•SESENTAIOCHO•

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Molly

Me puse de pie para ir detrás de Axel, pero la abuela de él también lo hizo, llamando mi atención.

- Molly, déjame a mí, hablaré con él - asentí levemente con la cabeza y se fue de la sala.

El ambiente era muy incómodo, no quería estar aquí, quería estar al lado de Axel. No sabía cómo retirarme ni a dónde ir, pero agradecí que Marta hubiera aparecido.

- Disculpen, ya están listas las habitaciones - el padre de Axel se puso de pie suspirando.

- Yo me retiro, presiento que mañana será un gran día y necesito descansar - me miró con una sonrisa, pero yo solo estaba sorprendida, no sabía cómo podía actuar tan tranquilamente. - Buenas noches, señoritas.

- Buenas noches - se despidió Keith.

- Buenas noches - susurré y caminé hacia las habitaciones.

- Lléveme un vaso de agua a la habitación y un plato de frutas - le indicó a Marta, y ella asintió con la cabeza.

Marta se retiró, y me giré viendo a Keith, quien se cruzó de brazos y dio unos pasos para acercarse a mí.

- ¿Cómo sabías que vendríamos? - preguntó con su peculiar tono de voz.

- No lo sabía - respondí confundida.

- ¿Entonces qué haces aquí? ¿Aún estás fingiendo ser la novia de Axel? - susurró indignada.

- No estoy fingiendo - afirmé y la confundida ahora era ella - Axel y yo somos novios - su rostro cambió completamente

- No tienes que fingir conmigo. ¿Recuerdas que yo sé la verdad?

- No estoy fingiendo 

- Oh, ya veo. Axel quiere divertirse contigo por unos días, pero luego te dejará. No te preocupes, de todos modos, la pasarás bien - sonrió sínicamente

- ¿De qué hablas? - pregunté olvidando mis nervios.

- Por favor, no me vayas a decir que te creíste el cuento de cenicienta. Eso solo pasa en las películas. Axel quiere divertirse y ya.

- No quiero discutir contigo - suspiré - Si piensas que esto es solo diversión y no quieres creer otra cosa, es tu problema - di un paso para ir a la cocina, pero tomó mi brazo deteniéndome.

- Recuerda de dónde vienes y quién eres. No olvides que este mundo es distinto al tuyo y no te pases de lista - me solté de su brazo y respiré profundo

- Te repito, no discutiré contigo. Lo que pienses de mí es tu problema, sinceramente, no me interesa y tampoco me afecta - suspiré y se alejó de mí cuando se escucharon unos pasos.

La abuela de Axel apareció caminando lentamente, su rostro estaba totalmente triste, reflejaba una mezcla de cansancio, tristeza y dolor, muy distinto a cómo fue la primera vez que la vi.

- Keith, ya es tarde, fue un largo viaje, deberías ir a dormir - le indicó y ella asintió con una sonrisa.

- Eso iba a hacer. Buenas noches, que descansen - se despidió con una amabilidad que hace unos minutos no tenía.

- Querida - miré a la abuela de Axel y agachó por unos segundos su mirada - Trata de hablar con Axel, a mi apenas me quiso escuchar, tal vez a ti sí quiera oírte. No quiero que piense que lo perjudicaré, yo sé lo que hago y por ningún motivo permitiré que él o la empresa terminen mal.

- Esta bien, no se preocupe

- Él me conoce y sabe que no soy estúpida. Dile que recuerde por qué lo puse al frente de la empresa y no a Nicolás. No permitiré que nada malo suceda - asentí levemente con la cabeza - Tal vez un café le vendría bien. Yo iré a descansar y espero que mañana podamos hablar con más calma.

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora