Tal y como dijo Bruno, Eric me vino a recoger por la mañana, yo ya estaba preparada, iba con ropa de deporte, igualmente sabía perfectamente que no iba a salir de la casa de Bruno, estaba como encarcelada con él.
Pensándolo bien estar en la cárcel con Bruno, no sonaba nada mal, incluso me parecía perfecta la situación, pero tener una relación así con él me consumía siempre pensando en no hacer un paso en falso, y cuando lo haces por ímpetu, por ganas, es cuando vienen las complicaciones, como nos sucedió ayer.
Buenos días Eric - le dije, mientras le daba un beso.
Buenos días bombón - me dijo, devolviéndome el beso.
Siento que hayas tenido que venir a buscarme - le dije.
No te preocupes, podéis contar conmigo para hacer de chofer - me contestó, sonriéndome.
Bruno me ha dicho que estas enfadada con él. - me dijo.
No estoy enfadada con él, yo sé que está pendiente de todo para que no me pase nada, creo que si fuera al revés, yo sería más quisquillosa que él, pero no puedo hacer nada, te ha contado lo de ayer? - le pregunté.
Sí, me lo ha contado todo - me dijo - pero me alegra que seas buena saliendo de apuros.
Pues eso, no sé, fue su comportamiento, parecía que había provocado eso, estaba nervioso, y su voz y con sus comentarios interprete que era culpa mía todo - le dije mientras miraba por la ventana - no me sentó bien.
Esta nervioso y preocupado por todo - me dijo - creo que ahora mismo te pondría en una burbuja para que nadie te pudiera tocar.
No sé, no me gusta estar así, sólo es eso - le dije, suspirando.
Bueno amor, ya llegamos, ya por la noche te vengo a buscar - me dijo.
Gracias bombón¡ - le dije.
Ten paciencia con él, piensa que él la tuvo contigo - me dijo, mientras cerraba yo la puerta.
Toqué al portero para que me abriera la puerta.
Entré en casa de Bruno, y estaba en el comedor.
Me pensaba que el recibimiento sería algo más efusivo - le dije - algo diferente, con más ganas de verme.
Me miró con mala cara, y me lanzó su móvil a mis manos.
Lee - me lo dijo casi ordenándomelo.
Miré y era un mensaje.
Me huele algo mal, Ariadna está muy extraña esos días, espero que no sea porque estés merodeando.
Me senté en el otro sofá, con su móvil en mi mano, leyendo constantemente el mensaje.
Has llamado a la policía? - le pregunté.
Sí, claro - me dijo - es lo primero que hago siempre, estoy acostumbrado - me miraba de forma rara.
Vale, era sólo una pregunta - le dije - voy a llamar a Eric no creo que esté lejos, y me voy a casa, es lo mejor.
Me levanté y me fui hacía mi bolso que lo había dejado encima de la mesa.
No te vayas - me dijo.
Yo así no quiero estar Bruno, que me hables serio, que me mires mal, como si la culpa de todo la tuviera yo - le dije - yo te quiero y parece que quererte es malo para ti y para mí.
Yo lo siento, pero no puedo evitar estar enamorada de ti - le decía no quería girarme, no quería mirarle.
Y no puedo evitar en algún momento perder la cabeza, como ayer, quiero estar contigo, y no controlo mis arrebatos de pasión, lo admito, pero es que tampoco quiero controlarlos - intentaba disculparme por lo de ayer.