpático con él. Por Dios, me hacía detestarlo más.
¿Y todo lo que pensaba de él hace una semana dónde había quedado?
- ¿De verdad ahora vas a empezar a ser amigo de Nathan? - me decía mi amigo Alex ese miércoles que lo encontré en la facultad.
Alex era un gran amigo. Él y Zoe era con los que más confianza tenía pero a él no lo podía ver muy seguido ese año porque cursábamos materias diferentes en días y horarios diferentes. Hablábamos bastante seguido por el grupo de chat que teníamos con Zoe pero en persona sólo nos veíamos muy esporádicamente porque él siempre estaba estudiando o trabajando.
No lo había visto desde aquella fiesta en el club por lo que nos pusimos a charlar de inmediato cuando nos cruzamos en la facultad ese día.
- No soy su amigo sólo decidí conocerlo por mi propia cuenta y no dejarme llevar por lo que aparenta o los comentarios de los demás. - le aclaré.
Alex me miró sorprendido o confundido. Y era de esperarse, si yo solo no había parado de hablar mal del chico en cuestión.
- Pues eso me parece bien. - comentó luego - Pero me parece raro que ahora te juntes con el chico que decías tanto detestar. A mí me da un poco de mala espina, qué te puedo decir... a mí tampoco nunca me cayó bien.
- Ya lo sé, pero no sé...ha sido bueno conmigo. Qué se yo, se hace el simpático. Veré con el tiempo si teníamos razón o de verdad no es tan idiota como creíamos.
- De acuerdo, pero ten cuidado. - dijo algo preocupado.
- ¿Cuidado por qué? - me sorprendí por su repentino consejo.
- No lo sé, mira si te encariñas con él y te termina lastimando.
No supe si me lo dijo en broma o qué, pero casi que me causó gracia.
- Hablas como si estuviese saliendo con él...románticamente hablando. Yo jamás me fijaría de esa manera en un chico como él y sobre todo hetero.
- Bueno, yo no sé lo que tiene en la cabeza ese chico. Solo me da miedo que juegue contigo. A mí todo esto me parece muy raro, qué quieres que te diga.
- Está bien, no te preocupes. Además te olvidas de con quién hablas ¿yo encariñarme con ese idiota? A lo sumo lograra que me caiga un poco mejor y nada más. - intenté tranquilizar a mi amigo con lo que yo creí entonces era la más absoluta verdad.
- Ya veremos... - me sonrió y con su mano empezó a despeinarme el cabello.
Alex siempre hacía eso conmigo. Era muy cariñoso. Él también era gay, por cierto. La mayoría de mis otros amigos y conocidos eran todos heterosexuales. Conocía muy poca gente de la comunidad gay y a todos ellos los conocía por parte de Alex. Eran más sus amigos que los míos.
Él era muy especial para mí, por lo que yo también era muy cercano y cariñoso. Teníamos una amistad y una confianza que no teníamos con nadie más.
Empujé su mano de mi cabeza y empecé a hacerle cosquillas en su abdomen y en los costados de su torso. En respuesta él también empezó a tocarme dónde podía para que me detuviera.
Luego de cruzar un par de palabras más, me dio un beso en la mejilla y se fue.
Estaba a punto entonces de continuar mi camino pero sentí que alguien me tomaba del brazo de una manera repentina.
- Hola, rubio. - dijo el dueño de tal movimiento.
¿Quién más podría llamarme así?
- Hola, Nathan. - lo saludé normalmente.
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El chico que detesto
Romance¿Qué pasa cuando es el hetero el que insiste en buscar al chico gay? Nathan, con su personalidad extrovertida, su gusto por las fiestas, salir a divertirse, beber y llevar a la cama a cualquier chica que quiere, no puede dejar de querer obtener la...