10. Graznando

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Fingir que nada ha pasado es fácil porque Astaroth me ayuda borrando varios minutos de la memoria de la gente a nuestro alrededor. Nadie sabe que he sido un idiota despistado y que han estado a punto de atropellarme. Nadie, excepto yo. Y, obviamente, el demonio que camina junto a mí con los brazos sobre la cabeza y un mando rosa en la mano derecha.

El vibrador está apagado de momento, pero se encuentra dentro de mí y eso es más que suficiente para que me sienta terriblemente incómodo. Cada paso que doy hace que el hilo cosquillee el interior de mis muslos y tengo la indecorosa sensación de que todo el mundo puede adivinar lo que ocurre solo con ver mi rostro.

Estoy tan sonrojado que voy a estallar.

Aprieto los puños bajo las mangas de la chaqueta mientras camino hacia el restaurante y Yunho me habla sin parar. Sus recuerdos llegan hasta nuestra conversación sobre la pizza y el café, así que me está contando una historia sin mucha gracia sobre el equipo de fútbol y el capuchino del Starbucks.

—N-no lo he probado —es lo único que puedo responder, clavándome las uñas en las palmas. No sé en qué momento se va a encender el dichoso aparato. La incertidumbre puede conmigo.

—¿Nunca? —me pregunta suavemente. Despego la mirada del suelo y la dirijo hacia él mientras niego con la cabeza. Yunho me sonríe— Podemos ir algún día... Si qui-quieres, claro. Yo invito.

Se nota mucho lo que intenta hacer. Todavía no hemos terminado nuestra primera cita y ya está pidiéndome la segunda, está aprovechando que nos lo estamos pasando bien juntos porque sabe que así no le diré que no. Porque ninguno de los dos sabe lo que va a pasar después de cenar. Bueno, yo sí lo sé: nada. Con Hyukjae de vuelta, será un milagro que lleguemos a terminar la cena sin que Yunho se piense que estoy loco.

O que él mismo se ha vuelto loco. Quién sabe lo que estará pasando por la cabeza de ese demonio.

—Me encantaría —respondo sin embargo. Por si acaso.

Yunho me sonríe aún más, notoriamente contento por mis palabras. Aprovecha el siguiente paso para acercarse más a mí y seguimos caminando de forma que nuestros brazos se rozan. Me tiento a poner los ojos en blanco. No es que yo sea un experto ligando, pero él es tan fácil de leer que resulta adorable. Y supongo que eso es malo. Porque no me atrae, no se me ponen los vellos de punta, no tengo ganas de imitar su gesto y pegarme a él. Solo estoy tan cómodo como lo estaría con Kyuhyun.

Por suerte, antes de que pueda apartarme y darle a entender mis sentimientos, llegamos al restaurante. Está bastante lleno de gente, así que Yunho se detiene antes de abrir la puerta.

—¿Quieres que pregunte si tienen una mesa libre o vamos a otro sitio?

—Me muero de hambre —miento—. Pregunta, yo te espero aquí.

Yunho asiente y tira para abrir. Quiero quedarme a solas con Hyukjae unos minutos. Tal vez sea capaz de hablar con él y llegar a un trato. Solo tengo que pensar cómo convencerle sin meter a mi alma en esto.

Lo miro de reojo mientras espero a que Yunho entre, cosa que no hace y no entiendo por qué. Los dos están pensando en algo mientras miran hacia arriba, el demonio con una media sonrisa en los labios y el humano con el ceño fruncido. Dos hombres interesados en mí que no podrían ser más distintos.

Me paso ambas manos por la cara. ¿Cómo he pasado de tener una novia animadora a esto?

—O-oye, Donghae.

Alzo la cabeza un momento. Yunho ha vuelto a cerrar la puerta y me mira fijamente, con las mejillas ruborizadas. Me tenso por completo.

—¿Qué? —murmuro casi sin voz.

Hugs with the Devil [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora