•CUARENTAICINCO•

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Axel

- La mesa esta lista – entré a la cocina y Molly se giró para verme

- Y los platos también – levantó ambos platos y sonrió – Vamos

- Después de usted - me hice a un lado para que pasara y la seguí hasta la mesa

- Te ha quedado hermosa - habló mirando la mesa y dejando los platos sobre ella

- Molly, solo he puesto lo básico, no me digas que esta hermosa

- Esta hermosa - aseguró - Solo que te has olvidado de algo, pusiste dos copas y yo no tomo alcohol

- Lo sé, pero cuando comimos langosta bebiste un poco de champagne, no quiero fomentar tu alcoholismo, pero tampoco pierdo las esperanzas de que ahora se te antojé una copa de vino - sonrió negando con la cabeza - Espera - la detuve cuando iba a mover la silla para sentarse - La atención es completa - susurré corriéndole la silla

- Que amable, muchas gracias, señor Axel - tomó asiento y me senté frente a ella

Comenzamos a comer y no dude ni un segundo en alagar la comida que había preparado, no era solo por ser amable, realmente le había quedado muy buena, porque prácticamente yo solo corté las papas y ordené la mesa

- ¿Segura que no lo quieres probar? - pregunté sirviéndome un poco de vino

- Ya lo he probado y no me gusta – desvió la mirada hacia su vaso - ¿Tú no quieres probar el jugo? - negué con la cabeza y me miró por unos segundos

- ¿Qué pasa?

- Nada - miró su comida y sonrió

- Algo estás pensando

- Es que cuando firmé el contrato tu decías que esto era estrictamente laboral, que era un trabajo más y eras muy serio, pero ahora ya nada es así

- Fue tu culpa - levantó la mirada y llevé un poco de comida a mi boca - Era imposible resistirme a ti, Molly Johnson - tomé la copa y la lleve a mis labios - Te juro que lo intente, pero no pude y aquí me tienes - pude sentir sus nervios y sonreí dejando la copa sobre la mesa - No sé cómo lo hiciste, pero lograste conquistarme

Llevé mi mano hasta la suya y la acaricie levemente tratando de que se sintiera cómoda y sus nervios desaparecieran

- Seguramente muchas chicas ya lo habían hecho - murmuró suavemente - Recuerdo perfectamente que en el instituto todas hablaban de ti y en varias ocasiones te vi con ellas

- En el instituto lo más cerca que tenía a las chicas era a un metro, nunca llegue a tener algo con ninguna de ellas, porque no me sentía cómodo y sabía perfectamente que se acercaban a mí por el dinero y fama de mi padre

Fijé mi mirada en la suya y asintió levemente

- Te creo, pero seguramente has tenido más novias y pues has tenido que sentir algo por ellas - negué con la cabeza

- Lamento informarle que no he tenido novia, excepto una novia falsa que ahora está frente a mi - sonrió levemente y alejé mi mano de la suya para apoyarme en el respaldo del asiento - No te voy a negar que he salido con un par de chicas, pero nunca he llegado al punto de pedirles que sean mis novias

- ¿Por qué? - preguntó tomando su vaso

- Porque confiar en una persona es muy difícil, que sea tu novia supongo que significa que confías en esa persona y la única chica en la que confió has sido tú - sonrió y agacho la mirada - Pero ya no hablemos de mí, que hay de ti ¿Cuántos novios has tenido?

- Solo Derek -respondió mirando su comida

- ¿Por qué? - pregunté - En el instituto había más chicos que chicas y de seguro más de uno te interesó

- En el instituto yo solo me fijaba en mis estudios, no quería perder la beca y tampoco sociabilizaba con los demás, supongo que no quería desenfocarme – respondió - En los recreos estudiaba en la biblioteca y cuando terminaban las clases volvía a casa y me juntaba con Dakota y Derek

- ¿Y en tu trabajo? - pregunté - Ahí no debías estudiar, supongo que no estabas enfocada solo en trabajar - soltó una pequeña risa y levantó la mirada

- No, digamos que desde que mi papá se fue, mi confianza por los hombres bajo demasiado siempre trataba de ser lo más cortante, no quería relacionarme mucho con ellos, creo que Derek era con el único chico que hablaba - agachó la mirada y volvió a jugar con su comida - Luego apareciste tú, por alguna extraña razón confío en ti y me siento muy bien cuando estoy a tu lado - susurró haciendo que sonriera

- Brindemos - hablé - Por tu nuevo trabajo y por nosotros

- También por ti, no te darás ni cuenta cuando estés en New York con tu proyecto terminado - tomó su vaso de jugo y lo chocó levemente con mi copa - Salud -susurró

- Salud - ambos bebimos y continuamos comiendo

En lo que llevábamos de la cena, me pude dar cuenta de varios detalles que tenía Molly, por ejemplo, se ponía nerviosa cada vez que la alagaba y agachaba la mirada, pero también en ocasiones tenía toda la confianza del mundo y me contaba historias de su vida muy entretenidas, y su risa, su mirada y su sonrisa eran perfectas.

- Debo admitir que lo mejor de la boda de tu hermana fue verte bailar- me miró con una sonrisa - No quiero burlarme de ti, pero debemos admitir que las clases de bailen no fueron suficientes - se rio y asentí levemente con la cabeza

- La disculpo por sus falsas acusaciones – me puse de pie - Intentémoslo nuevamente y vera que soy el mejor bailarín – tomé mi celular y busqué la música - ¿Desea bailar esta canción conmigo? - pregunté ofreciéndole mi mano y la aceptó poniéndose de pie

- Que buena canción - susurró con una sonrisa al oír la misma canción que cantamos en la playa

- Me recuerda buenos momentos - susurré poniendo una de mis manos en su cintura y acercándola a mi

- A mí me recuerda a un chico - pasó sus manos por mi hombro y respiré profundo sintiendo su aroma

- A mí me recuerda lo que significas para mi

Levantó la mirada y se detuvo acercando su rostro al mío, lentamente juntó nuestros labios y cerré los ojos sonriendo

Su boca sabia al jugo de frambuesa que estaba bebiendo, sus labios son cálidos y suaves, su beso era dulce e inocente, podía sentir sus nervios, pero poco a poco fueron desapareciendo y volví a sonreír apenas nos separamos por falta de aire

- ¿Por qué no te quedas a dormir junto a mí? - pregunté mirándola a los ojos - Aún está toda la ropa que usabas, de seguro hay algún pijama

- Está bien - respondió sonriendo y no dudé en besar sus labios nuevamente

Simplemente me encantaba, su forma de besar era única, su actitud, sus respuestas, su sonrisa, su aroma, su voz, su risa, realmente era increíble y me hacían olvidarme de todo el mundo

- Continuemos bailando - hablé acomodándome cuando nos separamos - Porque si no me separas estaría toda la noche besándote - noté como se puso nerviosa y me encantaba ocasionar eso en ella

- Solo no me pises los pies - susurró feliz.

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora