Phil y Eric nos acompañaron hasta la puerta de casa, me despedí de Eric y de Phil, no sé por qué pero tenía la sensación que todos estaban raros conmigo.
Me miraban de forma extraña, como con nostalgia, suponía que estaban preocupados por mí, por irme sola sabiendo como estaba psicológicamente.
Entramos en casa.
Solos por fin¡¡ - chillé y abracé a Bruno - alegra esa cara, que quien te vea parece que no te guste la idea.
Te quiero mucho, no lo olvides nunca - me dijo mientras me besaba.
Yo ya no podría vivir sin ti. - le contesté
Claro que sí, tonta, podrías vivir sin mí, perfectamente - me contestó, la verdad que esa contestación me dejó un poco pensativa.
No me lo vas a decir? - le pregunté
El qué? - me dijo Bruno
Lo que te pasa? - Le dije - pero si es para decirme que nada, no hace falta que contestes.
Me estaba enfadando, me sentía que me escondía algo, que me mentía, algo pasaba que no me estaba diciendo.
Hacemos la cena? - me preguntó.
Intenté respirar y olvidarme de todo, no quería discutir nuestra última noche, antes del viaje.
Vale¡¡, buena idea, tengo mucha hambre - le dije.
Mucha mucha mucha? - me preguntó, con cara de pervertido.
Bastante para quedarme con ganas de postre - le dije, mientras le apreté el culo.
Las señoritas no hacen esas cosas - me dijo Bruno, mientras me sonreía.
Y quien ha dicho que yo sea una señorita?? - le contesté - ve delante así puedo ver tu parte trasera.
Me siento acosado - me lo decía mientras iba andando, moviendo su culo como si estuviera en un desfile de moda.
Hicimos la cena mientras nos reíamos. Volvíamos a estar bien juntos.
Mientras yo estaba haciendo los últimos detalles en la cocina, Bruno salió y arregló el comedor, encendiendo velas, por toda la casa.
Me esperaba en la mesa, mientras que yo salí con los platos ya preparados, miré a mi alrededor e intenté fotografiar en mi mente, lo que veía, todo tan romántico, y lo mejor de todo él sentado esperándome.
Empezamos a cenar, mientras entrelazamos nuestros pies, y de vez en cuando juntábamos nuestras manos.
Me sentía dichosa por estar con Bruno, después de todo lo sucedido en nuestra relación, y poniendo en la balanza lo bueno y malo vivido, me valía la pena y no lo dudaba en dejarlo todo por él.
Nos fuimos a la terraza después de terminar de cenar, con nuestras copas de vino.
La noche estaba estrellada, y nos tumbamos juntos en las tumbonas que tenía al lado de la piscina.
Sólo son cuatro días, en nada pasara y volveremos a estar juntos - le dije.
Si claro, seguro que pasara rápido - me contestó, mientras seguía mirando las estrellas - pero igualmente te voy a echar mucho de menos. Sin ti los días ya son diferentes.
Me elevé un poco, haciendo que mi cara se juntara más con la suya.
Te quiero mucho - le dije.
Y yo a ti no sabes cuánto¡¡ Daría todo por ti¡ lo sabes no? - me dijo.
Claro¡¡¡ - le contesté mientras le besé.