10 | Liam

42.5K 3.5K 1.8K
                                    

Okay, acepté tratar mejor e intentar conocer a Nathan. No sabía cómo terminé así pero el maldito se dejó convencer en algún momento. Sin darme cuenta ya le estaba sonriendo y siendo simpático con él. Por Dios, me hacía detestarlo más.

¿Y todo lo que pensaba de él hace una semana dónde había quedado?

- ¿De verdad ahora vas a empezar a ser amigo de Nathan? - me decía mi amigo Alex ese miércoles que lo encontré en la facultad.

Alex era un gran amigo. Él y Zoe era con los que más confianza tenía pero a él no lo podía ver muy seguido ese año porque cursábamos materias diferentes en días y horarios diferentes. Hablábamos bastante seguido por el grupo de chat que teníamos con Zoe pero en persona sólo nos veíamos muy esporádicamente porque él siempre estaba estudiando o trabajando.

No lo había visto desde aquella fiesta en el club por lo que nos pusimos a charlar de inmediato cuando nos cruzamos en la facultad ese día.

- No soy su amigo sólo decidí conocerlo por mi propia cuenta y no dejarme llevar por lo que aparenta o los comentarios de los demás. - le aclaré.

Alex me miró sorprendido o confundido. Y era de esperarse, si yo solo no había parado de hablar mal del chico en cuestión.

- Pues eso me parece bien. - comentó luego - Pero me parece raro que ahora te juntes con el chico que decías tanto detestar. A mí me da un poco de mala espina, qué te puedo decir... a mí tampoco nunca me cayó bien.

- Ya lo sé, pero no sé...ha sido bueno conmigo. Qué se yo, se hace el simpático. Veré con el tiempo si teníamos razón o de verdad no es tan idiota como creíamos.

- De acuerdo, pero ten cuidado. - dijo algo preocupado.

- ¿Cuidado por qué? - me sorprendí por su repentino consejo.

- No lo sé, mira si te encariñas con él y te termina lastimando.

No supe si me lo dijo en broma o qué, pero casi que me causó gracia.

- Hablas como si estuviese saliendo con él...románticamente hablando. Yo jamás me fijaría de esa manera en un chico como él y sobre todo hetero.

- Bueno, yo no sé lo que tiene en la cabeza ese chico. Solo me da miedo que juegue contigo. A mí todo esto me parece muy raro, qué quieres que te diga.

- Está bien, no te preocupes. Además te olvidas de con quién hablas ¿yo encariñarme con ese idiota? A lo sumo lograra que me caiga un poco mejor y nada más. - intenté tranquilizar a mi amigo con lo que yo creí entonces era la más absoluta verdad.

- Ya veremos... - me sonrió y con su mano empezó a despeinarme el cabello.

Alex siempre hacía eso conmigo. Era muy cariñoso. Él también era gay, por cierto. La mayoría de mis otros amigos y conocidos eran todos heterosexuales. Conocía muy poca gente de la comunidad gay y a todos ellos los conocía por parte de Alex. Eran más sus amigos que los míos.

Él era muy especial para mí, por lo que yo también era muy cercano y cariñoso. Teníamos una amistad y una confianza que no teníamos con nadie más.

Empujé su mano de mi cabeza y empecé a hacerle cosquillas en su abdomen y en los costados de su torso. En respuesta él también empezó a tocarme dónde podía para que me detuviera.

Luego de cruzar un par de palabras más, me dio un beso en la mejilla y se fue.

Estaba a punto entonces de continuar mi camino pero sentí que alguien me tomaba del brazo de una manera repentina.

- Hola, rubio. - dijo el dueño de tal movimiento.

¿Quién más podría llamarme así?

- Hola, Nathan. - lo saludé normalmente.

El chico que detestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora