18. Besando

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La sala de cine está llena de parejas, tanto homosexuales como heterosexuales, que se besan por los rincones. Están los adolescentes de antes, metiéndose mano en una de las últimas filas, y me arrepiento de haber pensado que ellos iban a ser más tranquilos que la otra pareja. Aunque si en esta película el público está así, ¿cómo estará en la comedia para adultos? Hago una mueca. Prefiero no saberlo.

Buscamos nuestros asientos y nos sentamos. Estamos junto a la pared, en una de las filas más cercanas a la pantalla. No hay absolutamente nadie por aquí porque todos han elegido el fondo, cosa que me alegra sobremanera porque no me apetece nada ver a gente desconocida morreándose delante de mí. Los únicos besos que quiero ver son los de los protagonistas de la película.

Pongo el refresco en el reposavasos entre los dos y estiro una mano hasta él para tomar un puñado de palomitas. Están echando los trailers todavía y Hyukjae mira embobado la pantalla gigante.

—Esto no se parece a un teatro —dice en voz alta.

Le doy un pequeño golpe en el hombro y me inclino sobre su oreja.

—Aquí tienes que susurrar para no molestar a los demás —le indico, y cojo más palomitas antes de alejarme.

Él me mira detenidamente durante varios segundos. Luego mira sobre su hombro hacia un lado y hacia el otro revisando toda la sala que tenemos detrás. Estoy seguro de que piensa que no molestamos a nadie porque nadie está prestando atención, pero no lo dice y sigue mirando los trailers mientras come tranquilamente. Cuando han pasado ya tres o cuatro, se gira hacia mí y se inclina para susurrarme en el oído como yo he hecho antes.

Lo hace tan cerca que no le oigo porque solo me hace cosquillas con sus labios. Me muerdo el labio y me rasco la oreja, mi rostro empezando a ruborizarse porque me siento como un idiota.

—Re-repítelo —le pido.

Él me toma la muñeca para apartarme la mano y vuelve a pegarme la boca al oído. Suelto una risita tonta.

—Pero aléjate —lo empujo un poco—. No oigo nada si hablas así.

—¿No oír nada te hace gracia?

—¿Eh? No. Pe-pero me haces cosquillas...

Es al segundo siguiente cuando me doy cuenta de que he cometido un grandísimo error. Cuando veo que sonríe, aprieta con más fuerza mi muñeca y vuelve a inclinarse sobre mí. Empieza a soltar palabras que no entiendo solo para que su aliento choque contra mi oreja y yo me retuerzo intentando alejarlo de mí sin éxito, tratando de aguantarme la risa.

Sacudo los hombros y logro golpearle en la barbilla, pero no se aleja. En su lugar, se carcajea suavemente, empezando a negar con la cabeza porque su nariz se roza contra mí. Pero eso más que hacerme reír, me pone los vellos de punta.

—Va... va a empezar la película —digo sin dejar de empujarlo para que se detenga.

—Yoona ha dicho que era aburrida.

Pasa la lengua por el borde de mi oreja y baja hasta mi oído, donde se detiene para soplar con suavidad. Me estremezco completamente. ¿En qué momento me he vuelto tan sensible? Aprieto los labios. No quiero pensar que es culpa suya.

—Aun así... quiero verla...

—Hmm —murmura, besándome el lóbulo—. Tienes un agujero.

—Lle-llevaba pendientes en el instituto. Para de una vez...

—Bien —me lo mordisquea durante un rato antes de, juguetón, añadir—: Pararé si me das un beso.

Se aleja de mí lo justo para que nuestros rostros queden a escasos centímetros cuando giro la cabeza para mirarlo. Aunque su petición no es nueva, sigue sorprendiéndome. Igual que me ha sorprendido lo que ha hecho en la cola para las palomitas. Igual que me sorprenden muchas cosas con respecto a nuestra relación. Porque todo es muy raro; estamos en una cita y realmente quiero besarlo.

Hugs with the Devil [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora