Hugs with the Devil [EunHae +18]

82. Sotto l'ombra d'un bel fior

Una luz intensa me obliga a abrir los ojos. Giro la cabeza hacia el lado contrario del que proviene y miro a Heechul, que duerme plácidamente con una pierna fuera de la cama. Le acaricio el hombro, más que nada para constatar que es real. Que no ha sido todo un sueño.

Luego me giro despacio en busca de esa dichosa luz. No proviene de la ventana ni de la lámpara. Viene de la mano de Hyukjae, que hace formas de fuego entre sus palmas como lo hizo en el cumpleaños de Hana. ¡Hana! ¡Jin! ¿Cuántos años tendrán ya? El pequeño ni siquiera se acordará de mí.

—Ya sé dónde está enterrado Marcus —creo que dice, aunque su voz es apenas audible.

—¿Dónde? —pregunto, suponiendo que no ha sido imaginación mía— ¿En algún templo? ¿Bajo un mausoleo?

Espero pacientemente su respuesta. Tal vez se ríe de mí por escuchar cosas, pero su ceño fruncido me indica que no estoy del todo equivocado. Sigo viendo cómo el fuego se mueve, pero desde abajo es difícil comprender las formas que le da.

—Bajo una flor —contesta por fin, y extiende una palma hacia mí con una flor de fuego entre los dedos.

Sin pensar, intento cogerla, pero se desvanece en cuanto mis yemas se posan sobre su tallo. Mi corazón se salta un latido por la pérdida.

Entrelaza nuestros dedos como compensación.

—¿Vamos? —susurra.

—¿Ahora? —le lanzo una mirada a Heechul— No quiero que se despierte mientras no estamos. Le he prometido que dormiría con él y que lo protegería. ¿No podemos ir mañana?

Sacude la cabeza como un niño testarudo. Al principio me molesta que ni siquiera se haya parado a pensar en mis palabras, pues yo sí que le hice caso antes de venir a por Heechul. Sin embargo, mi amigo sigue vivo y el suyo lleva más de dos mil años muerto. Muerto porque él lo mato. Posiblemente no haya ido nunca a verlo en todo ese tiempo. Y, si lo ha hecho, puede que no supiera que era la tumba de Marcus Alejandro. Tal vez ni siquiera sabía que era una tumba y para él solo era una... una flor.

"Sotto l'ombra d'un bel fior"

Bajo la sombra de una bella flor. ¿Lo sabrá él? ¿Se acabará de dar cuenta? Cruzamos miradas un instante. El que tarda en volver a hacer aparecer la flor en su palma izquierda y fruncir el ceño.

Sí, lo sabe. Por eso estiro mi mano libre y la toco, haciéndola desaparecer por segunda vez al tiempo que pulso mis dedos sobre su piel.

—Vamos —acepto—. Pero prométeme que a Heechul no le pasará nada malo.

—Depende de lo que tú consideres malo...

Ante su risa, hago amago de soltarle las manos. Me lo impide.

—Lo prometo, muñequito —se corrige—. Ahora estira las alas y vámonos, que tenemos un largo camino por delante.

¿Largo? La verdad es que lo primero que me viene a la mente cuando lo dice es que iremos a Sicilia, pues está bastante lejos de donde nos encontramos. Pero no. El viaje es bastante corto. Ni siquiera llegamos a salir de La Toscana. Vamos a Pisa (logro rozar con los dedos un ladrillo de la torre inclinada) y volamos a toda velocidad hasta una cadena montañosa que, de darle el sol, seguro que sería de un verde intenso. Ahora parece negra incluso cuando nos acercamos a ella para aterrizar.

Hay casas construidas sobre ella. No muchas, pero sí las suficientes como para que me dé miedo que alguien nos vea. Me preparo para tener que convencer a alguien de que solo se ha levantado a por un vaso de agua. Nos escondemos tras los árbol como buenamente podemos hasta que llegamos a la zona más alta del monte.