Estoy cansado, dolorido, ahogado. Me escuecen los ojos, me duele el pecho y apenas puedo mover la muñeca izquierda, por no hablar de que tengo la mejilla hinchada y de que no entiendo nada, pero nada de lo que esas brujas me gritan desde el otro lado de la meda. Mi mente está centrada solo en mantener activo mi cuerpo, porque un solo momento para descansar puede suponer que Asmodeo consiga mi alma.
Gracias a mis nuevas habilidades y al entrenamiento con Hyukjae, estoy logrando esquivar todos los golpes que ese demonio quiere darme con su espada. Una espada de verdad que ha hecho aparecer en la mano de la rubia, tal y como mi novio me advirtió que lo harían. Se trata de un uno contra uno, no de un grupo de demonios contra nosotros dos. Preferiría que estuviera conmigo, pero afortunadamente tengo la situación bajo control. Asmodeo no es precisamente el mejor espadachín del mundo.
—Deja de retorcerte como una sanguijuela y date por vencido, humano. Tu alma será mía.
De un salto hacia atrás, mi espalda queda pegada a la mesa grande. Él intenta clavármela, pero me agacho y termina hundiéndola en la madera. Veo entonces mi oportunidad. No me está mirando, así que me alejo y rozo el talismán con los dedos. Pienso en Hyukjae, en mamá e incluso en las brujas. Solo un roce de mis dedos y ese demonio quedará inconsciente, incapacitado para hacerle daño a nadie. Solo un roce.
Me muerdo el labio, estiro las manos y avanzo despacio hasta él mientras intenta sacar su espada de la mesa. Doy un paso y otro y otro más y, en el cuarto, estiro los brazos. Estoy a escasos centímetros de tocarlo cuando algo frío y metálico se coloca bajo mi barbilla. Paso saliva.
Maldición.
Asmodeo suelta la espada de la mesa para aferrarse la nueva. Mira mis manos con detenimiento y yo las levanto sobre mi cabeza en son de paz. Mi corazón va a mil kilómetros por hora. Mis piernas tiemblan, amenazando con dejarme caer en cualquier momento. Y mis oídos chirrían como si llevara unos tapones rotos. Tal vez sea culpa del miedo o del propio Asmodeo. No lo sé, pero lo odio, porque probablemente las brujas estén intentando decirme algo y yo solo escucho a ese asqueroso demonio.
—No... no vas a conseguir mi alma matándome...
—¿Ah, no?
—N-no. Si... si me matas, i-iré al cielo y esos "imbéciles celestiales" se la que-quedarán.
No estoy completamente seguro de lo que le he dicho, pero creo que, si fuera de otra manera, Hyukjae podría haberme matado al conocernos y dejar de insistirme con que pidiera un deseo y le vendiera mi alma. No me hubiera protegido como me protege ni me hubiera seguido ni hubiéramos terminado siendo novios. Todo esto ha pasado porque él necesitaba que le diera mi alma voluntariamente o ésta irá al cielo cuando yo muera.
Pero los otros demonios también intentaron matarme para hacerse con mi alma. O no saben que sería inútil o hay alguna forma de arrebatarme el alma después de muerto. Cierro los ojos y espero, con todas mis fuerzas, que sea lo primero.
—¿Cómo estás tan seguro de que irás al cielo? ¿No crees en la reencarnación?
—Cre-creo que primero iré al cielo y luego... luego me reencarnaré... otra vez.
Me clava la punta de la espada levemente en el cuello. No me corta, pero solo necesitaría girar la mano para rajarme la garganta. Si tan solo pudiera estirarme y conseguir la otra espada. Si no estuviera dentro del cuerpo de una persona inocente, lo mataría.
Tiemblo, conteniendo las lágrimas de impotencia, mientras él se dedica a recorrerme de arriba abajo con la mirada. Acaricia el lunar de la rubia y menea la cabeza.
—Habitualmente sí, pero creo que eso ya no volverá a pasar. Tu bonita alma y tú habéis hecho lo único que no podíais hacer y ahora, o mueres y vas al cielo, o mueres y vas al infierno. Dos opciones —levanta índice y corazón—. Y ya sabes quién tiene una espada contra tu garganta.
ESTÁS LEYENDO
Hugs with the Devil [EunHae +18]
FanfictionDonghae solo quería tener un poco de sexo la noche de Halloween, así que no le costó mucho aceptar al chico vestido de rojo que le ofrecía una noche increíble en su casa. Lo que Donghae no esperaba es que Astaroth no fuese el disfraz de Hyukjae, sin...