•OCHENTAITRES•

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Axel

No sé si la pintura era permanente, si estaba vencida, si era a prueba de agua o si era porque ya se estaba secado, pero por más que refregaba mi rostro, aún seguía teniendo la cara de un panda.

Después de refregar varias veces, por fin había logrado quitar un poco la pintura, pero faltaba bastante.

Respiré profundo cuando golpearon la puerta y recordé que no le había pasado las llaves a Molly, tomé la toalla para secarme el rostro y salí a abrir la puerta.

– ¿Con qué me pintaron? – pregunté apenas abrí la puerta y me encontré con Molly y Petter – Desde que se fueron estoy intentando sacármela y no puedo – reclamé.

– Es pintura a prueba de agua – respondió Petter cubriéndose la boca – Por eso papá no deja que la use - murmuró alejándose de mi.

– ¿Qué? – pregunté – ¿Y cómo se supone que me la saque?

– No te preocupes, yo tengo crema en mi bolso, pero déjanos pasar y te ayudamos – habló Molly sonriendo.

– Bien – me hice a un lado y cerré la puerta cuando entraron.

Molly caminó hasta la mesa para dejar la bolsa con la comida y se quitó su bolso apoyándolo sobre la mesa.

– Aquí está – sacó una pequeña crema y me la ofreció.

– Ayudémoslo – habló Petter – Vamos, Molly – tomó mi mano y comenzó a caminar hacia el baño haciendo que Molly nos siguiera.

Soltó mi mano apenas entramos al baño y se agachó un poco para mover un pequeño banco de madera.

– Puedes subirte aquí para alcanzar su cara – le indicó a Molly – Yo los esperaré en el comedor.

– Hey, claro que no – lo detuve – Tú lo que quieres es ir a comer sushi – afirmé y sonrió – No lo harás hasta que mi cara esté limpia.

– No comeré – se defendió – Solo iré a ver qué tal están – susurró.

– Olvídalo, te quedas aquí.

– Okey – suspiró – Entonces iré a poner una película, prometo que no comeré ni tocaré nada.

– Promételo.

– Lo prometo – habló algo molesto y salió del baño reclamando en voz baja.

– No te preocupes, no tardaremos – miré a Molly quien dio unos pasos para subirse al banco y estar a mi altura.

– Estás alta – miré su rostro y sonrió echando un poco de crema en sus manos.

– Cierra los ojos – respiré profundo y le hice caso.

– Huele muy bien – aseguré cuando sus dedos comenzaron a esparcir la crema por mi rostro y sentí el olor a fresa – Huele a ti – sonreí respirando profundo.

– Lo siento, no sabía que la pintura era a prueba de agua, pensé que saldría fácil.

– Descuida, luego llegará la venganza.

– ¿Venganza? – preguntó – Estamos a mano por tirarme a la piscina con el agua casi congelada – recordó y solté una risa.

– Eso ya lo arreglamos ¿O ya olvidaste que te quité rápidamente el frío? – pregunté haciendo que detuviera sus dedos – Porque yo no olvido la casi ducha que nos dimos – abrí mis ojos, pero desvió la mirada echando más crema en sus dedos.

– Cierra los ojos – no alcancé a protestar, porque llevó sus manos hacia mi rostro y cerré los ojos antes de que pusiera crema sobre ellos.

– ¿Nerviosa, señorita Molly? – pregunté sonriendo y llevé mis manos a su cintura.

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora