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Mateo y yo estábamos mejor que nunca después de aquel descanso que necesitaba para despejarme de todo lo sucedido. No nos separamos desde entonces, a donde iba uno iba el otro, aunque siempre nos dejábamos un tiempo a solas para cada uno, así no se volvía tóxica la relación. 

No volví a saber más de Mauro y, según Neo, se encuentra en Uruguay y aún así está muy ocupado contactando con un español para hacer un remix de una de sus canciones o algo así. No le di mucha importancia porque es la que se merecía por mi parte.

- ¿Lucía? ¿Me estás escuchando?- me giré a ver a mi novio y sonreí nerviosa.- Ya sé la respuesta, no hace falta que contestes.

- Perdón, estaba...

- No importa.

- ¿Te has enfadado?

- No, no, todo está bien.

Sonrió, apretó la mano que estaba agarrada a la mía y terminó por darme un corto beso. Seguimos caminando, esta vez en silencio. Hace unos minutos Thiago había entrado en el colegio y ahora acompañaba a Mateo a su trabajo, ya que hoy yo no tenía.

- Te amo.

- Y yo a vos.- le abracé con fuerza y le besé con la misma intensidad.- Nos vemos luego.

- En tu casa.

Asentí y se separó de mí segundos después, cuando sus labios ya se habían separado de los míos. Seguí caminando, dejándole atrás, para ir a comprar comida. Sí, vivir sola era más difícil de lo que pensaba.

Ahora Martina vivía conmigo mientras que Tomás se llevaba a todas las pibas que podía a la que una vez fue también su casa. Según él era para olvidarla, según yo era para divertirse y no le culpo, le conocía y sabía que al fin y al cabo esos pibes siempre buscan joder la relación.

¿Qué hubiera pasado conmigo y con Mauro si nos nos hubiéramos separado? Esa fue mi pregunta mientras me subía al avión junto a Mateo para irnos a nuestro viaje por Europa, pero semanas después se desvaneció de mi mente para volver un día como hoy.

Recuerdo entonces las veces que él me repetía que era el peor y que no le merecía. Quizás él quiso acabar con todo porque no se vio capaz de continuar, al fin y al cabo nuestra relación estaba en los límites hasta que finalmente e rompió. Fue como una cuerda que se tensó con tanta fuerza que al final se partió, dividiéndose en dos partes rotas de distinta forma pero que una vez fueron una.

¿Por qué? ¿Por qué tuvo que joderlo todo? Pudimos haber sido los mejores en todo, tan sólo había que tenerle paciencia a la relación. Pero parece que le consumía esperar a ver a donde iba y decidió él un destino.

Mis ojos se nublaron por las pequeñas lágrimas que aparecieron y que yo decidí mantener dentro de mis ojos. No lloraría por él, no otra vez, no ahora. Decidí agarrar mis audífonos y ponérmelos con la música a todo volumen, ahogando mis pensamientos masoquistas en las letras de cualquier rap que había en mi celular. Incluso eso me recordaba a él.

Fui al mostrador y pagué lo que me llevaba en bolsas, después comencé a caminar hacia mi casa intentando no pensar en nada, no pensar en él. Llegué por fin y la puerta estaba entre abierta. Miré confundida al interior y decidí, con miedo, entrar y ver que pasaba.

- ¿Hola? ¿Hay alguien?- caminé con lentitud a la cocina y dejé las bolsas sin dejar de mirar a todos los lados, buscando a algún ladrón o desconocido.- ¿Martina?

Oí entonces un ruido y, aún con más miedo, abrí un cajón y saqué de allá un cuchillo que sostuve con mis dos manos, haciendo tanta fuerza que mis dedos se volvían blancos mientras subía los escalones.

Los ruidos provenían de la habitación y eran sollozos y música de fondo que no lograba distinguir. Caminé un poco más rápido y me asomé a la puerta. Era Martina viendo algo en su teléfono. Tenía los audífonos y miraba con pequeñas lágrimas en los ojos y cara de sorprendida a la pantalla.

- La concha de tu madre, Martina, me asustaste.

- ¡¿Qué?!- tapó su teléfono y me miró aún con más sorpresa.- ¿Qué haces acá?

- No sé, vivo acá.- dije enfadada.- ¿Qué hace la puerta de la entrada abierta?

- Oh, eso...

- Oh eso, sí, eso, ¿Se puede saber qué pasa? ¿Qué escondés?

- Yo...- sonrió nerviosa ocultando aún más su celular y la miré confundida.

- ¿Qué estabas viendo?

Suspiró, cansada, y se levantó de su cama, acercándose a mí para después quitar los audífonos al teléfono y enseñarme el celular. "DUKI x Leby - No me Llores (Remix)". La volví a mirar aún más confundida y ella misma decidió darle play a la canción.

Al principio del vídeo había un pibe, supongo que era el tal Leby, con mucha gente y con aspecto de estar o drogado o borracho. Me gustaba el ritmo de la canción, pero la letra...todo un corazón roto.

"La tengo en frente y no puedo pensar. Si es la última vez o sólo otra más"- Quizás eras este el remix del que Neo me hablaba, ¿No? Él era español y no parecía una letra que Mauro escribiera.

"Yo no te quiero compartir, te quiero sólo para mi. Te tengo adelante y es como tenerte a kilómetros lejos de aquí."- Que lindo el pibe, re celoso. Me recuerda a alguien...

"Callando todo lo que siento negando el amor que te tengo. Sé que no soy bueno pa' esto,'tar conmigo debe ser molesto"- De repente apareció Mauro, su pelo estaba más largo que de costumbre y parecía aún más drogado que el tal Leby. Y más dolido.

"Viviendo en la boca del resto. Quiénes son pa' meterse en lo nuestro"- ¿Se refería a todos los que una vez me dijeron que Mauro me hacía mal? ¿Se refería a mí? Aún así, me dolía verle de esa forma y saber que de verdad pensaba eso.

"Esta es la canción con la cual te pensaba mientra' deseaba que no te alejaras"- Si deseaba que no me fuera, ¿Por qué me dejó ir así de fácil?

"Ella me dice "No llores" que aprenda  'e los errores"-  Al menos parecía que sabía que hizo algo mal en la relación, exactamente todo, ya que siempre parecía que facilitaba la ruptura.

"Quizá' algún día mejore, quizá' algún día no te llore."- Me dolía verle así de dolido, sintiendo que todo lo que cantaba era hacia mí, que yo era aquella que le rompió el corazón y le hizo tener ganas de hacer esta canción recriminándome que le dejé atrás tan rápido como él se desmoronó.

Le devolví el teléfono en silencio a Martina y después me fui a mi habitación, acostándome en la cama y quedándome en esta en soledad hasta que oyera el timbre que me avisaba de que Mateo ya había vuelto de trabajar.

No Me Llores (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora