59. La directora

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Frunzo el ceño y pulso el botón verde de la fotocopiadora por tercera vez. El estúpido mensaje avisándome de que no hay papel sigue parpadeando en la pantalla aunque la secretaria ha venido a rellenarla hace cinco minutos. Tomo aire profundamente, intentando calmarme. Una simple máquina no puede hacer que pierda los nervios.

El hecho de que Hyukjae lleve quince minutos en el baño y no vuelva para ayudarme es diferente. Sé que no está acostumbrado a tener necesidades básicas, pero en su casa no tarda ni cinco minutos. Hace lo que tenga que hacer, tira de la cadena, se lava las manos y vuelve. Como me ha visto hacerlo mil veces desde que nos conocemos. Igual que comer cuando tiene hambre, beber cuando tiene sed o dormir cuando tiene sueño. Ayer lo hizo todo fenomenal. Hoy le he dejado en la cama para ir a la universidad y lo primero que me ha dicho al llegar es "¿La udiversidad tiene baño? No sabía que el camino desde mi casa era tan largo".

Meneo la cabeza, pensando que tengo que enseñarle a ir en autobús. La otra opción es despertarlo a mi vez y que me acompañe a clases, aunque sea como oyente. De esta manera podría cumplir su palabra de ser mis manos, tomaría apuntes por mí y no debería de preocuparme porque la máquina de las narices se niegue a fotocopiar la libreta de mi compañera. Me aguanto las ganas de darle una patada, meto la mano bajo la tapadera y empujo con el brazo vendado hacia arriba para abrirla y poder sacar las hojas del escaner.

—Que te jodan —gruño.

La fotocopiadora hace un ruido raro. Por un momento siento que me ha contestado, pero ni siquiera es un ser animado como Quimera o Armida. Sacudo la cabeza. El estrés de los últimos días me está pasando factura.

—¡Donghae! —me llama alguien mientras lucho para abrir la cremallera de la mochila— Por fin te encuentro...

Aprieto los labios, dejo las hojas encima de la fotocopiadora y desisto. Necesito ayuda. Ahora mismo lo único que puedo hacer sin ella es caminar. Y ni siquiera sirve porque he tenido que pedirle a Kyungsoo que me trajera en el coche. Espero que nadie le diga nada por estar esperando en el aparcamiento.

Hago mis pensamientos a un lado antes de mirar por encima de mi hombro. La persona que jadea agotada, porque al parecer me estaba buscando arduamente, es Yoona. Boqueo. Hace meses que no hablamos. ¿Qué es tan urgente? Veo la preocupación en sus facciones y me giro para mirarla de frente. Solo una cosa pasa por mi cabeza.

—¿Qué ha pasado? —cuestiono sin rodeos.

Ella se pasa una mano por el pelo y señala hacia el pasillo que tiene detrás. Parece confusa, como si no encontrara las palabras adecuadas para responderme. Me mira de arriba abajo con sus ojos delineados. Sé que se da cuenta de que he tenido un accidente y, por alguna razón, eso le ayuda a hablar.

—Yunho —dice. Mi corazón se detiene un momento— Yunho y tu novio están peleándose en el baño. No sé qué ha pasado. Cuando he llegado, ya había un montón de gente asomada en la puerta. Uno de los profesores ha intentado separarlos, pero casi le pegan también.

—Dime que es una broma —suplico.

Yoona menea la cabeza.

—Deberías darte prisa.

Salto sobre mis pies porque sé que tiene razón. Vuelvo a dar media vuelta, apoyo el codo derecho sobre la mochila y hago un esfuerzo por abrir la cremallera de mi mochila. En cuanto lo he conseguido, tomo las hojas de apuntes prestados y las meto entre dos libros. Es difícil ir rápido y hacer las cosas con cuidado al mismo tiempo.

Justo antes de que pueda cerrar la cremallera, dos manos me arrebatan la mochila. Veo cómo Yoona lo hace por mí. Se cuelga las correas de un brazo y me hace un gesto con la mano para que la siga antes de echar a correr.

Hugs with the Devil [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora