•SETENTA•

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Axel

Corté la llamada después de hablar con Neitan y dejé el celular sobre el velador. Bajé de la cama y caminé hacia Molly, quien estaba en el balcón con uno de sus vestidos antiguos y el cabello suelto.

- Tienes un lindo jardín - susurré al ponerme a su lado.

- Luego te haré un tour por toda la casa - aseguré - Si te quedas aquí, podrás hacer lo que quieras. No pienses que estarás encerrada en la habitación.

– Descuida, me gusta tu habitación – sonrió levemente – Debo hablar con mi madre– bajó la mirada y asentí con la cabeza.

– Vamos, te llevaré a tu casa para que hables con tu madre y puedas traer tus cosas.

– ¿Ahora?

– Sí, tenemos un par de horas antes de ir al orfanato. Solo dame unos minutos para cambiarme – asintió con la cabeza y me acerqué a ella para besar sus labios – No sabes lo feliz que me haces – susurré, haciéndola sonreír.

– Tú me haces más que feliz – respondió y sonreí alejándome de ella.

– Me voy a cambiar, no tardo – asintió con la cabeza y me retiré caminando hacia el clóset.

Tomé uno de los trajes, caminé hacia el baño, me lavé la cara y luego comencé a vestirme.

Después de estar completamente listo, salí de la habitación y me sorprendí al ver la cama hecha.

– No me mires así, es lo mínimo que puedo hacer – se defendió cuando mis ojos se fijaron en ella y caminó hacia la mesa que estaba junto al sofá y tomó la bandeja de anoche – Esto hay que bajarlo y lavarlo.

– Bien, dámelo a mí – caminé hasta ella, pero no dejó que lo tomara.

– Yo puedo, Axel – afirmó caminando hacia la puerta – Tú solo ábreme la puerta.

– Está bien, señorita Molly, y gracias por tu gesto– abrí la puerta y salí detrás de ella.

– Axel, por fin bajas – habló Keith poniéndose de pie apenas nos vio pasar por la sala – ¿Podemos hablar? – preguntó

– Ahora estoy ocupado, saldré con Molly. A la vuelta hablamos – afirmé, caminando hacia la cocina junto con Molly.

– Pero, Axel, es importante. No vine hasta aquí por nada – caminó junto a mi esperando que me detuviera – Créeme que no estaría aquí si no fuera importante.

– ¿De qué hablas? – pregunté confundido – ¿Qué pasó?

– Me gustaría decírtelo en privado, no delante de una mesera – detuve mis pasos de golpe y la miré fijamente.

– Keith - respiré profundo viendo como Molly continuó caminando hacia la cocina - Sé que tú sabes la verdad sobre nuestra relación, pero ahora te informo que esa "mesera", como tú la llamas, es mi novia y no quiero que la trates como si fuera menos que tú o le faltes al respeto – pestañeó un par de veces confundida 

– Axel, ¿es una broma? – preguntó sorprendida – Es tu novia falsa, no me engañes – susurró.

– No, hace mucho que dejamos de fingir, Keith. Espero que lo comprendas y la respetes, de lo contrario, las puertas de mi casa están abiertas para que te retires.

– Por favor, Axel, no hables en serio. Teniendo a tantas pretendientes, no creo que te conformes con algo tan poco y...

– Keith – la interrumpí – Nunca en mi vida había hablado tan en serio. Y si tú no quieres aceptar la realidad, pues no tenemos nada más de qué hablar

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora