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- Vamos Lucía, no sabes nada.
- No me llamó desde ayer.
- ¿Y? ¿Qué tiene que ver, gil?
- No sé, quizás porque si tu novia ve una historia que subiste drogado con una piba que vos sabés que la gente dice que es tu nueva pareja y cantando como si nada deberías pensar mal y llamar a tu novia.
- Me perdí desde el quizás.
- Tomás.- frené por el semáforo rojo y le miré.- Es serio, gil.
- ¿Qué es serio? Estos días sin él te volvieron completamente tarada amiga, te estás volviendo loca tenés que mirartelo eh.
- Tomás.
- Son unos celos estúpidos.- se colocó mejor en el asiento y chasqueó su lengua.- ¿Sólo por una historia vas a desconfiar de tu pibe? ¿Vos te estás oyendo?
- No sería la primera vez.
- Sólo pasó una vez, hace mucho, olvídate nena, todo está bien.
- Ya...
Pisé el acelerador en cuanto el semáforo se puso verde, notando la mirada enfadada de Tomás, que odiaba que fuese rápido pero toda mi tensión fue la que manejó en aquel momento.
Aunque ayer estaba borracha, aún me acuerdo de todo. Además, aunque no me acordase, tenía todo el celular lleno de mensajes, hasta Martina preguntó por mí en vez de yo por su resaca.
Frené cuando llegamos al trabajo de Tomás. Se despidió y se fue sin más, suspiré y volví a manejar hasta mi trabajo.
Dejé el auto y me fui a mi lugar para sacar el teléfono lo antes posible. Ignoré todos los mensajes que recibía de gente preguntando por los rumores y fui hacia el chat de Martina. Cuando le di, ella llamó.
- Lucía.
- ¿Qué pasa? ¿Qué tal la resaca?
- Primero, he llegado tarde a laburar y segundo, creo que mi cabeza va a estallar.- sonreí y miré a mi alrededor por si mi jefe estaba cerca.- ¿Y vos?
- Yo no bebí tanto.
- Sabés a que me refiero.
- Tomás dice que es sólo un vídeo.
- Menos mal que le tenés a él cerca...yo ya pensaba que estarías creando la tercera guerra mundial.
- A punto estoy.
- No es nada, le pregunté a Tomás.
- ¿Está despierto ya ese pibe? ¿Tan temprano?
- Sí, porque nunca se durmió.- reí levemente y negué con la cabeza.- Olvidate, no es nada y si no leyeras nada de los rumores, seguramente no estarías así por un vídeo sin nada especial.
- Ya... tenés razón, no me acordaba como era estar con él.
- Nada, todo bien, mientras no te vuelvas loca.
- Tarde para eso según Tomás.
- Dale, volvé al trabajo, yo voy a buscar otra pastilla.- dijo entre risas y sonreí.
- Chao.
Nos despedimos y terminé la llamada para luego guardar el teléfono y comenzar a laburar.
Martina tenía razón, todas las dudas las provocaban los rumores. Si no hubiese leído nada antes, no me hubiese importado un vídeo en el que sólo salía drogado en su hombro, como si era el de Neo.
Suspiré y todas las dudas desde ayer se fueron lentamente a la vez que el tiempo pasaba.
Por suerte tocó el descanso y yo subí de vuelta al auto. Como siempre hacía, fui a dónde estaba Tomás para estar en el descanso juntos.
Le pedí perdón por los quilombos y él me agradeció que entrase en razón mientras nos comíamos un par de sándwichs.
Después, él se fue y yo volví para pasarme todo el día allá dentro sin saber nada más que los documentos que me daban.
Al terminar, mientras me subía al auto, mi teléfono comenzó a vibrar en el maletín lleno de papeles. Chasqueé la lengua y busqué rápido para que la llamada no terminara.
Pero no tuve suerte y dejó de vibrar. Suspiré y lo ignoré, poniendo la llave en el contacto para manejar a por Tomás e irnos juntos a casa.
En el camino, volvió a llamarme alguien, pero no podía contestar conduciendo. Después, cuando Tomás entró en el auto, tiró el bolso hacia atrás para sentarse él en el asiento del copiloto.
- Estoy re cansado.
- No hemos dormido nada.
- Vos menos.
Sonreí mientras pasaba su brazo alrededor de mis hombros y caminábamos juntos a la puerta de casa una vez llegamos.
Entramos y él se fue a la cocina a preparar la cena mientras yo subía a ducharme y cambiarme.
Cuando terminé todo, fue cuando agarré mi celular y bajando las escaleras, miré quién me había llamado.
Tres llamadas perdidas de Mauro, sólo él me había llamado en este tiempo. Suspiré y le devolví la llamada. Con suerte no estaba en algún concierto.
Pero nada, no contestaba. Supongo que por la hora que era estaría preparándose y lo último que haría era ver su celular.
Fui junto a Tomás al salón y me senté a su lado, comiendo juntos para luego ver una película antes de comenzar a jugar con la Play que me había traído de la que fue mi casa.
Cuando terminamos, decidimos irnos a dormir, aunque en realidad nos quedamos despiertos mirando nuestras redes en la cama.
- Mirá.- me enseñó un meme en su celular y sonreí.- Que pelotuda ché.
- O vos que tenés un humor de mierda, gil.
Sonrió y seguimos mirando el teléfono. Yo con suerte veía algo que no era Mauro de fiesta.
Al parecer no había concierto hoy, pero decidió salir a algún boliche y era obvio que allá dentro nadie miraba su celular. Ni siquiera yo lo haría.
Todos eran videos de él bailando, sólo o acompañado de ella, y lo demás eran fotos suyas con fans.
- Dejá de stalkear, gil.
- Callate, pelotudo, me sale solo.
- Ya, claro, y vos bien que miras.- rió levemente y me miró.- ¿Qué pasa, Lucía? ¿Tenés miedo que te deje?
Le miré y la luz de nuestros teléfonos nos iluminaban. Me miraba esperando una respuesta pero ni yo sabía cuál era.
En realidad, podría tener bastante razón. Salí con Mateo y siempre le necesité, cuando lo dejamos estuve con él porque sino acabaría hundiéndome completamente y después me di cuenta que no le había olvidado desde que rompimos aquella noche delante de la casa de mis viejos.
Estaba tan acostumbrada a tenerle tan cerca y tenía tan claro que era nuestra última oportunidad, que tan sólo pensar que por la distancia y ella podríamos romper me hacía demasiado daño.
- No quiero no estar a su lado.- susurré y le miré a los ojos.- No lo soportaría.
Me sonrió levemente antes de abrazarme. Me aferré a su remera pensando que no era él quien abrazaba, aunque se sentía tan distinto que se me hacía difícil imaginar que era Mauro.
- No lo van a dejar, pasaron por mucho para dejarlo otra vez por lo mismo.
- Pero y si...
- Olvídate, Lucía, todo está bien. Puede bailar con quién él quiera porque estoy seguro que piensa que sos vos.
Le sonreí y asentí antes de volver a abrazarnos y después dormirnos juntos. En estos momentos era cuando recordaba por qué había llamado a mí mejor amigo a dormir conmigo en este tiempo sola.

No Me Llores (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora