Quimera da cuatro vueltas sobre sí misma antes de acurrucarse contra mi muslo en el sofá. Está temblando porque hace muchísimo frío, así que la tapo con la manta que me cubre las piernas y sigo tecleando en busca de información para el trabajo que debo entregar antes de la semana que viene.
Suspiro. Ya estamos en diciembre. Dentro de nada podré decir que hace dos meses desde que lo conozco, dos meses desde que descubrí que me gustaban los hombres, dos meses desde que ese maldito demonio se coló en mi vida buscando llevarse mi alma y terminó quedándose porque no se la quise dar. Quedándose para molestarme, seguirme a todas partes y dejarme tan adolorido que hasta los clientes del restaurante me han llegado a preguntar si me encuentro bien.
Pero me he acostumbrado a ello. No me queda otra.
Y además, mirándolo por el lado bueno, ahora tengo una mascota. Es pequeña, cariñosa e invisible a ojos de los demás, por lo que no puedo hablarle de ella a nadie, mucho menos a Heechul, que más de una vez la ha tenido frente a él y no se ha dado ni cuenta. Pero me gusta que duerma conmigo hecha una bolita y me causa muchísima ternura cuando da saltitos intentando volar. Me pregunto cómo serán sus alas.
Paso los dedos por su espalda suavemente durante un rato. Ella permanece inmóvil y tranquila, sin reaccionar a ninguno de mis toques como lo hace su dueño normalmente. La rama de ciencias que estudio no incluye animales de tamaño razonable, no sé nada sobre seres con alas y tampoco sé si la sensibilidad de las suyas es algo común o solo de él. Una debilidad única de Astaroth.
En realidad, no sé nada sobre él. Me dejó con la intriga aquel día diciéndome que en su época decían "verbero" y lo único que tengo claro es que hablaba latín. Eso no me ayuda en nada. Hay tantísimos idiomas formados a partir del latín, proviene de una cultura que colonizó tantos lugares que elegir una época en concreto sin más datos me llevaría a equivocarme sin duda.
No, nada ha cambiado demasiado desde ese día.
—¡Ya estoy en casa! —el grito de Heechul me saca de mi ensimismamiento. Aparto la mano de Quimera, la pongo sobre el teclado y miro hacia la puerta por la que él aparece corriendo, cargado con un montón de bolsas— ¿No estás con Hyukjae?
Mira a su alrededor como si tuviera un escáner en los ojos, paseándose por todo el salón por si se ha escondido, aunque sabe que no le habría dado tiempo a hacerlo. Se asoma a la cocina y al jardín. Vuelve con una mueca de decepción en los labios.
—Hoy no ha venido.
Se deja caer a mi lado en el sofá con un bufido. Quimera suelta un gruñido porque casi la chafa e intenta morderle, pero apoyo una mano sobre su cabeza disimuladamente para tranquilizarla. Por suerte, funciona. No me quiero imaginar lo que pasaría si no.
—No lo entiendo —deja las bolsas en el suelo y se gira a mirarme, frustrado—. Almorzáis todos los días con Kyuhyun y viene siempre a casa a cenar cuando yo no estoy. ¿Acaso no le caigo bien? Soy Kim Heechul, Hae, ¡si hasta usáis el vibrador que te regalé! ¿Qué problema tiene tu novio conmigo?
—No es mi novio —repito por millonésima vez. A él le da exactamente igual y me hace un ademán con las manos para que responda a su pregunta— No tiene ningún problema contigo, pero nunca estás en casa cuando él viene.
—Lo conociste en Halloween y estamos a mediados de diciembre. ¿Me estás diciendo que si durante mes y medio nunca lo he visto, es por culpa mía?
Asiento. Podría arrepentirme o sentirme mal por estar mintiéndole pero, como él ha dicho, hace ya mes y medio desde nuestro primer encuentro. Mentir sobre Hyukjae ya es normal para mí.
Veo en su rostro que mi afirmación le ha molestado. Y lo siento por él, pero bajo ningún concepto voy a dejar que se conozcan. Que sea amigo de Kyuhyun ya es inevitable, mas también es suficiente. El resto del tiempo quiero ser el único con el que hable, el único que lo vea, el único que lo toque y, básicamente, el único con quien tenga relación.
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Hugs with the Devil [EunHae +18]
FanficDonghae solo quería tener un poco de sexo la noche de Halloween, así que no le costó mucho aceptar al chico vestido de rojo que le ofrecía una noche increíble en su casa. Lo que Donghae no esperaba es que Astaroth no fuese el disfraz de Hyukjae, sin...