23.

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Resoplé mirándome al espejo y terminé por colocarme el pendiente. Agarré mi bolso y me lo colgué, bajando las escalera y luego yendo a la cocina. Terminé de guardar los plato que me faltaban y salí por fin de mi casa.

Era de noche y Neo me dijo el sitio exacto donde podría encontrarles, en la casa de Ysy. Llamé a un taxi y este vino minutos después. Le dije la dirección y me acomodé en el asiento, ya que la casa estaba bastante lejos de la mía.

Apoyé la cabeza en la ventana y suspiré recordando todo el diálogo que me había escrito en un cuaderno ante de venir acá y soltarlo todo. De repente, en mi mene apareció mi conversación con Tomás.

- ¿Estás segura de esto?

- Tengo que hacerlo, imaginate si les dijo.

- Seguramente lo hizo.

- Gracias Tomás, sos realmente un gran amigo y motivas bastante bien.

- ¿Qué? Es la verdad y vos también lo sabes.

- Dios...sólo deseo que esto acabe ya y pueda olvidarlo.

- Nunca lo harás.

- Tomás, te voy a matar.- oí su risa al otro lado de la línea.- Ya sé, ya sé...en realidad sé que tarde o temprano afectará a mi relación con Mateo, pero si le digo...

- Si le dices se monta un quilombo mayor y todo se acaba.

- A veces desearía que Martina tuviera casa propia y así no tuviera que haber ido a la tuya y ahora mismo tendría mejores consejos, la verdad.

- Que linda que sos.- reí levemente.- Lucía, para hacer esto tenés que tener mucha fuerza, ¿La tenés?

- Bueno, si tengo que cagar a piñas a uno lo hago.

- No, no ese tipo de fuerza, me refiero a la mental.- respondió con diversión.- Vas a enfrentarte a tu ex y con el que te has acostado, engañando a tu actual novio, para decirle que no puede decir nada y que es un pelotudo.

-Vaya...no sabía que iba a decir tanto con tan poco escrito en mi cuaderno.

- Lucía.

- Vale, perdón, es sólo que estoy nerviosa ¿Sí? Y vos me ponés más nerviosa aún.

- Todo irá bien, sólo intentá no derrumbarte allá dentro.

- No lo haré.

- Y no bebas alcohol, no queremos más quilombos.

- Te juro que cuando te vea te mataré.- de nuevo, comenzó a reírse ante mi amenaza.

- Lucía, ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Sí, obvio, ya has hecho una pero dale, te doy oportunidad de preguntar otra.

- A veces me pregunto que hice yo para merecer tal pelotuda...

- Tomás.

- Sí, sí...Lucía, ¿Vos seguís queriendo a Mauro?- menuda pregunta, seguro que tiene trampa.

- ¿Queriendo matar o queriendo de querer?

- No, de verdad, ¿Vos sos así de pelotuda o comés cristales?

- No, ni le quiero ni como cristales.

- Está bien...

- Dale, me voy a duchar, chau.

No Me Llores (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora