•CIENTO TREINTA Y TRES•

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Molly

Abrí mis ojos cuando escuché unos murmullos, miré a mi alrededor recordando dónde me encontraba, intenté levantarme un poco para frotar mis ojos y ver hacia la entrada.

Axel estaba conversando junto a mi madre, pero se detuvieron y se acercaron a mí apenas me vieron.

– ¿Cómo te sientes? – preguntó mi madre.

– Bien – respondí respirando profundo y me fijé en Axel – ¿Cuánto dormí? – pregunté confundida.

– Como cinco horas, pero el doctor dijo que es normal por la medicina que te dieron – respondió sorprendiéndome, ni siquiera las había notado – La enfermera llegó una hora después de que te dormiste y no dejó que durmiera a tu lado – suspiró buscando mi mano – Pero estuve aquí todo el tiempo – sonreí y busqué los ojos de mi madre.

– ¿Y Sophie? – pregunté mirando a su lado – ¿No la has traído?

– Aún no – respondió bajando la mirada.

En el fondo no solo quería ver a Sophie, también quería ver a mi padre, pero no sabía cómo pedirle a mi madre que él también viniera a verme.

– ¿Ocurre algo? – pregunté al ver que a pesar de que yo estaba bien, sus ojos no estaban felices del todo – Mamá ¿Sophie está bien? – pregunté preocupada, pensando que quizás Sophie había tenido alguna recaída de su enfermedad o algo le sucedió.

Era extraño que no estuviera aquí, no quería pensar que mi padre no quería traerla o quizás él no quería verme.

– Sí, ella está bien – respondió y levantó la mirada hacia Axel.

– ¿Y mi padre? – pregunté directamente.

– Hija – susurró bajando la mirada – Hay algo que no te hemos dicho.

– ¿Qué pasó? – pregunté sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo.

– Yo no fui a buscarte solo – respondió Axel – Fui con tu padre – afirmó mirando levemente a mi madre como si le pidiera permiso para hablar – Cuando llegamos, Derek estaba armado y cuando intentó dispararme, tu padre se interpuso – inconscientemente bajé la mirada y mis dedos apretaron los suyos levemente.

– ¿Él está bien? – pregunté sintiendo cómo mi corazón aumentó sus latidos.

– Ayer lo operaron y todo salió bien – respondió mi madre – Pero aún no despierta y los doctores solo esperarán hasta mañana, si no despierta tendrán que inducirlo a un coma.

– ¿Está aquí? – pregunté y ambos asintieron levemente.

– Por eso aún no he traído a Sophie, ella no sabe lo que le sucedió a Daniel, no he podido decirle – la miré por unos segundos, pero luego desvié la mirada pestañando un par de veces para evitar que mis ojos se cristalizaran.

– ¿Puedo ir a verlo? – pregunté.

– La enfermera ha dicho que en un momento debes comer la cena y...

– Por favor – la interrumpí – Quiero verlo – no esperé su respuesta y me bajé rápidamente de la cama.

Me puse de pie, pero me senté al marearme.

– ¿Estás bien? – preguntó Axel preocupado – Molly no...

– Sí, estoy bien – lo interrumpí sintiendo cómo mi corazón latía más de lo normal, pero eso no me impidió pararme nuevamente, aunque me aferro a su brazo cuando todo comenzó a dar vueltas.

– Molly... – alcancé a escuchar antes de que mis ojos se cerraran y perdiera toda la fuerza de mi cuerpo.

Abrí mis ojos mirando el techo de la habitación, nuevamente estaba acostada en la cama y apenas intenté sentarme, la voz de Axel me detuvo.

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora