Hyukjae baja del coche de un salto y me tiende una mano, que hago amago de aceptar, pero la aparta antes de que pueda tocarla y menea la cabeza.
—Con cuidado —dice entonces, haciéndose a un lado para dejar que me apee por mí mismo. Luego cierra la puerta y se coloca dentrás de mí con las manos sobre mi cintura. Oigo un rugido, pero éste no viene de su barriga, sino de su garganta.
—No soy de cristal, Hyuk. No voy a romperme.
—Aunque estuvieras hecho de acero demoníaco, muñequito. Estás así porque no pude protegerte.
—Yo podría decir lo mismo...
Vuelve a gruñir como respuesta y suspiro. Si no me hubiera entretenido hablando con Sucy, probablemente no se habrían llevado a Hyukjae de allí ni lo habrían encerrado en ese maldito armario. Sé que no es culpa mía, pues no lo podía saber, pero él tampoco era consciente al principio de que iba a terminar así, ¿no? Y a mí me parece más grave la pérdida de poderes que unos cuantos esguinces. Lo mío se curara en unas semanas, lo suyo...
Tomo aire profundamente. No voy a dejar que el pesimismo se apodere de mí. Son casi las cuatro de la mañana y estoy yendo con mi novio a un supermercado que abre veinticuatro horas para comprar algo de comida. Si le quitamos todo lo sobrenatural al asunto, suena bastante bien.
Intento poner mi mejor sonrisa mientras atravesamos la puerta hacia la tienda vacía. Es lunes de madrugada. Gran parte de la población está durmiendo para levantarse dentro de tres horas, si no menos, e irse a trabajar o a estudiar. Yo, por ejemplo, tengo clases mañana. Pero voy a faltar igual que he faltado al trabajo porque el viernes tuve un accidente con la bicicleta. Todavía tengo que explicarle a Heechul y a Kyuhyun por qué yo, que siempre voy en coche o caminando, decidí montarme en bicicleta aquella tarde.
—Bienvenidos —murmura el dependiente sin ganas, sin levantar la mirada de su teléfono y sin levantarse de la silla en la que está sentado.
Hyukjae aprieta sus dedos en mi cintura de forma protectora. Deja que lo guíe en silencio por un pasillo de neveras llenas de congelados hasta que llegamos a las pizzas y entonces apoya la barbilla en mi hombro sano. Hay mucha variedad, así que le toma un buen rato decidirse.
—¿Por qué no te quedas aquí pensando y yo voy a dar una vuelta? Tenemos que comprarte más cosas a parte de pizza ahora que necesitas alimentarte para sobrevivir —susurro lo último.
Intento dar un paso hacia delante, pero él me obliga a retroceder y me abraza contra su pecho. Es lo suficientemente suave para que no me duela pero lo bastante fuerte para que me resulte imposible escapar. Resoplo.
—Hyuk, en serio. Solo porque ahora no puedas curarme no significa que esté en peligro constante.
—Eso dices, pero ¿y si toman el cuerpo de ese chico y nos atacan? No pienso separarme de ti ni un momento.
Pongo los ojos en blanco. Las cosas han cambiado mucho desde el comienzo de nuestra relación, cuando no le importaba lo más mínimo que me hiriera. Recuerdo haberme roto la nariz por su culpa, haberme caído por las escaleras e incluso estar a punto de ser atropellado, aunque en este último caso me salvó. Supongo que siempre le ha dado igual porque podía arreglarlo solo chasqueando los dedos, cosa que, si lo pienso, parece aplicarse a todo. Ahora tiene que vestirse manualmente, tiene que ir a comprar y tiene que ir a los sitios sin teletransportarse. Cuanto más lo pienso, más me envuelve la preocupación.
—¿Y puedes hacerte invisible? —pregunto, mirando nuestro reflejo en la puerta transparente de la nevera.
Él se lo piensa un momento.
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Hugs with the Devil [EunHae +18]
FanfictionDonghae solo quería tener un poco de sexo la noche de Halloween, así que no le costó mucho aceptar al chico vestido de rojo que le ofrecía una noche increíble en su casa. Lo que Donghae no esperaba es que Astaroth no fuese el disfraz de Hyukjae, sin...