67 | Liam

17.5K 1.4K 382
                                    

Varios días después

Mi relación con Alex había quedado totalmente de una manera muy extraña desde la última vez que nos habíamos visto en mi casa. Nos saludábamos y nos hablábamos como siempre cuando nos veíamos pero se sentía esa tensión, esa incomodidad para nada normal entre nosotros. Además ya no se juntaba con conmigo y con Zoe cuando planeábamos hacer algo juntos. Solo se seguía viendo con ella, a solas.

Fue como si nuestro pequeño grupo de amigos de siempre quedara dividido en consecuencia de todo lo que había pasado. Pero no podía pretender nada más. Tal vez era mejor así.

Nathan también tenía sus propios problemas con sus amigos que lo hostigaban todo el tiempo para saber de su vida. La estaba pasando mal, lo notaba. Cuando estábamos juntos y solos, teníamos un mundo aparte lleno de amor, tranquilidad y felicidad, pero cuando salíamos al mundo real podía notar que él se sentía perdido. Detestaba verlo así pero solo Nathan podía solucionar esos problemas. Yo no podía obligarlo o presionarlo a hacer nada.

Por lo menos se había vuelto muy amigo de Marco. Ese chico que apareció de la nada, y parecía que iba a tirar todo su mundo abajo cuando nos descubrió, terminó siendo nuestro más grande aliado. Marco tenía tanta paz interior y siempre lo hacía sentir más tranquilo cuando estaban en la universidad, se veía de mucho mejor ánimo cuando estaban juntos pero yo sabía que lo que de verdad le preocupaba a Nathan eran sus otros amigos, los de siempre, los que tenía hacía años. Y esa preocupación no se iba a ir hasta que él no buscara una solución por cuenta propia.

Siempre que podía le intentaba dar ánimos, diciéndole que todo iba a estar bien y que pasara lo que pasara él nunca iba a estar solo, pero la verdad se notaba que no importara lo que le dijera, Nathan simplemente no se veía listo para decirle la verdad al mundo. Eso me ponía triste pero no sólo por cómo sus decisiones me terminaban afectando a mí también, sino que me sentía mal por él mismo. Yo ya había pasado por esta situación hacía mucho tiempo, sabía lo asustado y lo mal que se debía sentir por dentro. Era un sentimiento horrible.

Me preguntaba por cuánto tiempo más Nathan podría tolerar seguir viviendo así hasta que se volviera loco. Pero no hubo necesidad de seguir adivinando. La vida tiene sus propias formas de arreglar las cosas y poner todo en su lugar eventualmente. Solo que ni Nathan ni yo esperábamos que fuese tan pronto....

Salía de mis clases una tarde cuando me crucé con Zoe. Se acercó a mí corriendo y se veía completamente alterada.

- ¡Tienes que venir urgente! - exclamó mientras intentaba recuperar el aire. Inmediatamente me tomó del brazo y me forzó a seguirla.

- ¿Qué pasa? - pregunté confundido.

- Se fue todo al carajo.

Sentí una opresión en el pecho instantáneamente al escucharla decir eso. Aún no entendía qué estaba ocurriendo pero creo que por dentro mi corazón ya sabía lo que iba a pasar.

Zoe me llevó a una parte de la facultad donde estaban unas cuantas personas reunidas. No entendí nada hasta que con la vista ubiqué a Nathan. También reconocí a Alex, a Michael y a Marco, que estaban cerca de él. Parecía que ellos tres eran el centro de toda esa atención.

Zoe intentó acercarme más a ellos pero me frené de golpe antes de llegar. Fue como si hubiese clavado los pies en seco en el piso.

- Liam... - me llamó ella. Pero no pude responder.

Solo me quedé viendo como un espectador más lo que estaba pasando lejos de ellos. Me llené de pánico y no quería acercarme más. Al contrario, una parte dentro de mí me estaba pidiendo a gritos que me fuera de allí cuanto antes. Pero tampoco podía retroceder e irme.

- Vamos no seas cobarde, ¡dile la verdad a tu amigo! - escuché decir a Alex.

- ¿Cuándo vas a dejar de meterte en mi vida? - habló Nathan. Por su tono de voz sabía que estaba furioso.

- Ya explíquenme qué mierda está pasando. - dijo Michael.

- ¿Por qué no vamos a hablar de esto a otra parte? - se metió Marco.

Nathan hizo el intento de irse, escapar una vez más pero Michael lo detuvo y lo obligó a quedarse.

- ¡Deja de huir, estoy harto de todo este misterio! - exclamó su amigo. También se lo veía enojado, pero más que nada confundido. - ¿Qué es lo que está diciendo este chico? ¿De qué habla?

- De nada que le importe. - respondió Nate asesinando con la mirada a Alex.

- Estás equivocado, Liam es lo más me importa. - respondió éste último.

- ¿Qué pasa con Liam? - volvió a preguntar Michael.

- ¡Nada! ¿Que no ves que ni a él lo puede dejar en paz? - respondió Nate. - ¡Supéralo de una vez!

Alex se empezó a reír de una forma muy irónica después de lo que dijo Nathan.

- Eres el menos indicado para decirme eso. ¡Tú eres el cobarde que no puede enfrentar sus problemas! - contestó después. - Mira, aquí está tu mejor amigo, lo tienes enfrente preguntando qué te pasa y aún así no tienes las bolas para responderle con la verdad.

- ¿Qué verdad? Dime. - insistió Michael. Esta vez le hablaba a Alex porque evidentemente Nathan planeaba seguir negando todo.

- Que te cuente tu amiguito lo que estuvo haciendo todo este tiempo. - dijo Alex con una sonrisita llena de malicia.

Al parecer Nathan no lo toleró más y se le fue encima. Pero Michael y Marco lo detuvieron antes de que pudiera tocarlo. En ese momento Marco hizo contacto visual conmigo entre las personas que observábamos todo el drama. Pero no dijo nada, siguió intentando contener a Nathan.

Mi corazón me latía rapídisimo. Zoe tenía razón todo se estaba yendo al carajo. Sabía que algo malo iba a pasar. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El chico que detestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora