85. Egoísta

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Yunho me limpia las lágrimas con los pulgares. Aunque se nota que está confuso, no me acosa a preguntas. Se mantiene callado, esperando a que yo deje de sollozar y le dé una explicación.

No sé qué decirle. No hay más hipótesis ni más experimentos ni más conclusiones en mi cabeza. Solo hay una realidad, que he besado a otro hombre y he sentido cosas que nunca creí que podría sentir. Que quiero desvanecerme sobre esta cama y aparecer donde sea que esté Hyukjae para pedirle que vuelva a posar sus labios sobre los míos. Que estoy enamorado de alguien que ni siquiera es humano, pero no me importa porque creo que, en el fondo, yo ya lo sabía.

No puedo decirle nada de esto a mi novio. Lo quiero, lo quiero muchísimo. Hasta hace dos días lo amaba. Tenía planeado pedirle que se mudara a mi habitación de forma definitiva antes de que acabara el año. Había planeado miles de cosas para hacer juntos. Todo mi futuro estaba resumido en nosotros dos, nuestros amigos y nuestra familia. En él y yo. La posibilidad de que ocurriera algo que nos hiciera romper era tan remota que no la consideraba. Nos veía adoptando, madurando, envejeciendo, encogiendo, arrugándonos juntos. Veía nuestros nombres uno junto al otro en el cementerio. Quizás era un futuro idílico, pero hace dos días yo no dudaba de nada y pensaba que, si alguno de los dos la cagaba, sería él.

Pero he sido yo. La he cagado del todo. Ahora intento mirar hacia el futuro y solo veo un montón de sombras porque tengo los ojos empapados. Hasta llevar su camiseta puesta me hace sentir culpable después de haber dejado que otro meta sus manos debajo de ella. Pero es que no ha sido un otro cualquiera. Hyukjae y yo tenemos algo especial, algo que no se puede explicar científicamente, algo que me da mucho miedo.

Alguien me dijo, aunque no recuerdo quién, que el amor no era amor si no daba miedo. Fuera quien fuera supongo que no le faltaba razón.

Aprieto los ojos con fuerza, dejando ir en este gesto las últimas gotas. Noto dedos evitando que se deslicen más abajo de mis pómulos. Las manos de Yunho me sujetan con suavidad la cabeza, esperando. Cuando abro los ojos parar mirarlo, me doy cuenta de que se sorprende porque he dejado de llorar después de un buen rato. Sorbo la nariz e intento sonreír. No me sale. No puedo dedicarle algo que significaría "estoy bien" cuando no lo estoy.

Lo tomo de las muñecas para que me suelte y, despacio, entrelazo mis dedos con los suyos. Aprieta, arqueando las cejas. Respiro profundamente.

—Te quiero...

—Y yo a ti, Hae. No sé cómo...

—Te quiero —repito, interrumpiéndolo—, y por eso no puedo hacerte daño. Estoy tremendamente confuso, no te voy a mentir. Hasta hace dos días eras todo en lo que pensaba, pero ahora que él ha aparecido...

El agarre de sus dedos se afloja por completo. No le impido que los aparte de los míos porque tiene todo el derecho de no querer ni tocarme después de lo que acabo de insinuar. Cruzamos miradas y sus ojos brillan, tal vez por la esperanza de que no sea lo que cree, tal vez porque está a punto de llorar. Agacho la cabeza.

—¿Él? —pregunta en un hilo de voz. Solo decirlo le duele.

Solo oírlo me duele a mí también.

—Me gusta otro hombre, Yunho. No sé cómo ha pasado, pero él apareció hace dos días y no puedo sacármelo de la cabeza desde entonces.

—¿Hace dos días? Hace dos días lo hicimos en la cocina. ¿Estabas pensando en otro mientras te follaba?

Se baja de la cama de un salto, tan precipitadamente como quien quiere alejarse de algo que le da miedo o asco o que simplemente desprecia. Su pregunta ya lo dice todo, pero sus ojos me gritan con rabia porque lo he traicionado.

Hugs with the Devil [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora