El sentado en el sofá y yo encima de él, mientras le besaba mis lágrimas rebosaban, no podía evitarlo, estaba mal, intentaba aguantar, intentaba disfrutar del tiempo que quedaba.
Me daba la sensación que era nuestro final, que ya no lo iba a ver más.
Estaba angustiada por estar sin él, dormir sola, vivir sola, sentirme sola, sensación que antes de conocerle adoraba, tanto he cambiado en este tiempo!, pensé.
Bruno seguía besándome, pero notaba que no estaba con él, que estaba en otra parte. Se paró y me miraba, apartándome el pelo de mi cara. Acariciándome la mejilla, mientras no apartaba la vista de mí.
Yo no entendía porque no me preguntaba que fuera con él, porque no me lo pedía, ahora mismo no tenía trabajo, no había encontrado nada y Miguel ya no me ayudaba, estaba enfadado conmigo por lo que había pasado con el vuelo, no entendía tanto amor hacia una persona, abandonando toda mi vida por él, supongo que él no lo entendía porque no conocía a la persona que me había convertido, Miguel había conocido a otra Ariadna, a la luchadora, fría, calculadora e independiente.
Bruno seguía mirándome, mientras yo seguía en mi mundo de pensamientos, él no me hablaba sólo observaba y me acariciaba la cintura.
Necesitaba ser fuerte, necesitaba que volviera una pequeña parte de la antigua Ariadna, necesitaba su ayuda.
Estas aquí? - me preguntó Bruno.
En esa momento me di cuenta que estaba en una nube y que tenía que bajar - perdona, lo siento - le dije mientras bajé la mirada.
No pasa nada - me dijo.
Quieres que vayamos a dar una vuelta? - me preguntó.
No - le contesté.
Que te apetece, hacemos lo que tu quieras? - me preguntó.
Estaba a punto de pedirle que no se fuera, que dejará el tour, que abandonará todo por mi, igual que había hecho yo por él, que nos fuéramos a Hawai y que viviéramos allí, que fuéramos felices los dos juntos, y que nunca nos separáramos, pero no lo hice, me quedé en silencio.
Abrazame, Bruno - le supliqué.
Bruno subió sus brazos de mi cintura a mi espalda, mi cuerpo se acercó al suyo y sus brazos me apretaron fuerte contra su cuerpo.
Por favor no te pongas triste hoy, por favor - me suplicaba - tenemos que intentar estar bien, para disfrutar de esto.
Te quiero - le susurré.
Ehhh, vale, fuera la pena, venga!! - me dijo.
Vale!!! - le dije - mandón.
Que quieres hacer? - me preguntó.
Me acerqué a su oído y le susurré - hacerte el amor.
Mmmmm y que me vas a hacer? - me preguntó.
Me acerqué a su oído - voy a besarte, y morder tu cuello pero todo muy lentamente, te quitaré la camiseta y acariciaré tu pecho, mientras bajaré mi mano hacia tu - le decía mientras me interrumpió.
Para, para - me dijo - no puedo saber más, me esta volviendo loco, bésame ya¡.
Mis labios rozaron los suyos, quería ir despacio, pero Bruno me agarró con fuerza, y me besaba como si el tiempo se nos fuera rápido, sus manos agarraban mi cuerpo, clavando sus dedos en mi piel.
Quiero hacerte el amor toda la noche - me susurraba entre sus besos - no quiero dormir.
Pues como sigamos así, poco vamos a durar - le dije, mientras mi voz salía entrecortada.
