33 | Liam

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La semana siguiente fue una semana caótica. Todo el mundo tenía parciales y todos andaban como locos de aquí para allá, buscando libros y haciendo fotocopias de apuntes.

Me había juntado a estudiar con Zoe varias veces pero también con Nathan. Muchas de esas veces fueron en la biblioteca porque si estábamos en casa de alguno de los dos las cosas se descontrolaban. De todas formas siempre encontrábamos algún hueco o lugar para darnos unos besos porque Nathan era así de intenso e imposible decirle que no. Fuera de eso no habíamos avanzado más de que lo hicimos la otra vez ni repetido nada de eso.

"Quisiera que estés aquí en mi cama."

Me escribió una noche cuando estaba acostado tratando de repasar para un examen al día siguiente.

"Nathan, no empieces, estoy estudiando."

"Siempre es bueno relajarse la noche anterior a un examen."

"Me relajaré durmiendo cuando sea la hora"

Traté de hacerme el desinteresado pero la realidad es que me encantaban esos jueguitos.

"Hay otras formas de relajarse...mucho mejores."

"¿Ah sí? ¿Cuáles?"

"Si estuvieras en mi cama te mostraría."

"Pues no estoy ni pienso ir, así que lo lamento entonces.".

Reí solo en mi cuarto. Me encantaba esto.

"Ya sabía que ibas a decir eso, rubio. ¿Quieres que te diga de todas formas?"

"No".

Cada vez me reía más, era tan divertido hacerme el difícil con él.

De la nada mi celular sonó. Era él llamando.

- No tengo tiempo para hablar, Nathan. - contesté la llamada.

- Solo quiero escuchar tu voz, no te pongas en modo nerd odioso. - reí al escucharlo decir eso. - ¿No me extrañas ni un poco?

- Nos vimos hoy en la facultad, Nathan.

- Sabes a lo que me refiero.

- Tal vez...un poco. - admití.

- ¿Un poco, eh? Dime ¿cuándo vamos a volver a estar como la otra vez? - lo escuchaba bastante serio del otro lado. Su voz parecía un poco cansada también.

- No lo sé. - respondí - Tal vez cuando terminemos de rendir nuestros parciales.

- Falta mucho para eso.

- Es la semana que viene, Nate.

- Como dije, falta mucho. Me haces falta.

La forma en que me hablaba me ponía la piel erizada, y me hacía latir el corazón más rápido. Era tan dulce cuando quería. Me costaba hacerme el malo cuando se ponía así.

- ¿No querrás decir que te hace falta sexo? - bromeé.

- Sí, contigo, Liam. ¿Sabes? Tengo muchas chicas que me hablan con las cuales podría desquitarme pero no lo hago. ¿Sabes por qué?

- Dime... - respondí nervioso por lo que podría llegar a decir. ¿Y por qué saber que tenía chicas que le coqueteaban me hacía sentir molesto? No era nada nuevo al fin y al cabo.

- Porque solo pienso en ti. Si me siento excitado es por tu culpa, así que me estoy guardando todas las ganas para ti. ¿Cuánto más me vas a hacer esperar? Quiero estar contigo.

El chico que detestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora