Capítulo 89

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Me desperté, pero Bruno no estaba conmigo, me incorporé, y me fui hacia el comedor, en la terraza me encontré a Peter, sentado con la mirada perdida.

Me senté a su lado. Le di un gran beso.

Gracias por haber venido Ari - me dijo, mientras intentaba sacar una sonrisa.

No seas tonto! Y no me des las gracias, que me haces sentir que no haya formado parte de esto. - le dije mientras le agarraba la mano.

Vale - me dijo, agarrándome fuerte la mano - para mí siempre formarás parte de mi familia, estés o no con Bruno, sabes que te queremos mucho.

Estoy preocupado por Bruno, se ha marchado hace horas, y no sé dónde debe de estar - me dijo - está destrozado, su madre era un gran apoyo para él, y ahora ya no la tendrá.

No te preocupes, Bruno no es tonto sabe cuidarse, - le dije - pero si quieres yo voy a buscarlo.

Te sabe mal? - me preguntó.

Para nada - le contesté.

Peter me dio las llaves de su coche y me fui a buscar a Bruno, no lo sabía cierto, pero supuse que estaría en la playa.

Aparqué, y vi su coche, bajé las escaleras y allí estaba, sentado, casi en la orilla. Antes de bajar mandé un mensaje a Peter para que estuviera tranquilo, con todo lo que tenía, no quería sumar su preocupación por su hijo.

Lo he encontrado, todo bien, no te preocupes, te quiero.

Peter al momento me contestó, parecía que estaba esperando mi mensaje con ansia.

Gracias Ari, eres un ángel.

Me acerqué a él y me senté a su lado. Me miró y se tumbó con su cabeza en mis piernas, mientras que cerraba los ojos y yo le acariciaba su cabello.

Estuvimos allí, en esa posición sin hablarnos, sólo mirando el horizonte, los dos juntos.

Bruno necesitaba tiempo para volver a ser el mismo de siempre, y yo iba a intentar estar con él para lo que me necesitara.

Mi móvil sonó era Eric que me estaba llamando.

Hola Eric - le dije.

Has encontrado a Bruno, no? - me preguntó.

Sí estoy aquí con él - le dije.

Vale nosotros nos vamos al hospital - me dijo.

Vale, amor, ahora vamos - le dije.

No, pensamos que es mejor que Bruno esté contigo - me dijo - si eso os vais a casa, mañana es el entierro, necesita tener fuerzas.

Ok, nos vemos en casa - le dije - te quiero.

Y yo - me dijo, mientras colgaba.

Bruno, tienes hambre? - le pregunté.

No - me contestó, mientras miraba el mar apoyado aún en mis piernas.

Ayer comiste algo? - le pregunté.

No me acuerdo, creo que sí, algo comí - me contestó.

Porque no vamos a casa y te preparo algo para comer. - le dije.

Ve tu yo no quiero irme de aquí - me dijo.

Yo no me voy a ningún sitio - le dije.

Bruno empezó a acariciarme las pierdas - te voy a querer siempre - dijo.

No sabía si esa frase era para mí o para Bernie. Igualmente no pregunté, cualquier contestación hubiera sido mala, porque era una despedida.

Yo seguí acariciando su cabello.

Era ya por la tarde, así que era hora de obligar a Bruno a que espabilara.

Venga, hay que volver a casa - le dije, mientras moví las piernas para que se incorporase.

Nos levantamos, y nos fuimos hacia la escalera para llegar a los coches.

Pasa - me dijo Bruno.

No, tu primero - le dije - que si no me miras el culo - era la primera vez que vi una sonrisa auténtica desde que había visto a Bruno.

Vale - me dijo, pero se detuvo - muy lista, entonces me miras tú el mío - me dijo.

Venga dale! - le dije - cada uno en un lado.

Llegamos a casa y preparé cena para todos y nos pusimos a cenar algo.

Todos estaban en silencio, nadie levantaba la mirada de su plato. Terminamos y recogimos la mesa, y casi todos se fueron a dormir, menos Bruno que me estaba esperando.

Vienes conmigo a la cama? - Me preguntó - vienes no?

Sí, claro - le dije, en ese momento no podía negarle nada.

Me fui a cambiar al baño, no éramos nada o éramos algo raro difícil de definir, salí con unos pantalones cortos y una camiseta básica, Bruno se quedó algo confuso.

Desde cuando usas pijama? - me preguntó.

Bueno, no creía que fuera normal dormir desnuda - le dije, mientras él se acostaba. - ayer ya lo llevaba, pero no te fijaste.

Bueno, para mí eres igual de preciosa con o sin pijama - me dijo con su sonrisa.

Me metí en la cama, estaba en tensión, no sabía lo que iba a pasar esa noche y peor aún no sabía lo que quería que pasara.

No sé lo que somos, que somos? - me preguntó.

No lo sé, creo que ahora no somos nada - le dije.

Nada! - me dijo.

Ni amigos? - me preguntó.

Yo no puedo ser tu amiga - le dije - no se sí quiero serlo.

Tu podrías? - le pregunté.

Creo que tampoco podría serlo - me contestó.

Te quiero - me dijo.

Yo también - le dije - pero nos resulta muy complicado estar juntos. Pero bueno ahora no es el momento de hablar de nosotros.

Te acercas a mí? - me preguntó.

Mi cabeza decía que no, pero mi corazón decía que sí, que mañana me marchaba y era la última vez que estaba con Bruno.

Me acerqué a él, y mi cabeza la apoyé en su pecho, como siempre, como todas las noches que pasaba con él.

Él puso su mano en mi cintura, y con miedo a mi reacción fue acariciándome poco a poco.

Yo cada vez suspiraba más y más, y notaba que él hacía lo mismo.

Me besó mi frente, y nos quedamos dormidos, abrazados.

Un capítulo más, que pensáis, es tierno pero conseguirán aclararse y seguir hacia delante con su relación, podrán estar juntos? Dónde se irá Ariadna? A Los Ángeles a España, vuelve a quedarse sin nada por estar con Bruno, pero esta vez sin ser pareja.

Espero vuestros comentarios, necesito saber sí os está interesando la historia o no. Os atrae la trama o no, espero vuestra opinión.

Mil gracias por seguir conmigo!!!!

Gracias Hooligans

Bruno mi pasionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora