Capítulo 72

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Llegamos al hospital, y me hicieron radiografías, me curaron el labio, y la brecha de la frente, en apariencia todo estaba bien, estaba dolorida, pero nada roto.

Me saldrían los hematomas, por todo el cuerpo y cara, pero en semanas ya estaría mejor, me dieron calmantes para los dolores, y reposo absoluto.

Bruno y Phil no se separaron de mí, ni un momento.

A continuación vino la policía, Bruno contó desde el principio los problemas con los mensajes que rastreaban, la policía habían retenido la caja con el móvil y yo conté todo lo que había pasado.

Cuando lo contaba miraba a Bruno, quería que lo entendiera todo, no quería volver a repetir la historia, en cada momento le preguntaba si lo había entendido, y Bruno me asentaba con la cabeza.

Bruno estaba mal, notaba en su mirada su preocupación por mí, sus ojos seguían rojos de haber llorado, Phil no se apartaba de él, estaría eternamente agradecida a Phil por todo lo que hacía por Bruno.

El policía me dejaba contar la historia sin interrumpirme, y eso se lo agradecí, se potaron bien conmigo, con mi situación.

Firmé mi declaración y nos fuimos a casa.

Phil nos dejó y entramos.

Iba despacio, cada parte de mi cuerpo me dolía, hasta músculos que ni sabía que existían, me senté en el sofá, y rompí a llorar.

Por qué él, por qué me ha hecho esto? - decía entre lágrimas.

Porque está loco, amor - me contestó - no pienses las razones.

Se sentó a mi lado, y me abrazó con delicadeza - Te duele así? - me preguntó.

No, abrázame amor y no me sueltes - le dije quedándome dormida en sus brazos.

Bruno, me cogió delicadamente y me llevó en brazos hasta la cama, dejándome en ella y acostándose a mi lado, abrazado a mí.

A los dos días estaba con todo el cuerpo dolorido, me salieron los hematomas, como me habían comentado, la cara la tenía hinchada, parecía un monstruo. No quería que nadie viniera y que menos que Bruno me mirara. Pero era algo que no podía evitar, vivíamos juntos y no me dejaba ni un momento a solas.

Estaba en la cama, recién despierta y abrí los ojos, tenía a Bruno delante de mí, mirándome, y acariciándome el pelo, era tan cariñoso conmigo.

No me mires - le dije - estoy horrible.

No seas boba, no puedo decir que estés preciosa, pero para mí eres lo más maravillosa del mundo - me dijo, mientras se acercaba a darme un beso.

Cuidado, me duele - le dije, mientras se acercaba a besarme.

Ah vale, pues entonces, mejor que no - me dijo, asentí con la mirada, pero igualmente deseaba sus besos.

Hoy vendrá mi madre a verte - me dijo.

Bruno, sabes que no quiero que nadie me vea, no con estas pintas¡ no quiero que se asusten, ni dar lástima - le dije

Que se asusten¡¡ - me decía riendo - vamos como si fueras un bicho raro. Si no se han asustado antes, ahora seguro que no.

Que estás diciendo que antes estaba peor¡ -- le dije, mientras intenté darle un golpe en el pecho, pero no pude, me dolía todo.

Bruno, no paraba de reír, por lo menos con sus bromas, me sacaba una sonrisa.

Me levanté y me duché, salí desnuda mientras que Bruno estaba en la cama, mirando, me acerqué al espejo que teníamos a un lado, mi cuerpo estaba completo de morados, casi no se notaba el color real de mi piel, mi espalda mis piernas, mis brazos y mi barriga tenían redondeles de la agresión.

Bruno mi pasionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora