Corrí hasta mi casa tan rápido como pude. No paré para descansar ni respirar en ningún momento. Los músculos de mis piernas dolían y me exigían un descanso pero no les hice caso.
Recién en casa, cuando paré y pude respirar, las lágrimas terminaron de salir, y eran imparables. Dolía tanto. No podía creer todo lo que había presenciado. Si Nathan no quería decir nada sobre nosotros, estaba bien, lo entendía pero ¿hacer lo que hizo? ¿con qué necesidad? ¿cómo podía haber hecho eso y enfrente de mí?
- Liam...¿estás bien? - la voz de Alex sonó detrás de mí. Volteé a verlo y a su lado también estaba Zoe. Ambos me habían seguido hasta casa.
- ¡¿Qué necesidad tenías de discutir con él delante de todo el mundo?! - le grité a mi amigo.
- Liam, cálmate, mírate cómo estás. - dijo Zoe intentando abrazarme pero la rechacé.
- ¡Contéstame, idiota! ¿Por qué tuviste que hacer eso?
- ¿Por qué te enojas conmigo? ¡Yo no lo obligué a hacer nada de lo que hizo! Ese que viste es el verdadero Nathan, del que quería protegerte todo este tiempo pero no querías escucharme, Liam. — respondió Alex.
- ¡Eres un imbécil, lo hiciste a propósito! - exclamé mientras no podía parar de llorar.
Sabía que enojarme con Alex no tenía sentido, pues tenía razón, Nathan hizo todo lo que hizo por su cuenta. Pero estaba tan enojado y herido que tenía que desquitarme con alguien.
- Lo lamento si todo se fue al carajo, y delante de todo el mundo pero él también podría haber actuado mejor...y no lo hizo. - Alex se acercó más a mí.
- Nunca pensé que...Nathan sería capaz de hacer algo así. Fue...demasiado. - dije luego más calmado.
Alex me abrazó y lo dejé hacerlo porque ya no tenía más fuerzas para pelear. Zoe también se sumó y entre los dos intentaron consolarme durante el resto del día.
🌸
Estaba a punto de quedarme dormido después de haber llorado a mares. Sentía los ojos cansados e hinchados. Alex se había ido porque tenía que trabajar y hacer unas cosas. Había insistido en quedarse pero le dije que iba a estar bien. Además Zoe se quedó conmigo. Y fue ella la que fue a atender la puerta cuando escuchamos que alguien golpeaba.
- Zoe...¿dónde está Liam? - escuché su voz.
¿Qué hacía en mi casa? ¿Cómo se atrevía a venir a mi casa?
- Nathan ¿qué haces aquí? ¿estás loco? - escuché decir a mi amiga.
- Sí, estoy loco, ya lo sé, solo quiero hablar con él. - le pasó por al lado a Zoe y entró en la casa.
Yo estaba en la cocina y cuando me vio, se acercó a mí. Como si nada hubiese pasado.
- Perdón. - dijo con su mirada de perrito triste y arrepentido. - Ya sé que me fui al carajo pero lo siento. Ni siquiera voy a darte excusas de por qué reaccioné así.
- No, adelante, quiero escucharlas. - lo interrumpí - Escuchemos la estupidez que tienes para decir ahora. A ver.
- Liam...
- ¡Dime por qué! - exclamé.
- Me sentí...acorralado, no sé. — explicó — Estaban Michael y todos mirándome de esa manera...y no lo soporté. Mi amor, lo siento, perdón.
- ¿Hacía falta que besaras a esa chica...delante de mí? Estaba ahí mirándote. ¿Lo olvidaste?
- Sabes que ese beso no significó absolutamente nada para mí. Nada.
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El chico que detesto
Romance¿Qué pasa cuando es el hetero el que insiste en buscar al chico gay? Nathan, con su personalidad extrovertida, su gusto por las fiestas, salir a divertirse, beber y llevar a la cama a cualquier chica que quiere, no puede dejar de querer obtener la...