19 | Nathan

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No lo soporté más.

Había estado aguantando toda la puta noche. No podía dejar de pensar en lo mucho que me gustaba Liam.

En algún momento de la noche esa idea se había cruzado por mi mente y no podía dejar de pensar en ello.

Al carajo, pensé. ¿Por qué tenía que torturarme así? Pensé en lo que había hablado con Lucas el día anterior. ¿Qué tenía de malo que me gustara un chico? ¿Qué tenía de malo querer experimentar y probar algo diferente?

Jamás me había limitado con nada. Jamás me había negado nada. Siempre hice lo que quise y estuve con quien quise. ¿Por qué iba a parar entonces?

Tal vez podría aunque sea...tantear el terreno. Lo que sea, pero algo tenía que hacer.

Primero lo había invitado a ir a mi casa pero me rechazó.

Tal vez era mejor, pensé. Tal vez era señal de que solamente iba a cagarla si seguía con eso.

Tal vez debía pensarlo un poco más. Terminar de procesar todo un poco más. Eran demasiadas cosas pasando por mi cabeza en una noche.

Pero cuando lo tuve allí, en su casa, tan cerca mío, solo podía pensar en lo lindo que se veía. Se había sonrojado y lo noté nervioso. Tal cual como él me hacía sentir.

¿Podría ser que él también...?

Ya. No necesitaba más. Vi sus labios y me entraron unas terribles ganas de besarlo. ¿Debería hacerlo? me pregunté. Cuando nuestras miradas se cruzaron, sentí que la respuesta era un sí.

No me detuve ni un segundo a cuestionarlo y simplemente hice lo que sentí.

Al principio nuestros labios estaban quietos pero luego empecé a mover los míos. Liam, sin embargo, todavía parecía inmóvil.

El beso fue suave. No me animaba a ser brusco como solía besar siempre. Pero cuando él abrió un poco su boca y empezó a corresponder el beso, sentí que una bestia se desataba dentro mío.

Lo tomé más firmemente de su nuca y profundicé el beso. Moví mis labios con más pasión y no tardé mucho en meter en mi lengua en su boca.

Pareció sorprenderse con eso un momento pero luego hizo lo mismo con la suya.

Dios, había besado muchas chicas antes pero ese beso estaba en otro nivel. Sentía emociones y sensaciones nuevas que no había sentido jamás.

Quería más. Quería tocarlo pero no quería asustarlo...o tal vez yo era el asustado por todo eso que estaba sintiendo.

Separamos nuestras bocas un segundo para respirar y Liam aprovechó ese momento para tomarme del cuello de la camisa y apartarme un poco lejos de él.

- ¿Por qué haces esto? - preguntó casi en un susurro.

- Porque...me gustas. - dije la verdad. A esa altura ¿qué excusa iba a poner?

Él no respondió nada pero miraba mis ojos en busca de una explicación. No la tenía, no por el momento.

- Nate...- habló nuevamente.

Diablos, era la primera vez que me decía así. Era la primera vez que me llamaba por mi apodo. Ya nada tenía que pensar ni quería hacerlo. Así que solo me limité a volverlo a besar. Eso era lo que quería.

Nunca pensé que la boca de otro chico podría ser tan deliciosa. ¿O era solamente porque se trataba de la boca de Liam?
No importaba, seguimos besándonos por un buen rato como si fuese lo más natural del mundo.

El chico que detestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora