Capítulo 75

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Ver el amanecer era precioso, en esa playa, con Bruno detrás, pasar la noche allí, y tenerlo así como lo tenía, era lo más maravilloso que le podía pasar a una mujer.

Me di la vuelta y me senté encima de él.

Mmmm, está muy despierta - le dije.

Contigo siempre - me dijo.

Volvíamos a tener ganas el uno del otro, sus manos acariciaban mi espalda y besaba mi boca mientras que yo me movía lentamente encima de él, suspiraba cuando Bruno clavaba sus dedos en mi piel.

Mientras amanecía, nuestros cuerpos gozaban, gimiendo, y moviéndose.

Te gusta? - le pregunté.

Vaya pregunta! No se me nota - me decía.

Dímelo - le dije.

Me gusta mucho! Me encanta tenerte así, me muero de ganas de estar dentro de ti - me susurraba, mirándome.

A que esperas? - le pregunté.

Quieres? - me decía entre suspiros.

Sí, Bruno - le suplicaba.

Bruno entró en mí, lo notaba, lo tenía, veía su cara de excitación y cada vez estaba más excitada mirándole.

El acariciaba y lamía mi pecho desnudo, mi cintura la agarraba con fuerza, yo no paraba de moverme, y moverme.

Dios Ari - me decía - no pares de moverte así!!

Cumpliendo sus deseos, no paraba de moverme, cada vez más rápido, mientras él tenía sus manos en mi cadera, empujándome con fuerza para que notara más su miembro.

Llegamos al orgasmo, esa sensación era increíble en ese momento, nuestros cuerpos desnudos, llegando al placer, en ese sitio.

Dejamos de movernos y nos miramos.

Me encanta estar así contigo - le dije.

A mí también - me dijo - pero tendríamos que vestirnos e irnos, viene poca gente, pero ya sabes cómo va esto, seguro que ahora viene un autobús de turistas japoneses con sus cámaras de fotos, te imaginas?

Y a su derecha Bruno Mars, desnudo - me decía, mientras se reía.

Si sobretodo desnudo, eso sería ya lo máximo para tus hooligans - le dije.

Cuidado que mis hooligans, son las mejores - me dijo.

Claro, eso nunca lo pondría en duda - le dije.

Nos levantamos y nos vestimos, recogimos todo y nos subimos al coche, para ir a casa.

Entramos por la puerta y todos estaban desayunando.

Donde estabais pareja? - dijo Eric.

No preguntes - dijo Bruno - si no quieres que te mienta.

Sentaos a desayunar - dijo el padre de Bruno - tendréis que reponer fuerzas - todos se pusieron a reír.

Nos sentamos y Bruno se acercó a mí - lo ves al final lo hiciéramos en la habitación o a fuera, se iban a enterar - me susurró.

Los días pasaron y Bruno me enseñaba cada rincón de su ciudad, donde había estudiado, donde empezó a tocar, conocí a algunos amigos de su niñez, cada día era algo nuevo, algo que me hacía conocer más al hombre que quería.

En algunas ocasiones me quedaba con Bernie, para ir a dar vueltas, ir a comprar, y tener cotilleos interesantes, de la gente de la zona, era una mujer maravillosa, no paraba de hablar y eso me facilitaba tener temas de conversación con ella.

Bruno mi pasionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora