- Amor, estás exagerando - me dijo Nathan en mi cuarto mientras yo recogía mis cosas en un bolso.
- Claro que no - negué.
- Pero tiene razón. Lo desobedecimos y es nuestro castigo ahora dormir separados por eso. No es para tanto. Solo son un par de días más. No te pelees con tu padre por esa tontería. Nos había dado su bendición ¿o yo entendí mal?
- Sí pero no entiendo qué tiene de malo que durmamos juntos. Y ni siquiera estoy hablando de sexo, estoy hablando de dormir. Anoche nos dejó hacerlo supuestamente porque no éramos nada y no debía pasar nada, pero ahora va a estar vigilándonos como un halcón - expliqué.
- Bueno, es normal que un padre haga eso. Sí, es un poco molesto pero no importa- Nathan se encogió de hombros, restándole importancia a la situación.
Y está bien, tal vez me estaba enojando por nada pero es que...quería expresar libremente mi relación con él y papá de verdad ya tenía que dejar de tratarme como si fuese un niño. Nathan no era cualquier chico después de todo, era mi primer novio serio.
- Ya somos grandes, ¿cuál es el problema con que quiera compartir cama con mi novio? No es como si fuésemos a follar todas las noches en casa de mis padres. No confía en mí - insistí.
- Bueno anoche lo hicimos.
- Eso fue...un caso excepcional.
- Y creo que es en mí en quien no confía. No tú.
- Eso también me molesta. No importa. Vamos a casa.
- Pero, bebé, esto se siente mal.
- ¿Estás diciéndome que no quieres volver para que podamos follar y hacer lo que nos venga en gana?
- Cuando lo dices así, es tentador - dudó.
- Pues junta tus cosas y nos vamos.
- Pero no quiero que te vayas peleado con tu papá. Esa no era la idea cuando vine aquí.
- No estoy peleado. Él solo nos prohibió estar juntos aquí y yo no estoy de acuerdo así que nos vamos y listo. Problema solucionado.
- Liam...
- Nate, si así se pone con esta tontería ¿cómo crees que se ponga cuando le digamos que queremos vivir juntos? ¿Crees que seguirá pagando mis estudios? ¿Tu casa, la mía, o dónde sea que vivamos? - pregunté.
- ¿Y eso que tiene que ver ahora? ¿Qué importa el dinero en este momento?
- Apenas ganas lo suficiente para mantenerte a ti mismo. ¿Vas a mantenerme a mí también? ¿Debería buscar un empleo?
- Bebé, no entiendo por qué estás pensando en todo esto ahora...
La verdad ni yo lo entendía pero como no era de discutir con mi padre, al menos no por cosas tan serias, al hacerlo me empecé a preocupar por asuntos que antes no me preocupaban. Sumado, claro a que nunca había llegado tan lejos con un chico como había hecho con Nathan. Presentación familiar, sexo en mi casa, posible pronta convivencia. Tal vez fue demasiado en poco tiempo y ahora me sentía agobiado pues estaba a punto de cambiar mi vida totalmente. Y la verdad es que un poco asustaba...
Nate se acercó y me abrazó para consolarme.
- Sé que en realidad no quieres volver. No todavía - me dijo.
- Sí quiero. Quiero ir y empezar mi vida contigo pero no sé cómo hacerlo. Nate ¿cómo vamos a hacer? Aún dependo de mis padres y si papá te detesta no me hará las cosas fáciles. Lo sé.
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El chico que detesto
Romance¿Qué pasa cuando es el hetero el que insiste en buscar al chico gay? Nathan, con su personalidad extrovertida, su gusto por las fiestas, salir a divertirse, beber y llevar a la cama a cualquier chica que quiere, no puede dejar de querer obtener la...