Estaba por las calles de New York, mis lágrimas brotaban de mis ojos. No entendía porque tanto odio hacia mí, porque me había hablado de esta forma, delante de la gente, haciendo que las tres chicas estuvieran con una sonrisa de oreja a oreja.
Y pensar que estaba dispuesta a dejarlo todo por él, que esta noche le iba a preguntar lo que él quería escuchar o eso me pensaba yo. Que estúpida que soy, me dije a mi misma.
En un principio estaba buscando un taxi, para que me llevara de nuevo al hotel, mientras que iba andando pasé por un bar.
Qué diablos - pensé y entré.
Me pedí una copa, y me senté en la barra, el sitio estaba bastante bien, había gente pero no mucha.
Me sirvieron la copa, y a continuación pedí otra, parecía el típico borracho acomodado en la barra del bar, ahogando sus penas.
Que bajo has caído, nena - pensé y me puse las manos en la cabeza.
Que haces por aquí? - me preguntaron.
Me giré y era Brad, mi cara de asombro no la podía evitar.
Me sigues? - le pregunté.
Que va, tú me sigues a mí - me contestó - vivo a dos calles de aquí, y este es mi bar de toda la vida.
John - le dijo al camarero - una cerveza, por favor.
Estuvimos hablando bastante tiempo, y no sabía si era por la bebida o porque estaba simpático, pero no paraba de reírme.
Ver a Brad fue una casualidad, pero la verdad, es que necesitaba pasar unas horas divertidas, después del numerito que me había montado Bruno.
Estuvimos en ese local unas tres horas, sin parar de hablar.
Vamos a otro sitio? - me propuso Brad.
A otro sitio? Según qué sitio - le contesté. Todo dependía, no me iba a ir a su casa.
Tranquila, vamos a un local que han abierto nuevo, que van las celebridades, quieres? - me preguntó.
Y nos van a dejar entrar? - estaba atónita.
Claro, con quien piensas que estas, conozco al de la puerta - me lo dijo susurrando.
Pues si es así, claro, vamos - le contesté.
No estaba muy lejos del sitio donde nos encontrábamos. Por lo que pudimos ir andando, menos mal que los zapatos eran buenos, y no me dolían los pies, fue una alegría.
Nos encontramos con el conocido de Brad, en la puerta, y nos dejó entrar.
El local era enorme y precioso, una pista de baile inmensa, unas luces inmejorables, normal, calidad para las celebridades.
Nos fuimos a una barra, y me pedí un refresco, ya había bebido demasiado para tomar más alcohol. Aunque tenía la insistencia de Brad para que me pidiera otra copa.
Me quieres emborrachar? - le preguntaba riéndome.
No sólo quiero emborracharte, si supieras que pensamientos tengo, no estarías aquí conmigo, te asustarían - me decía, mientras bebíamos.
Que miedo! - la bebida no me sentaba muy bien.
Lo que me para es tu novio, que si se entera me despide como hizo con Marian - su lengua era muy sincera.
Novio? Qué novio? - le pregunté - tu ves a mi novio? Yo no.
Venga! Que todos lo sabemos que estáis liados, se os notó desde el minuto cero que pasaba algo entre vosotros, es raro que un cantante elija dos veces a la misma chica en los video clips - me comentaba - no voy a negar que Bruno tiene muy buen gusto.