Me fui de la casa de Nate esa tarde con una mezcla de emociones. Me hacía feliz el saber que él también me quería, jamás me lo hubiese imaginado ni en mis mejores sueños, pero también estaba enojado y triste porque el idiota no quería dejarse llevar, no quería hacerle caso a su corazón. Tenía miedo, lo entendía, seguramente estaba más asustado que yo, pero no podía reprimirse así.
Tanta bronca me había dado en un momento que fui en busca de Alex. Estaba enojado con él también. Tenía que explicarme qué mierda había pasado en el comedor y por qué había golpeado así a Nathan.
Pensé que para entonces ya debía estar en su casa, así que fui a buscarlo allí. Cuando me abrió la puerta, su cara de sorpresa al verme fue indisimulable.
- ¿Qué haces aquí...? - preguntó algo nervioso.
- Ya me enteré lo que pasó. - mi cara de enojo tampoco se podía ocultar. -¿Cómo te atreves a golpear así a Nathan?
- Créeme que yo tampoco estoy orgulloso de que ese estúpido me haya sacado de quicio así. Pero un poco se lo merecía....
- No me importa qué pasó, o qué se dijeron, te fuiste a la mierda. Tú no eres así, Alex. No sabes cómo le dejaste la cara, hasta tuvieron que ponerle unos puntos en el labio.
- ¿Estuviste con él? - parecía estar sorprendido.
- Sí...lo acompañé hasta su casa. ¿Qué querías que hiciera?
- Seguramente te estuvo hablando pestes de mí ¿no?
- Claro que no, ni siquiera te delató. Podrías estar suspendido en este momento, y gracias a él no lo estás. Deberías agradecerle.
Por la forma en que me miró supe que a Alex ni siquiera le importó lo que le dije.
- ¿Se puede saber por qué vino a sentarse con nosotros de la nada en el almuerzo hoy? - me cambió de tema - ¿Por qué le dijiste que podía hacer eso? ¿No se supone que ibas a alejarte de él?
- Qué importa eso ahora, lo que yo hable o no hable con él es cosa nuestra. Tú no tienes por qué meterte...y menos así.
- Sabes perfectamente por qué me meto. - dijo mirándome a los ojos.
- Alex...él me dijo que también me quiere. - confesé un poco avergonzado de tener que contarle eso. No quería lastimarlo.
- ¿Qué..? Es un chiste ¿verdad? - rió un poco pero mi cara de seriedad le hizo entender que no estaba bromeando. - ¿Qué te dijo?
- No importa, el asunto es que...siento que tengo una oportunidad con él y no quiero dejarla pasar.
- No entiendo nada, Liam, ¿estás diciéndome que estás con él ahora?
- No, es complicado...Nate está asustado y supongo que tiene miedo de arriesgarse. Pero tengo que seguir insistiendo...
- ¿Insistiendo por qué? ¿Para qué?- sonaba indignado - Es evidente que ese chico no tiene ni idea de qué quiere en la vida. Liam, no sé qué te dijo ahora, pero tienes que dejar de ilusionarte con él, tienes que dejar de ir tras algo que no vale la pena...
- Eso nunca lo sabré si no lo intento.
- Estás loco. - me miró triste. Sabía que esto que le estaba diciendo sí lo había herido.
- Alex, lamento decirte esto...pero es lo que siento. Tienes que dejar...de meterte entre nosotros, te lo pido de la mejor manera posible, por favor.
Me sentía una mierda. No quería lastimar a mi amigo, pero teníamos que decir las cosas como eran.
- Es como si todo estuviese pasando de nuevo. - respondió - Como cuando empezaste a estar con él. Te dije que ibas a salir lastimado, y así pasó....y ahora ¿quieres volver a lo mismo?
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El chico que detesto
Romance¿Qué pasa cuando es el hetero el que insiste en buscar al chico gay? Nathan, con su personalidad extrovertida, su gusto por las fiestas, salir a divertirse, beber y llevar a la cama a cualquier chica que quiere, no puede dejar de querer obtener la...