Al estar acompañada, las hora se pasaban más rápido, me quedaba en casa de Sharon, su marido estaba de viaje, así nos hacíamos compañía la una a la otra.
El primer día en llegar a Los Ángeles me fui directa a la cadena, tenía que intentar recuperar mi puesto, pero para mi desgracia ya estaba ocupado, de todas formas me aseguraron que cuando tuvieran un puesto con mis cualidades me llamarían la primera.
Igualmente eso no me hacia estar mejor, las cosas me iban de mal a peor, no sabía que hacer con mi vida, estaba perdida, y eso me alteraba el humor.
Intentaba no recordar a Bruno, no recordar el último día, las últimas horas, era difícil por más que Sharon intentaba mantenerme ocupada.
Cada día iba al psicólogo, quería pensar que me ayudaría a afrontar la angustia que tenía, pero encaminar mi vida eso lo tenía que hacer yo sola.
No sabía qué hacer, quedarme, irme, lo único que sabía es que tenía que ser fuerte para poder levantarme cada día y afrontar mi vida sin Bruno.
Todos los días recibía la llamada de Phil, para saber cómo estaba, no le había comentado lo que había pasado con Bruno en Hawai, supuse que eso ya lo sabía por él, así que era hablar por hablar, Phil intentaba distraerme contándome cosas suyas, y alegrarme el día, a veces lo conseguía y otras no, pero esas veces intentaba que no se notara, era tan bueno conmigo que no quería que se sintiera mal por no hacerme reír de verdad.
Siempre decíamos de quedar para hacer algo, pero siempre tenía una excusa, a veces cierta y a veces no. Tenía ganas de verle, pero al mismo tiempo, Phil era amigo de Bruno, mi amistad era algo de pasada, que con el tiempo se perdería.
Al no estar el marido de Sharon, yo la ayudaba con el local, así de esta forma le agradecía el quedarme en su casa, así estaba mejor conmigo misma.
Bruno ya tendría que haber llegado de Hawai y suponía que tendría que estar en Los Angeles, a no ser que se hubiera ido a Washington, para terminar de arreglar la apertura de su magnífico tour.
Era por la tarde y estaba sola en casa, Sharon se había ido de compras, necesitaba ropa para bailar en el local. Mi móvil sonó tenía un mensaje.
Hola, como estas? Podríamos quedar esta noche? - Era Bruno¡¡
Mi cabeza se apoyó en el sofá, cerré los ojos e intenté respirar, la verdad que mi corazón latía más rápido de lo normal, sintiendo cosas que hacía días que no sentía, pero mi cabeza decía no contestes, borrarlo ya¡¡, siempre tenía que decidir, mi vida se basaba en decisiones constantes. Pensé que fui dura con él el último día y que aunque su vida no la hubiera cambiado por mí, el también soportó la pérdida del bebe, y en los momentos malos siempre tuvo paciencia conmigo, ayudándome en todo lo que necesitaba. Fui egoísta y malvada, y seguro que mis palabras le hicieron mucho daño, me arrepentía de haber sacado lo antiguo que nos pasó, nuestro bebe, Marian, me tendría que haber centrado en lo último, no en el pasado.
Desbloqueé el móvil y contesté a su mensaje.
Hola, estoy bien, tu como estas? Esta noche no puedo, tengo que ir al local de Sharon, como su marido está de vacaciones, le ayudo en lo que puedo.
Salí corriendo, para que no me viera en línea, sabía que era una tontería, pero podía conmigo.
Al momento recibí su contestación.
Y mañana? Me da igual la hora, prefiero vernos todo el día. Pero si quieres vamos al cine, o a tomar algo, lo que tú quieras.
Esperé un tiempo a entrar por si me lo encontraba allí, en línea, esperando una contestación por mi parte.