Mis manos se agarraban al cabello de Bruno mientras mi boca se aferraba febril a la suya, absorbiéndole, deleitándose al sentir su lengua contra la mía. Y él hacía lo mismo, me devoraba.
Quiero sentirte - me dijo junto a mi boca, sus manos se movían por mi espalda para desabrocharme el sujetador.
Me empujaba contra la pared, y me apretaba, llevando su boca y sus manos a mis pechos. Yo enredaba mis dedos en su cabello mientras él cogía uno de mis pezones entre sus labios y tiraba fuerte
Gritaba y esa sensación se apoderaba de todo mi cuerpo, vigorizando y tensando los músculos alrededor de mis ingles.
Me provocaba con sus dedos, mi pezón se endurecía bajo sus caricias. Bruno buscaba con su mano mis vaqueros, desabrochando el botón con destreza, bajó la cremallera, introduciendo la mano y deslizando sus dedos sobre mi excitación.
Respiraba entre dientes.
Mmmm - exhalaba, mientras me miraba internamente a los ojos.
Te deseo - murmuraba.
Su boca buscaba la mía y sentía su desesperación, su necesidad de mí.
Nos desnudamos por completo, agarrando mis piernas para levantarme.
Cerraba los ojos, Bruno me colmaba, me penetraba, era una sensación agradable poseerle y sentirme poseída.
No parábamos, sus movimientos hacían que mi cuerpo chocara continuamente en la pared.
Bruno me bajó y nos tumbamos en la alfombra.
Mi cuerpo se colocaba encima de él. Yo me alcé de nuevo, embriagada por el poder de tener a Bruno descontrolado dejado de mí.
Me soltó las manos sujetando mis caderas, yo apoyé las mías en sus brazos, mientras su penetración brusca me hacía gritar.
Me encanta sentirte - dijo con voz entrecortada.
Me movía acompasándome a su ritmo con perfecta simetría, estaba perdida en las sensaciones de placer que me provocaba. Abrí los ojos y bajé la vista hacia él con la respiración jadeante y vi su mirada con ardor.
Ari - suspiraba.
Bruno lanzó un gemido, volviendo a cerrar los ojos y echando la cabeza hacia atrás, esa sensación de verle desatado bastaba para que alcanzara el clímax entre gritos, todo me daba vueltas y me derrumbé sobre él.
Estaba tumbada en su pecho, recuperando el aliento. Bruno me acariciaba el pelo, pasando la mano por mi espalda. Mientras nuestra respiración iba tranquilizándose.
Eres preciosa - me dijo.
Levanté la cabeza para mirarle y besarle con ternura.
Nos fuimos a la cama, y acabamos durmiendo acariciándonos.
Al día siguiente, el despertador sonó.
Noo - dije, mientras Bruno seguía durmiendo.
Me di la vuelta y le vi, parecía un ángel, le di un beso en la mejilla y me fui a duchar y arreglar, era un nuevo día y me tocaba trabajar.
Salí y aún seguía dormido, le puse un mensaje en la mesita.
Amor.
Tu mandona, Hello kitty, se va a trabajar, ve a sacarte un nuevo móvil, avísame cuando lo tengas.
Te quiero mucho mucho mucho mucho.
Piensa en mí.
Me fui con mi coche al trabajo, llegué a mi zona de parking y subí hasta mi novena planta, tenía mucho trabajo así que el día se me pasó volando.