—¿Por qué lloras cada vez que me ves? —le preguntó Julio al bebé el día que éste cumplió dos meses de vida.
Como no era de extrañar, el llanto ajeno sonaba fuerte y agudo dentro de la cabaña. Tanto Claudia como Marcus Alejandro sabían que él estaba allí, intentando hacerse amigo de su hijo, así que no entraron a molestar. Julio hizo todo lo que estaba en sus manos para calmarlo. Lo meció, le susurró historias, intentó hacerle reír e incluso le cantó un poco, pero nada funcionaba. Ese bebé lo odiaba.
Lo dejó en su cuna y se pasó las manos por el pelo. A veces creía que Marcus Alejandro II lo sabía todo. No de forma consciente, pero que en el fondo sabía que un demonio quería llevárselo y que él había hecho un trato con la reina del infierno para salvarlo. No entendía cómo esto podía hacerle odiarlo si lo único que Julio quería era protegerlo, pero había muchas cosas que todavía no podía asimilar. Cosas como que en dos meses solo los hubiera atacado una tormenta. Parecía un mal presagio, pero ¿por qué todavía no pasaba nada?
¿Era acaso una broma cruel de los dioses?
—Hola, chiquitín. Ven con mami.
Con el corazón tan acelerado que amenazaba con saltar fuera de su pecho, Julio dio media vuelta. No se había equivocado al asustarse, pues la mismísima Lilith estaba sentada junto a la cuna con el bebé entre sus brazos, dormido.
—¿Qué estás haciendo? —apretó los dientes— No lo toques.
Avanzó hacia ella y se inclinó para intentar quitarle al pequeño, pero Lilith, que ahora era rubia y pálida y llevaba una túnica verde, estiró una mano y le impidió moverse de cuello para abajo. Entonces se levantó y comenzó a caminar por la habitación tranquilamente.
—Es una cosita preciosa, ¿no te parece? Mira cómo me aprieta el dedo en un puño. Está destinado a ser un gran guerrero en este mundo, pero nunca lo será si Astaroth se lo lleva.
—No sé dónde está Astaroth —dijo, esforzándose en mover las manos. Le dolía todo el cuerpo cada vez que lo intentaba y fallaba en el proceso— Si... si lo supiera, ya lo habría matado.
—Nadie dijo que sería fácil, cariño.
—¿Por qué no ataca? El bebé está aquí, sano y salvo. ¿Por qué no viene y me lo intenta arrebatar?
—¿Por qué tendría que hacerlo?
—¡Lilith!
La risa femenina atravesó sus oídos, vibrante, estruendosa, aguda, pero solo él podía oírla.
—Verás, cariño, nada es tan sencillo. ¿Crees que Astaroth no sabe que quiero matarlo? ¿Crees que no sabe que estoy conspirando con un humano para deshacerme de él? Lo único que desconoce es al humano en cuestión.
—Pero lo averiguará, ¿no?
—Por supuesto.
—¿Por eso está tardando tanto? Deja que sepa que soy yo. Deja que venga a por mí ya. Sabes que estoy preparado, Lilith.
Vio cómo ella metía al bebé de nuevo en su cama y luego retrocedía haga que él era incapaz de verla. No obstante, la sintió a su espalda. Sintió una caricia en su cabello y un apretón en los hombros. A Lilith le gustaba mucho jugar con sus rizos.
—Estás preparado, mi niño. Pero Astaroth tiene más intereses a parte de ese bebé.
Una caricia en su espalda le devolvió el movimiento. Dio media vuelta y la enfrentó, chocando sin miedo sus ojos verdes con los azabaches de la demonio.
—¿A quién tengo que proteger?
Lilith sonrió.
—Si te digo la respuesta, pasarás el resto de tus días queriendo protegerla.
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Hugs with the Devil [EunHae +18]
FanfictionDonghae solo quería tener un poco de sexo la noche de Halloween, así que no le costó mucho aceptar al chico vestido de rojo que le ofrecía una noche increíble en su casa. Lo que Donghae no esperaba es que Astaroth no fuese el disfraz de Hyukjae, sin...