71. Funeral

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Mucho antes de llegar al cruce de caminos nos encontramos con un cordón policial. Son aproximadamente las ocho de la mañana del sábado, por lo que no hay ningún civil a parte de nosotros circulando por los alrededores. Solo veo policías que van y vienen, que entran en el bosque y salen de él, que suben y bajan de sus coches, que se inclinan sobre los cuatro cuerpos que no distingo bien desde la lejanía pero que conozco de sobra. No van a parar hasta encontrar el dichoso arma homicida.

—No hay ningún cuchillo —murmuro, mirando de reojo la mochila que Kyungsoo porta a la espalda—. Van a pasarse días buscando para nada y al final vendrán a nuestra casa para ver qué sabemos. Soy un sospechoso potencial.

Heechul aprieta el agarre que tiene en mi brazo para tirar de mí. Hace que dé media vuelta y nos metemos por el césped en dirección al bosque a toda prisa. Puede que estemos muy lejos de nuestro destino, pero entiendo que lo hace para que la policía no nos vea. Dicen que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen y no quiero que nadie piense eso sobre mí. Ya tengo suficiente con la culpabilidad que me devora el pecho.

—Si te ven, serías algo más que potencial.

—Si supiera cómo usar mis poderes, podríamos hacernos invisibles.

—O podrías poseer al jefe de policía para que diera la investigación por terminada —añade, y lo dice en serio.

Sacudo la cabeza.

—¿Qué te suena más, el término "posesión demoníaca" o el de "posesión angelical"?

—El primero.

—Exacto, porque los ángeles no suelen hacerlo. El que poseyó a Yoona era Uriel, un arcángel, como Gabriel o Miguel, de los más fuertes, y tuvo que usar su cuerpo inerte para llevarme hasta allí —señalo el cruce— porque no encontró otra forma de hacerlo. No estoy rodeado por el tipo de gente que aceptaría ser poseído por un ángel.

Heechul frunce el ceño. Hace, como mucho, dos horas que le he contado la verdad. En este tiempo ha estado haciéndome preguntas que le he respondido detalladamente, así que, ahora mismo, lo sabe prácticamente todo desde que Hyukjae y yo nos conocimos en Halloween hasta el reencuentro de ayer. Todavía está algo irritado por no haberse dado cuenta por sí mismo de la situación, pero ya se le pasará. Han sido seis meses bastante intensos. Si a mí me costó vivirlos, a él no le va a resultar sencillo asimilarlos.

—Siwon lo aceptaría —dice finalmente. Toma también a Kyungsoo del brazo y se asegura de que vamos los tres juntos mientras cruzamos la primera hilera de árboles— No va a misa constantemente porque le gusten las canciones.

—Es verdad —digo hacia él y también hacía mí mismo—. Ayer Yoona... bueno, Uriel, os nombró a Siwon y a ti. Dijo que era raro que salierais juntos siendo tan diferentes. Puede que tenga algo que ver con todo esto —me subo las gafas de sol a la cabeza para ver mejor por dónde piso—. Si siguiera vivo, le preguntaría.

—¿Y crees que contestaría?

—No lo sé. No conozco ninguna forma de hacer hablar a los ángeles; de momento solo he torturado a Lucifer...

Me froto la barbilla, pensativo. Es una pena que el talismán solo funcione con demonios, porque sería una buena opción para hacer daño a quien querramos interrogar sin llegar a matarlo. Aunque, si encontramos algo que hiera a los ángeles, ¿me haría daño a mí también? Posiblemente.

Oigo una carcajada y salgo de mis pensamientos. Heechul me está mirando fijamente sin dejar de avanzar entre los árboles. Arqueo las cejas, preguntándome qué le pasa.

—Eres increíble —menea la cabeza.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Acabas de decir que has torturado a Lucifer, Hae. A Lucifer. No sabes lo que me ha costado no cagarme encima cuando le he visto aparecer de la nada.

Hugs with the Devil [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora