- ¡Liam! ¡Tierra llamando a Liam! - la voz de mi amiga me regresó a la realidad. No podía dejar de pensar en Nathan esa mañana en la facultad después de nuestra cita la noche anterior y andaba distraído y perdido.
- Perdón, me quedé pensando en algunas cosas.
- ¿Cómo en qué rayos te pasó para que te fuera horrible en la exposición de hoy?
Había estado estudiando, pero no fue suficiente. Había desaprobado y ahora tenía que hacer un recuperatorio. Lo peor era que la materia y los temas que me habían evaluado eran super fáciles. Y supongo que por eso Zoe estaba tan sorprendida de que me hubiese ido mal.
- ¿Acaso bajó un alien a tu casa anoche y te hizo una lobotomía? Porque es la única explicación que encuentro.
- Sí, un alien...llamado Nathan - confesé. Ya no podía seguir guardándomelo más. Pero sobre todo le conté para que me ayudara a descifrar qué mierda me estaba pasando.
- ¿Qué? ¿Lo viste? - preguntó sorprendida.
- Sí...en realidad ya lo había visto antes. Pero anoche salimos.
- ¿Cómo que salieron?
- Me invitó al cine y a comer - mi amiga me miró como si estuviese en shock.
- Claro, sales con tu ex y lo cuentas así como si nada. Claro. ¡¿Qué carajos, Liam?! - exclamó.
- Tenía ganas de verlo. Lo extrañaba.
- Sí...pero salieron. ¿Por qué no me lo contaste?
- No sé, no le conté a nadie. Creo que ahora que lo pienso mejor creo que no lo conté porque no estaba seguro de lo que hacía.
- Bueno, ahora entiendo por qué estás tan raro. ¿Y qué pasó? ¡Ahora quiero saber todo!
- Fue lindo, nos reímos como antes y todo eso. Después me acompaño a casa- se lo contaba con una sonrisa pero Zoe se dio cuenta de que había más detrás de eso.
- ¿Y entonces por qué te ves como si hubieses tenido la peor cita de tu vida?
- No sé...
- Ya sé...¡te acostaste con él y ahora estás arrepentido!
- No, no - negué rápidamente. - No hicimos eso, ni siquiera lo dejé besarme.
- No entiendo entonces, amigo.
- Yo tampoco entiendo, Zoe - admití.
- ¡Estás histérico otra vez!
No podía ni explicármelo a mí mismo, menos iba a poder a explicárselo a ella. No sabía cómo expresar con palabras lo raro que me sentía.
- A ver...¿todavía lo amas? - me preguntó de repente.
- Sí, lo amo - eso no me costó responderlo. Eso lo sabía y lo supe desde siempre.
- Bueno, sabes que Nate ha cambiado mucho desde las vacaciones y desde que todo el mundo sabe la verdad. ¿No era eso lo que querías desde un principio?
- Sí, eso quería. Estoy feliz por él, de verdad. Pero no sé qué me pasa. Todo está en orden ahora, perfecto para volver a intentarlo si así quisiéramos, y Nate quiere eso...pero por algún motivo no puedo avanzar como él. Si esto hubiese pasado antes de que todo se fuera al carajo, creo que sería diferente...pero algo cambió en mí desde aquel día.
Zoe me miró confundida y pensativa, intentando entender para darme una respuesta. Ojalá la tuviera, necesitaba que alguien me dijera qué hacer.
- Tú lo que tienes es miedo- dijo otra voz, detrás de mí.
Me di vuelta y allí estaba Alex.
- ¿Escuchaste...la conversación? - pregunté con miedo. Seguro iba a enojarse porque no le conté. Genial, de nuevo al drama.
- Buena parte de ella - respondió.
- Iba a contártelo en algún momento- me defendí.
- Está bien, entiendo por qué no lo hiciste, y de todas formas no tienes obligación de contarme nada.
- Pero Alex...
Se sentó a mi lado en la mesita en la que estaba charlando con Zoe y me sonrió.
- ¿Quieres volver con Nathan, no es así? - preguntó luego.
- No sé qué quiero hacer. Eso le estaba diciendo a Zoe.
- Sí quieres, lo sé. Porque lo amas, tú lo dijiste recién. Solo estás muerto de miedo, Liam.
- ¿Miedo de qué?
- Puff, de todo, de todo lo que implica tener una relación, de volver a entregarte al chico que una vez te lastimó.
Seguramente era cierto y estaba muerto de miedo. No me costaba aceptarlo, era lógico.
- Liam, Zoe y yo te vimos sufrir y llorar por ese chico muchas veces. Sabemos por lo que pasaste y es normal que estés asustado ahora.
- No puedo estar con él si me siento así...con dudas. No sería justo para ninguno de los dos. Pero a la vez...lo extraño y necesito - dije.
- Ugh ¿por qué el amor es tan complicado? - se quejó Zoe.
- Estoy seguro de que él también todavía te ama - agregó Alex.
La verdad era raro escucharlo hablar tan pacíficamente de Nathan, sobre todo cuando parecía estar apoyándolo.
- ¿Por qué parece que estás de su lado ahora? - lo miré confundido.
- No estoy del lado de nadie, aquí no hay lados, al menos ya no. Pero si lo hubiera, sabes que siempre estaría del tuyo. Y yo solo quiero que seas feliz.
- Alex... - no podía no pensar en los sentimientos de mi amigo por mí. No habíamos hablado de eso hace bastante pero ¿seguiría sintiendo lo mismo?
- Aquí el problema no es de amor de todos modos - continuó - Sino de confianza. Tú lo amas, lo perdonaste, pero ya no confías en él como antes después de lo que pasó. Ese es el problema.
Esas palabras me chocaron. Me quedé callado, procesándolas. Mi mente no había pasado siquiera por esa posibilidad, sí por la del miedo pero ¿falta de confianza? Mientras más lo pensaba más razón encontraba en lo que me decía Alex.
La confianza es fundamental para estar con alguien. Era lo básico de lo básico. Me dolía haberla perdido con Nathan, sobre todo cuando lo amaba tanto, y eso me generaba miedo ahora que lo tenía tan cerca de nuevo.
¿Cómo iba a superar esto? ¿Acaso significaba que era el fin de nosotros? ¿Había retorno para una cosa así?
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El chico que detesto
Romance¿Qué pasa cuando es el hetero el que insiste en buscar al chico gay? Nathan, con su personalidad extrovertida, su gusto por las fiestas, salir a divertirse, beber y llevar a la cama a cualquier chica que quiere, no puede dejar de querer obtener la...