2.

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- Buen día.
Sonreí entrando en la cocina y le di un beso en la mejilla a Mateo. Me sonrió de vuelta y me senté con él a desayunar.
- Tus viejos no te echarán en falta, ¿No?
- Puede, por eso voy ahora a verles.
- ¿Puedo ir yo también?
- Mateo, sos el vecino.
- ¿Sólo eso?
- Y algo más.
Sonreí de nuevo y él me guiñó el ojo. Después, agarró sus cosas y las lavó mientras yo terminaba de comer, así luego podíamos ir juntos a la casa de mis padres. Salimos juntos de su casa y caminamos pocos pasos antes de que me abrieran mis viejos la puerta.
Les saludé a los dos y Mateo subió a jugar con Thiago mientras yo les seguía enseñando fotos de nuestro viaje por donde lo dejamos, Alemania.
- Y de ahí fuimos a Polonia, mirá.- seguí pasando las fotos mientras les explicaba.- Y bajamos hasta Francia y después España.
- Ah, de allá es el vestido.
- Sí, ma. Y los cuadros son de la costa de Portugal.
- Son muy bonitos, hija.
- Mirá, vos y Mateo.
Sonreí viendo aquella imagen. Éramos nosotros dos sentados en una de las playas portuguesas. De fondo estaba el mar y el atardecer. Y en frente nosotros, abrazados y sonriendo mientras aquella portuguesa nos hacía la foto.
- ¿Alguien me llamó?
- Nadie.- le saqué la lengua y él se burló de mí mientras mi madre reía viéndonos.
- ¿Se quedan a comer?
- Por mí ge...
- No podemos, he quedado con Martina para comer con ella.
- Oh, pues a cenar.
- Eso sí lo aceptamos.- me dijo Mateo recordándome la comida fallida.
- Vale, vale.
Le sonreí y les seguí contando a mis padres de Europa hasta que Mateo me tuvo que sacar de allá para no llegar tarde a la comida.
- Siempre andás igual.
- Callate boludo.
Reí y él sonrió sin parar de conducir hasta la casa de Martina.
Una vez llegamos, aparcó en frente y nos bajamos para ir a llamar y esperar a que mi mejor amiga o su novio nos abriera.
- ¡Lucía!
- ¡Martina!
Sonreí al verla y nos abrazamos sin pensarlo, con tanta fuerza que apenas podíamos respirar. Desde que había vuelto, no nos habíamos visto, pues sólo había pasada un día desde que el avión aterrizó en tierra argentina.
- ¿Y Tomás?- pregunté viendo como se abrazaban Mateo y ella.
- Dentro, con los demás.
- ¿Demás?
- Dale, vení.
Me agarró de la muñeca y tiró de mí hacia dentro. Miré con algo de angustia a Mateo, que iba detrás de mí, y él me sonrió para hacerme sentir que todo iba bien. Y entonces entramos en la sala y allá estaban todos. Alejo, Ana, Tomás...
- Lucía...
Todos se levantaron y les sonreí al verles después de tanto tiempo. Aunque todas esas miradas luego fueron, confundidas, hacia Mateo.
Pero no tardaron en levantarse e ir a abrazarme uno por uno diciendo cuanto habían extrañado que estuviera allá.

- ¿Qué tal por Europa?

- Bien, estuvo bien.- les sonreí y miré a Mateo.- Nos divertimos bastante.

No paraban de mirarnos como si supieran que escondemos algo. Y en verdad lo hacemos, porque nadie lo sabe, a nadie le contamos lo que pasó allá. Martina y yo no hablábamos mucho, con los pibes hablaba mucho menos y mi familia tampoco me preguntaba mucho por eso.

- Esto fue en Italia.

- Que lindo.- dijo Martina mirando la foto de mi celular. Eramos Mateo y yo en la Fontana di trevi.

- Todo en Italia es así, me gustaría volver allá.

- ¿Y eso?- preguntó Neo, cambiando a otra.

- Esto fue en una de las islas griegas.

- Vaya, quien pudiera tener esas playas acá.

Reí levemente y seguí enseñando las fotos hasta cansarme y empezar a preguntar por sus vacaciones. 

Todos me solían decir lo mismo. Neo todo el día de joda. Tomás grabando nuevas canciones y sacando tiempo para Martina y la diversión. Alejo con Ana siempre de joda y viajando por algunos de sus shows. Y mi mejor amiga con Tomás y mis otros amigos, a los que tenía que visitar también hoy.

- No desperdiciaron el tiempo eh.

- Eso nunca.

Comenzamos a comer una hora después, cuando ya nos cansamos de hablar de nuestro viaje y estuvimos hablando de cualquier cosa de nuestras vidas que no tuviera mucho sentido. Hasta que terminamos, entonces fue Martina quien nos acompañó a Mateo y a mí a la entrada.

- ¿Cuándo os puedo ver sin estos giles por acá?

- Cuando vos digas.- le sonreí y abracé- Chao.

- Chao.

Nos fuimos a su coche y ahora Mateo me llevó hasta casa de Tomás, donde habíamos quedado todo los demás para vernos y hablar de todo lo que nos perdimos juntos estas vacaciones.

- ¡Lucía!

Mi mejor amigo me abrazó nada más verme y me elevó hasta no tocar el suelo. Reí en sus brazos y segundos después me bajó para que pudiera ir a saludar a los demás mientras que él abrazaba a Mateo.

- ¿Qué tal el viaje?

- Bien, tranquilo.

- Ya vimos algunas fotos en Instagram.

- Se la pasaron bien eh.- dijo Santiago y asentí sonriendo.- Dale, sacame esas fotos.

- Eso, que fueron muy pocas las que subieron.

- Oh sí, una cada día, que pocas.

Dije con ironía mientras me metía en la galería y les dejaba el celular para que pudieran ver todas las fotos de todas las ciudades que visitamos. Media hora después, terminaron de ver todo entre risas.

-¿Todo bien entonces?

- Todo genial.- dijo Mateo sonriendo mientras se sentaba en el brazo del sillón donde estaba sentada.

- La próxima conmigo.- afirmó Tomás mirándome y asentí sonriendo.

- ¿Y qué? ¿Alguna novedad?

- No mucha.- respondí a Camila.- Sólo lo que vieron.

- Ya...yo ahora estoy viendo otra cosa.

Miré a Olivia confundida y ella señaló a mi mano. Bajé mi mirada y no me di cuenta, pero tenía mi mano entrelazada a la de Mateo.

- No me digan que...

- Puede.

- ¡Sí!

Todos se levantaron de sus asientos y gritaron entusiasmados mientras se daban un abrazo grupal y saltaban bajo las miradas atónitas de Mateo y yo.

- Siempre supe que acabarían juntos.

- Al fin uno bueno.

- Eso está por verse.- dije mirando, con una sonrisa divertida, a Mateo y él se burló de mí.

- Pensábamos que tardarían más en darse cuenta, pibes.

- No somos muy listos.

- Aunque lo parezcamos.

Reí y todos se volvieron a sentar para hablar de como sucedió y como estábamos, después, les tocó el turno a ellos para contarme de sus vacaciones hasta que se hiciera lo suficientemente tarde para irnos de vuelta a casa a la cena que Mateo les prometió a mis viejos. 

No Me Llores (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora