Los grilletes tintinean contra el suelo mientras avanzo, con los brazos inmovilizados a la espalda por una cuerda y la boca ocupada por una mordaza. Para estar tan seguro de sí mismo, está tomando muchas precauciones.
Hago crujir los huesos de mi espalda con fingida parsimonia. A mi izquierda está Lilith; todavía lleva la espada en sus manos y, aunque nada ni nadie la sujeta, va rodeada por densas nubes de moscas que la escoltan para que no se escape. A mi derecha se encuentra Hyukjae; solo lleva las manos atadas, pero se mantiene silencioso como si estuviera en las mismas condiciones que yo. A ambos nos apuntan con una espada por detrás, listos para atravesarnos con ellas si se nos ocurre dar un paso fuera del camino marcado por Belcebú.
Me froto la barbilla llena de saliva contra la camiseta, intentando menguar la sensación de incomodidad que me produce no poder tragarla con normalidad. A parte de eso, me mantengo erguido durante todo el camino, siguiendo el cuerpo de mi mejor amigo por los pasillos y escaleras de esa cárcel infernal. Lo único que me alivia de todo esto es ver al Golem con forma de Ryeowook con nosotros. Es muy probable que aquel que maté en Florencia fuese igual a este. Que ninguno de los dos fuese el Ryeowook real. Eso significaría que Kyuhyun y Sungmin tampoco están aquí.
Que el único que está es Heechul. Después de vender su alma dos veces a Belcebú, era obvio que éste podría usar su cuerpo como quisiera. Es obvio que me va a costar mucho matarlo con esa apariencia. Ni siquiera sé si Heechul sigue todavía ahí dentro, si ahora mismo está viendo todo lo que ve ese demonio. Espero que no, que al menos esté dormido y no sufra cuando todo pase.
Sea cual sea ese "todo".
Salimos de la cárcel y un agarre en mi muñeca me obliga a detenerme frente al muro de moscas que hace no mucho he hecho explotar con una granada. Intento sonreír con la asquerosa bola de metal en la boca, pero no puedo conseguir nada antes de que los ojos azabaches de Belcebú se claven en los míos. Le devuelvo la mirada, duro. No le tengo miedo. Puede torturarme todo lo que quiera, pero acabaré matándolo antes de que consiga mi alma.
—Traed a los otros —ordena, cruzándose de brazos con irritante satisfacción. Si está nervioso, no se le nota.
Miro atrás y veo a Astaroth en su forma real, contenido contra la pared por dos golems sin forma que sujetan espadas relucientes. Él los mira con los colmillos apretados. Si no tuviéramos un plan, ya los habría matado.
De pronto, me agarran el pelo y me obligan a mirar al frente. Gruño e intento zafarme. Belcebú no me deja. Tira de mí para que mire hacia arriba y se inclina hasta que noto su aliento contra mi nariz. Huele a la pasta de dientes de Heechul.
—No quieres perderte esto, Donghae. Será mejor que estés atento.
Me guiña un ojo antes de soltarme. Aunque una parte de mí se muere por apartar la mirada y retarlo, otra tiene verdadera curiosidad por saber a qué se refiere. Así que aprieto los puños y cedo. Él sonríe. Ojalá estuviera en el cuerpo de un desconocido.
No, no me dejo derramar una sola lágrima. Me mantengo firme, mirando hacia arriba, esperando ver lo que está planeando.
Primero llega Lilith, que no sé dónde se habrá metido. Sujeta el inicio de unas cadenas en el puño. Es obvio que arrastra a alguien con ellas. Me noto temblar. Apenas puedo parpadear un par de veces antes de verla; lleva grilletes en las patas, un bozal y un extraño corsé que le impide separar las alas de su espalda. Ni siquiera se queja mientras avanza con el rabo entre las piernas, cabizbaja.
—¡Mhm-mhm! —intento gritar. ¡Quimera!
—¿Qué te parece? Yo le habría arrancado las alas como a su dueño, pero mi especialista no ha llegado. Creo que cierto ángel le ha rebanado el cuello hace un rato.
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Hugs with the Devil [EunHae +18]
FanfictionDonghae solo quería tener un poco de sexo la noche de Halloween, así que no le costó mucho aceptar al chico vestido de rojo que le ofrecía una noche increíble en su casa. Lo que Donghae no esperaba es que Astaroth no fuese el disfraz de Hyukjae, sin...