28. Sueño

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Me duele todo cuando despierto, pero sobre todo la cabeza. Me duele tanto que paso de abrir los ojos y me limito a presionarme contra la almohada. O contra Hyukjae. La verdad es que todavía estoy algo desorientado, pero su aroma, su tacto y su calor me indican que estoy encima de otro cuerpo. El no-latir de su corazón, que es mi novio demonio dejándome descansar sobre su pecho desnudo.

Suelto un murmullo nada entendible y resoplo. Me remuevo sobre él. Me doy cuenta entonces de que tengo las piernas abiertas sobre sus rodillas y que él mantiene sus dos manos apretadas en mi trasero, que el calor en mi cuerpo es mayor de lo habitual y el escozor en mi cuello tampoco es normal. Me lo rasco. Duele. Apoyo ambas manos en el colchón y me levanto cuanto puedo. Él me ayuda sentándome sobre su cadera con un hábil empujón.

Me froto los ojos con las mangas de la camiseta hasta que me veo capaz de abrirlos. Al hacerlo, el aire me molesta tanto que apenas puedo ver nítidamente. Distingo a Hyukjae debajo de mí, con el pelo revuelto y una sonrisa en los labios. Distingo que no está desnudo, solo lleva la camisa abierta. Distingo que yo llevo un jersey que no es mío y, aunque él lleva aún los pantalones del traje, yo solo tengo los bóxer y los calcetines cubriéndome de cintura para abajo. A parte de tener las piernas tan marcadas que parece que me ha atacado una colmena de abejas.

—¿Hicimos algo anoche? —pregunto con la voz ronca, pasando el dedo índice por la constelación de chupetones que tengo en el muslo derecho.

—Estuvimos a punto, pero vomitaste y te quedaste dormido.

Se ríe y me ruborizo. ¿Tan borracho iba? Me paso las dos manos por el pelo. No recuerdo haber bebido tanto, pero tampoco recuerdo muchas otras cosas.

Vuelvo a frotarme los ojos con los puños cerrados. Toso, me remuevo y bostezo. Sus manos dejan mis nalgas para anclarse a mi cadera y se sienta derecho con un pequeño salto sobre el colchón que nos deja a centímetros de distancia.

En el mismo momento que se acerca para besarme, giro la cara.

—Debería lavarme primero los dientes —murmuro.

—Ya lo he hecho yo.

—¿Eh?

—Bueno, te vomitaste encima, así que te he lavado y te he cambiado. Yo solo, eh, sin poderes ni nada.

Sonríe como un niño orgulloso. No puedo evitar imaginarme dormido entre sus brazos mientras me quita el traje sucio, mientras me ducha, frotando todo mi cuerpo desnudo con la esponja, y luego me viste como puede sin chasquear los dedos una sola vez. Vuelvo a mirarme, esta vez fijándome más en mi ropa.

El jersey es al menos dos tallas más que la mía, muestra mis clavículas llenas de marcas y parte de mi pezón izquierdo, hinchado. Me lo rasco con incomodidad mientras compruebo que los bóxer sí son míos; negros con puntos rojos. Llevo además un calcetín a rallas blanco y rojo subido hasta medio gemelo y otro a la altura del tobillo, gris con nubes azules.

Alzo las cejas. Intento ponerme bien el cuello del jersey, pero Hyukjae niega con la cabeza y tira de él hacia abajo. Me frota el pezón con el dorso del dedo índice. Doy un respingo. Lo aparto y cruzo los brazos sobre el pecho.

—¿Has-hasta dónde llegamos antes de que yo... —no termino la pregunta porque me da demasiado repelús imaginarme vomitándome encima. Al menos ahora huelo a champú.

—Solo nos besamos.

—¿Seguro? ¿Y por qué estoy lleno de chupetones?

Me levanto el jersey hasta el pecho. Tal y como creía, no tengo el otro pezón hinchado, pero su una gran marca cerca de la areola, además de todas las que me riegan el resto del torso y me atrevo a decir que también la espalda. Me muerdo el labio para intentar no visualizar más partes de ni cuerpo que haya podido morderme.

Hugs with the Devil [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora