93. Escapar

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Tomados de la mano, Hyukjae y yo salimos del edificio y volvemos al campus repleto de alumnos. Nuestros dedos se aprietan mutuamente, como si tuvieran miedo de que los del otro desaparezcan de repente. No podría soportarlo. No pienso dejar que me quiten a mi demonio de pacotilla otra vez.

Le cuento todo lo que ha pasado desde que nos vimos por última vez en mi casa, cuando ésta se llenó de moscas y yo me bebí su sangre para poder recordarlo. Él atiende en silencio, como si tratara de digerirlo, como si le costara aceptar que he hecho todo esto para salvarlo. No entiendo por qué. Él hubiera hecho cosas peores por mí.

—Luci dudaba que pudiera matar a nadie con esto, pero el cuello de Bárbara lo ha cortado bastante bien —explico, enseñándole la estrella rota—. ¿Con cuántos más crees que funcionará antes de que me la quiten?

Sé que me la van a intentar quitar en cuanto se den cuenta de que está hecha de acero demoníaco. Yo haré todo lo posible por evitarlo, pero soy consciente de que algo tan pequeño puede terminar perdiéndose en cualquier momento. Tal vez debería haberle hecho caso a Lucifer y haber tomado una de sus flechas.

Hyukjae se detiene, haciendo que yo me detenga con él a varios pasos por delante de su cuerpo. Tira de mi brazo para que dé media vuelta y me mira con esos ojazos de color azabache que tanto he echado de menos. Me sonríe, enseñándome sus colmillos. Y yo le devuelvo el gesto, enseñándole los míos.

—¿Me estás diciendo que te apetece rasgar gargantas, muñequito?

—No —respondo sin dudarlo—. Pero se nos acaba el tiempo y haré lo que tenga que hacer para que todo vuelva a ser como era, aunque eso incluya matar a un puñado de demonios que se creen mejores que nosotros.

Asiente, comprensivo y, además, satisfecho. Apoya una mano en mi mejilla y me acaricia el labio inferior con la uña del pulgar. No irá a besarme ahora, ¿verdad? Porque debemos darnos prisa en salir de aquí. No obstante, se inclina sobre mi rostro. Se inclina tanto que nuestras narices se acarician.

—Saldremos de aquí y te conseguiré una bonita espada para que la llenes de sangre.

Jadeo. Todo mi cuerpo entra en ebullición y soy incapaz de decir nada mientras él introduce el pulgar entre mis labios para acariciar mis colmillos. El Hyukjae Golem también lo ha hecho, pero no se sentía ni la mitad de bien que esto. Con él no he sentido que estaba a punto de explotar. Que yo soy la sexta granada.

Presiona su yema contra la punta durante unos segundos y luego presiona el dedo sobre mi lengua hasta sacarlo, dibujando una línea con su sangre que acaba mojando mis labios y goteando por mi barbilla.

Delicioso.

—No sabes todo lo que te haría si tuviéramos tiempo...

Me paso una mano por la barbilla para limpiarme. Me relamo despacio para saborear su sangre. Podría empezar a arder en cualquier momento. Claro que sé lo que me haría, lo sé porque es lo mismo que yo quiero que me haga.

Sin pensármelo dos veces, llevo mi mano manchada hasta su nuca y lo obligo a besarme. Sorprendido, no responde hasta después de un par de segundos. Presiona sus dedos justo sobre el símbolo de mi espalda y me pega a su cuerpo, tomando el dominio del beso. Si quedaba alguna duda de que era él, se desvanece en cuanto me toca los omóplatos.

Me retuerzo, echando la cabeza hacia atrás bruscamente. Mis alas se extienden sin que yo se lo ordene y me elevan varios centímetros por encima del suelo antes de volver a dejarme donde estaba.

—Aquí no podemos parar el tiempo, ¿verdad? —hago un mohín. La verdad es que, si pudiéramos, tendríamos la solución a todos nuestros problemas.

Hugs with the Devil [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora