76 | Liam

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Aprobé todas mis materias y finalmente estaba libre para volver a casa. Aún tenía que ponerme a preparar finales para rendir pero por lo menos ya no estaba el estrés y la presión de las clases y los parciales.

Para festejar me junté con Alex y Zoe, y también para despedirnos ya que no nos íbamos a ver durante todas las vacaciones. Mi relación con mi amigo estaba mejor. Claramente no era la misma de antes por cientos de razones pero trabajábamos día a día para que fuera mejor.

Preparé mis bolsos y me dirigí hacia la terminal de ómnibus para ir a casa. Me sentía tranquilo, en paz conmigo mismo. Pero fue imposible que no pensara en él. Ya no estábamos juntos pero me entristecía saber que no iba a verlo durante por lo menos los meses que duraban las vacaciones.

La última vez que lo había visto fue en aquella ocasión en el supermercado. Nos habíamos despedido con un pequeño abrazo y nada más. Ese era el último recuerdo que tenía de él. Iba a extrañarlo. No había caso, todavía seguía amándolo, aunque ya lo había dejado ir porque sentía que eso era lo correcto.

Una vez en casa, con mis padres, me relajé y empecé a disfrutar de mis merecidas vacaciones. Estuve a punto de contarles sobre mi experiencia con Nathan pero preferí guardármelo para mí. Sentía que hablar de él no iba a ser buena idea porque no quería que mis padres le tomaran bronca a Nathan por todo lo que me hizo pasar, sobre todo mi papá quien era muy sobreprotector conmigo.

Llevaba una semana en casa cuando recibí un mensaje de Alex. Y lo que decía en él fue bastante sorpresivo.

Resulta que yo había terminado de cursar una semana antes que el resto de los cursos superiores, incluídos los de Alex y Nathan.

Y lo que pasó ese último día de clases, no se lo había esperado nadie.

"Nathan acaba de decirle la verdad sobre ustedes a todo el mundo. No estuve ahí pero es lo único de lo que se comenta en la facultad, no se habla de otra cosa. Sé que querías alejarte de él pero me parecía justo que supieras esto y que finalmente lo hizo."

Eso decía el mensaje de mi amigo. Me quedé en shock leyendo una y otra vez. Y sobre todo porque era el mismo Alex quien me estaba contando todo.

No podía creer que finalmente Nathan lo había hecho. Inmediatamente me llené de preguntas. ¿Cómo había salido todo?¿Cómo habían reaccionado sus amigos? ¿Estaría él bien? ¿Estaría asustado, se sentiría bien y aliviado? Me moría por saber.

Fuese como fuese, me sentía feliz por él y también orgulloso. Deseaba poder estar ahí para apoyarlo. Pero ya era tarde para volver.

Pensé en enviarle un mensaje. Era lo mínimo que podía hacer. Pero no encontraba las palabras adecuadas para escribir. Todo el tiempo había deseado que llegara este momento y ahora no sabía qué decir.

Por fin en la noche, acostado en mi cama, me sentí lo suficientemente tranquilo como para poder decirle algo.

"Nathan, me enteré lo que pasó en la facultad. Sé que finalmente decidiste contarles a todos la verdad. No conozco los detalles de cómo fue todo o qué pasó después pero espero que haya salido todo bien, y sobre todo que tú estés bien y satisfecho y en paz contigo mismo. De verdad me alegro por ti. Yo ya me volví a casa de mis padres pero si necesitas ayuda para algo o quieres hablar de algo, sabes que siempre te contestaré y te apoyaré."

Envíe el mensaje y no me dormí hasta obtener una respuesta. Había escrito un "te quiero mucho" al final del texto pero decidí borrarlo. No porque no fuese cierto, sino porque sentí que era mejor no nombrar mis sentimientos por él, al menos no cuando Nathan estaba empezando a vivir una nueva y diferente etapa de su vida. Creí que no ayudaría.

Su respuesta tardó un rato en llegar pero cuando por fin lo hizo, revisé velozmente mi celular como si se me fuese la vida en ese mensaje.

"Gracias por escribirme. Significa mucho para mí, y todo lo que me dijiste también. Tenías razón, como siempre claro, me siento mucho mejor ahora. Aliviado y feliz, porque por fin puedo ser yo mismo. Todo está bien, no te preocupes por eso. Tengo mucha gente que me apoya y no estoy solo. Pero aún si lo estuviera, no me arrepiento ni un segundo de lo que hice porque no cambiaría por nada del mundo la libertad que siento ahora. Gracias por todo, Liam. No sería la persona que soy hoy sin todos tus consejos, sin todo lo que me enseñaste, y sin todo lo que me amaste. Siempre estaré agradecido de conocerte sin importar que pase entre nosotros. Solo espero que tú puedas decir lo mismo de mí."

Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras leía su extenso mensaje. Estaba tan feliz por él. De verdad lo estaba. Pero mi llanto no era solo por eso. Sino porque sentía que, aún cuando Nathan por fin había salido a luz, era tarde para nosotros. Para tener una relación. Y él tampoco había nombrado nada al respecto en su respuesta. Supongo que una parte de mí esperaba que lo hiciera. Que me dijera que me amaba y que volviéramos a estar juntos. Pero eso no pasó y estaba bien, este era el momento de Nathan y tenía que lidiar con la nueva vida que le esperaba.

Tal vez, simplemente estábamos en diferentes caminos y momentos de nuestras vidas por ahora.

Y aunque lo extrañaba muchísimo, lo aceptaba.

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El chico que detestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora