Taxi¡¡¡¡¡ - grité y luego silbé.
Le di las maletas y entré en el vehículo.
Lléveme a algún hotel que este bien, por favor - le dije al taxista.
Abrí otra vez mi móvil y volví a leer el mensaje, parecía que no me lo creía, que estaba en una pesadilla e iba a despertar en algún momento.
Pero seguía sin despertarme, cada vez me sentía peor, tenía angustia en mi pecho, casi no podía respirar, estaba sufriento, no entendía su mensaje, no correspondía con su actitud de los últimos días, porque estaba con otra y conmigo a la vez? porque había elegido a la otra que a mí?, pero igualmente le hubiera perdonado? no sabía la contestación, pero ya daba igual, él había decidido y no era conmigo con quien quería estar.
Estaba delante del hotel, me fui a recepción e hice una reserva para una semana, entré en mi habitación, no me podía quejar de estancia, estaba limpia y era amplia.
Intentaba contener mis lágrimas, ya estaba cansada de llorar todo el rato, había sido feliz, pero al mismo tiempo había derramado más lágrimas que en toda mi vida.
Ariadna que has hecho con tu vida - me dije a mi misma - te la ha vuelta a jugar.
Miré por la ventana, y llamé a Miguel.
Hola, ya estas allí. - me dijo al descolgar el teléfono.
Si, aquí estoy - le contesté.
Me hubiera gustado ver la cara de Bruno al verte ehhhh - me dijo.
Ya y a mí también me hubiera gustado - le comenté, empecé a llorar, no tenía fuerza de voluntad para ser fuerte.
Que ha pasado? - me preguntó.
Le conté todo, le leí el mensaje de Bruno, hablamos y hablamos, me desahogué con él, chillé, lloré y daba golpes con mis piernas a todos los muebles de la habitación.
Vas a volver? - me preguntó.
No lo sé - le dije - por ahora, estaré aquí una semana, si encuentro algún trabajo que me agrade, me quedo, sino me vuelvo.
Terminé de hablar con Miguel, ya era de noche.
No tenía hambre así que me acosté, e intenté dormir, tomándome las pastillas que me recetó mi psicólogo.
A la mañana siguiente, me levanté, me duché y me arreglé, no tenía ganas de salir, pero me obligué, no me podía deprimir, venía de una depresión por la pérdida de mi bebe. Si tuviera otra no podría levantarme nunca más. Esa era la sensación que tenía.
Mi primer paso, encontrar trabajo y un apartamento lo más cómodo para poder vivir una temporada, necesitaba tiempo para meditar lo que quería hacer con mi vida.
Me fui a una cafetería a desayunar y me llamó Miguel.
Hola amor, como te encuentras? - me preguntó.
Aguantando - le dije.
He estado mirando temas y si te quieres quedar he conseguido algo, no es nada del otro mundo, pero tú tienes experiencia - me dijo.
Gracias por decir que tengo experiencia en algo que no es del otro mundo - le dije - tu si que sabes cómo motivar a una chica.
Sabes que no me refería a eso - me dijo - pero bueno, escucha, hay un puesto vacante para el Show de ELLEN, ya sabes guiones, entrevistas, contacto con agencias para traer al programa a los famosos, estaría bien que lo pensaras.
Bueno, está bien, es algo parecido a lo que hacía en España, y no pierdo nada esta vez, es lo positivo de no tener nada - estaba bastante irónica.