Las chicas ya sabían las tiendas donde teníamos que ir, lo tenían todo pensado y la verdad es que yo se lo agradecí, no quería dar vueltas y más vueltas.
Entramos y la dependienta salió para saludarnos, le dije lo que estaba buscando y nos sentamos a esperar que nos sacara todos los vestidos que se adaptaban a lo que yo pedía.
Estaba nerviosa, era la primera vez que me ponía un traje de novia, y no sabía si lo que yo quería era lo mejor para mí, y si a Bruno le iba a gustar lo que yo eligiera.
No te tenses, vale? - me dijo Tahití.
Estoy nerviosa, lo siento, no puedo evitarlo - le contesté.
Relájate y disfruta - me dijo Tiara.
Ya, pero si no le gusta a Bruno? - les preguntaba.
Tu estás tonta, yo creo que te pones un saco de patatas para la boda, y mi hermano se le caería la baba igualmente - me dijo Pres
No sé, estáis exagerando - les dije.
Bueno Ariadna, en el vestidor te hemos puesto los trajes, si vienes conmigo te lo vamos probando - me dijo Melisa la dependienta.
Vale, ahora salgo, quiero sinceridad¡ - les dije, eso provocó la risa de todos.
Me probé el primero, pero no causó la reacción que yo quería ni para ellas ni para mí.
El segundo dio el mismo resultado, estaba bien, pero no era lo que yo buscaba, ellas me dijeron lo mismo.
El tercero y el cuarto eran demasiado recargado, y casi hacía daño a la vista.
Bueno pues este es el último que te he sacado, espero que este te veas como tu quieres - me dijo Melisa.
Esperemos - dije yo.
Espera, date la vuelta cuando lo tengas completamente puesto te miras al espejo - me dijo, yo acepté.
Terminó de ponerme y abrochármelo, cuando me di la vuelta.
Me miré y mis lágrimas empezaron a salir, era precioso, me encantaba, era mi vestido¡ pensé.
Mi vestido blanco, palabra de honor, estrecho desde debajo del pecho hasta un poco más arriba de mis rodilla y a partir de ahí venían unos pequeños volantes no muy llamativos, delicados como olas del mar en un día de brisa.
En la parte estrecha había unos pequeños brillantes, en algunas zonas haciendo un pequeño relieve con unos dibujos muy finos, no muy recargados.
Espera, te voy a poner el toque final - me dijo Melisa.
Me trajo un broche y el velo, me hizo un moño, para poderme poner el broche y me lo colocó todo.
Ya puedes salir - me dijo.
Salí, y me acerqué donde estaban todas, con los ojos muy abiertos para ver su reacción, quería que fuera la misma que la mía.
Me vieron y todas estaban con los ojos abiertos, sin respiración.
Ari, estás hermosa - me dijo Jaime.
Si, preciosa - me dijo Tahití.
Este es tu vestido, Ari, no te lo pienses - me dijo Tiara.
Dios, no tengo palabras - dijo Pres.
De verdad, os gusta? - les pregunté, y me giré para mirarlas, vi que todas estaban con los ojos brillantes a punto de llorar - No lloréis.
Es que te veo y no lo puedo evitar, no te lo pienses, de verdad - me dijo Tahití.
No me lo podía creer, me iba a casar con este vestido, iba a decir el si quiero a Bruno, así vestida, me miraba en el espejo, y no podía dejar de llorar de la emoción.