6. Baño

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Entro en el baño arrastrando los pies. Me he despertado casi una hora antes de que suene el despertador, así que tengo tiempo de sobra para intentar relajar el ardor en mis caderas y en mi trasero con agua caliente. Luego recogeré el desastre que hicimos en el vestíbulo y desayunaré antes de irme a la universidad. Todo saldrá bien si Heechul no vuelve mientras estoy en la ducha.

Me miro en el espejo. Ese maldito demonio me ha marcado demasiado. Chasqueo la lengua. ¿Se ha creído que por ser el duque del infierno puede venir y hacerme lo que quiera? La próxima vez seré yo quien esté encima y se va a enterar. No pienso convertirme en el pasivo de alguien que ni siquiera es humano.

Miro con seriedad mi reflejo. Asiento, giro sobre mis talones y entro en la ducha. El agua ardiente me recorre todo el cuerpo, cosquillea en mi cabeza, me destensa los hombros, me calma el recuerdo de ese brusco aunque fantástico polvo. Me paso una mano por los arañazos de las nalgas y sacudo la cabeza. Me da igual que haya sido genial.

—Va a suplicarme clemencia —me animo, moviendo un puño.

—¿Quién? ¿Quieres que te ayude? Se me da de miedo torturar.

Su voz me hace saltar, y ese salto provoca un horrible pinchazo que nace en mi trasero y me recorre la espalda. Aprieto los dientes mientras me giro a mirarlo. Está en el borde seco de la ducha, vestido con su traje rojo, esperando una respuesta con expectación. Me ruborizo y me odio por ello. ¡Es él quién debería avergonzarse! Trago saliva.

—Tú —lo señalo con un dedo.

—¿Yo? Oh, te has pensado lo de darme otro puñetazo.

—No es eso —frunzo el ceño. Aunque ganas de hacerlo no me faltan. Me aparto el pelo de la frente y trato de no titubear al hablar— La próxima vez que tengamos sexo...

—La próxima vez —repite, torciendo una sonrisa—. ¿Dónde ha quedado el "no voy a dejar que me toques"?

Abro la boca solo para volver a cerrarla. Vale, tiene razón. Me he quejado mucho, he gritado, le he golpeado y bueno, he hecho todo lo posible para deshacerme de él. Pero si no va a dejarme en paz, ¿qué más puedo hacer? Prefiero dejarle claro que quiero ser el de arriba antes que terminar como ayer, siendo follado en el vestíbulo sin ningún cuidado.

Prefiero eso a venderle mi alma.

Así que me estiro y lo miro fijamente. Agradezco que tenga dos ojos humanos y no esa sombra negra tan intimidante.

—Iré arriba —termino mi frase anterior.

Espero su reacción. Que se niegue, que se ría, e incluso que se me lance encima para dejarme claro que no. Muevo los dedos mientras el agua cae sobre mí y Hyukjae solo me mira. De repente, asiente.

—Será divertido —sonríe.

Mis labios también se amplían en una sonrisa. Lo celebro dando media vuelta. Echo champú en la esponja y me enjabono felizmente. No me puedo creer que haya aceptado. Me esperaba más resistencia, pero me alivia saber que no voy a terminar siempre como hoy. Me froto las nalgas con lentitud, me doblo como puedo para lavarme la espalda y me froto la zona trasera del cuello. Luego paso al pelo, que froto con las manos llenas de jabón hasta oler el placentero aroma a lavanda.

Una gota se desliza por mi espalda, haciéndome cosquillas. Baja por mi columna, se cuelga entre mis nalgas y acaricia mi entrada. Salto. Miro a mi espalda con los dedos enterrados en el pelo. Hyukjae sigue mirándome desde fuera, ahora sentado en el retrete con las piernas cruzadas.

Parece elegante incluso así.

—Pe-pensaba que te habías ido.

—Esto es más entretenido —dice, bajando la mirada a mi trasero.

Hugs with the Devil [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora