42. Sincero

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—¡Julio! ¡Julio, por favor! ¡Julio, no lo hagas! ¡Julio! ¡Julio, deja la espada en el suelo! ¡Es tu mejor amigo, Julio! ¡JULIO!

Un grito desgarrador me despierta. Tardo en darme cuenta de que lo he soltado yo.

En medio de la oscuridad, mientras las lágrimas caen descontroladas de mis ojos y la respiración se me acelera como nunca, noto que Hyukjae me rodea desde la espalda con sus brazos. Me pregunta si estoy bien, si quiero contarle de qué iba la pesadilla, si necesito que me duerma con magia para no soñar, si quiero salir a dar un paseo. Me dice que llamará a Quimera por mí.

Y yo solo puedo enterrar la cara entre ambas manos y llorar. No lo he visto. No he visto nada en todo el sueño. Solo he oído mi propio llanto, o el de la mujer que soy en ese momento. He oído al bebé llorar como si su vida dependiera de ello. He oído también un tercer llanto, una carcajada masculina llena de maldad y a la muerte. Y he sentido que me arrancaban lo que más amaba en el mundo.

De repente, aunque no sé por qué, agarro la mano de Hyukjae que reposa sobre mi abdomen y le miro los dedos.

—E-enciende la luz —le pido entre sollozos.

Él lo hace al instante. Entonces me fijo en sus anillos. Me fijo en que no lleva el anular izquierdo y lo miro sobre mi hombro. Lo veo borroso por las lágrimas.

Frunce el ceño.

—¿Con qué estabas soñando, muñequito?

—¿Po-por qué no llevas anillo en el anular izquierdo?

—¿Estabas soñando con eso? —se ríe, y sé qué es lo próximo que va a decirme— No tiene importancia.

Pero no le creo. Hay algo muy dentro de mí que me dice que no lo haga. Sin embargo, le suelto la mano, me secó los ojos con los dorsos de las mías y sorbo la nariz. He logrado pasar la semana de exámenes casi sin dormir, bien por quedarme estudiando, bien por culpa del sueño. Estamos entrenando más que nunca ahora que llega la primavera en Corea y se va el verano en Argentina, así que debería estar cansado cuando me echo en la cama. Pero no duermo más de dos horas antes de despertarme llorando. Ha llegado un punto en el que Hyukjae solo me abraza y me susurra cosas porque cree que estoy estresado por la universidad. O al menos finge que me cree cuando se lo digo.

No sé cuánto tiempo llevo intentando averiguar quién es Julio. Hasta el momento solo sé que lo odio. Que cada noche me hace sentir peor. Que mató al hombre que esa mujer amaba con toda su alma. Comienzo a sospechar que era un demonio y que yo... que esa mujer hizo un pacto con él. No sé qué tienen que ver el bebé, los caballos o el hombre de pelo gris, ni por qué estoy atado a una tabla. Tampoco sé si es un recuerdo o solo una fantasía. Y aunque parezca mentira, cada vez me da más miedo preguntárselo a Hyukjae.

¿Y si él era Julio? ¿Y si es el duque del infierno por eso? ¿Y si soñar con ello es una señal para indicarme que me aleje de él? Pero no lo entiendo. Yo amo a Hyukjae. Él no podría matarse a sí mismo ni aunque quisiera. Él no haría nada que me hiciera sentir mínimamente mal.

Me froto el pelo con frustración y me destapo. En cuanto vuelvo en mí noto que me está besando la espalda desnuda. Recorre mi columna de abajo arriba hasta llegar a mi cuello y lo roza con sus colmillos.

—¿Te estoy relajando? —susurra con la voz ronca. Me lame hasta detrás de la oreja y suelta aire caliente contra ella hasta que se me pone la piel de gallina.

—No —confieso. Vuelvo a mirarlo con un mohín— ¿Me traes una manzanilla?

—¿Puedo seguir dándote besitos mientras te la comes?

—Sí.

—Vale.

Me da un beso en la mejilla y desaparece. Me hace gracia pensar que no sabe lo que es una manzanilla y ha tenido que ir a averiguarlo. Tarda en volver lo mismo que yo en coger mi móvil de la mesilla y quitarle el cargador. Me vuelvo a colocar en la misma posición de antes con las piernas cruzadas y buscó el teléfono de mamá. Mañana la llamaré.

Hugs with the Devil [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora