Estaba nerviosa, su cuerpo me excitaba, y cada vez que veía que se acercaba a mí, mi respiración estaba más agitada de lo normal, mi cuerpo temblaba, él se colocaba encima de mí, y yo no podía dejar de pensar que nos íbamos a besar, sus manos estaban al lado de mi cabeza, aguantando su peso con las palmas de las manos, cada vez veía su cara más cerca, y sus labios empezaron a rozar mis labios, despacio, como a mí me gusta, cerramos los ojos, y sus besos se convirtieron en más deseo.
Mis manos acariciaban su nuca, mis dedos jugaban con su pelo, mi cuerpo se estremecía, no lo podía evitar, para mí la gente ya no existía, mis piernas subían y bajaban acariciando su muslo, y agarrándolo más fuerte contra mí, quería notar lo excitado que estaba.
En ese momento, el director dijo corten.
Pero Bruno hizo caso omiso y seguimos besándonos, mis manos agarraban su camisa, no quería que parara y lo apretaba más contra mí, necesitaba notarlo.
En ese momento, todos tosieron y Bruno dejó de besarme para mirarles y decirles.
Ya hemos acabado, no? - su voz estaba entrecortada.
Todos dijeron un SI rotundo, y él dijo.
Pues os podéis marchar, nos vemos pasado mañana - su voz seguía de la misma forma.
Yo no sabía dónde meterme de la vergüenza, pero estaba feliz.
Todos rápidamente se fueron, cerrando la puerta, Bruno me volvió a mirar, y dijo
Ya solos - mirándome fijamente.
Lo volví a agarrar de la camisa, y con un golpe seco, lo llevé hacía mí, otra vez. Sus besos eran dulces, lentos, delicados, primero mimaba mis labios, luego metió su lengua, rozando la mía, mis piernas no paraban de acariciar sus muslos, estábamos excitados, acariciaba su cuello, sus manos bajaban por mi cintura, buscando la apertura de mi camiseta, toco mi piel con sus manos, nos apartamos un momento, para yo seguir besando su cuello, no podíamos más, nuestra respiración cada vez era más fuerte y rápida a la vez.
Para para para - me dijo Bruno.
Le mire con cara de no comprender que estaba pasando.
Me encanta tu boca, pero tenemos que controlarnos - me dijo - Nos cambiamos y nos vamos a que nos de él aire, vale? - en ese momento me besa otra vez.
Venga, vamos - ya estaba resignada.
Bruno decidió irse a cambiar a una habitación aparte, era lo mejor, porque no nos hubiéramos podido aguantar el terminar lo que comenzamos en esa cama. Así de esta forma, también podía tranquilizarme, y respirar profundamente, tenía calor, mucha calor, necesitaba aire fresco para poder dejar de pensar en nuestro beso.
Nuestro primer beso, estaría siempre grabado, pero no me haría falta, ya que lo recordaría siempre, eso nunca lo olvidaría.
Bruno llamó a la puerta, por si aún no estaba lista, la abre.
Tienes miedo de verme desnuda? - le pregunto.
Tengo miedo de no controlarme, al verte desnuda. - al momento de decirme esto, empieza a besarme.
Para - le digo, susurrándole.
Si, tienes razón, pero me cuesta - su mente intentaba controlar lo que su cuerpo no podía.
Venga, nos vamos a cenar y luego nos iremos a un local, tomaremos algo allí, Phil nos está esperando- me lo dijo con su sonrisa de siempre.
Que bien, otra vez un local... espero que esta vez no estés con ninguna ex - le miro con cara de circunstancia.