•CINCUENTAICINCO•

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Molly

Terminamos de comer y Axel insistió en pagar el desayuno, pero la chica no se lo permitió, así que solo aceptó la propina. En realidad, pensé que lo correcto era que pagáramos lo que habíamos comido, pero se notaba que Axel había ayudado mucho a esta cafetería y en agradecimiento no quisieron cobrarle.

— ¿Ahora a dónde vamos? — pregunté cuando salimos

— ¿Vas a seguir preguntándome? — sonrió y asentí con la cabeza — Pierdes tu tiempo, Molly. No te diré hasta que lleguemos

— ¿El lugar al que vamos también es tuyo? — pregunté — O sea, ¿Tu empresa también está encargada de financiarlo, administrarlo y todo eso? — asintió levemente — Vale, tengo un largo camino por delante para adivinar — sonreí y me abrió la puerta del auto

Antes de entrar, di un paso hasta él, miré sus labios y los uní con los míos. Sentí cómo sonrió y luego siguió el beso. Extrañaba demasiado sentir cómo nos transmitíamos todo a través de un simple beso.

— Creí que aún estabas molesta — susurró con una sonrisa una vez que nos separamos

— No me lo recuerdes — respondí y no dudó en unir nuestros labios nuevamente

No puedo explicar cómo Axel me hacía sentir tantas cosas. Era la primera vez que me sentía tan completa junto a alguien. Realmente me agradaba esta sensación, y estaba segura de que él sentía lo mismo que yo

Nos separamos lentamente y nuestras miradas se conectaron. Sus ojos brillaban como si fuera la primera vez que nos besábamos. Sonrió y luego besó mi frente, acariciando tiernamente mi rostro con sus dedos

— Vamos, o llegaremos tarde y no alcanzaremos a hacer todo lo que tengo planeado — habló feliz, y me di la vuelta para subir al auto

Cerró la puerta y caminó para subirse a mi lado. Me abroché el cinturón y lo miré mientras él también lo hacía

— ¿Vamos a almorzar en un restaurante? — pregunté, pensando en los locales que la empresa de Axel manejaba

— Creo que sí — respondió, saliendo del estacionamiento — Pero esa no es la sorpresa principal

— ¿Me llevarás a alguna pastelería o algo relacionado con eso? — negó con la cabeza — ¿Vamos a un hotel?

— Eso no está dentro de la sorpresa, pero si quieres ir a uno, puedo incluirlo — respondió con una sonrisa

— ¿Vamos a un establo? — pregunté, ignorando su respuesta, y volvió a negar con la cabeza — ¿Vamos a la playa? Escuché que tu empresa financia el comercio en la playa que está a dos horas de la ciudad — me miró con una sonrisa y asintió lentamente con la cabeza — ¿Iremos a la playa?

— Podríamos pasar por ahí, no es mala idea — respondió — ¿A dónde te gustaría ir? Para ver si es la sorpresa o si puedo incluirla — preguntó

— A ningún lugar en especial — respondí — Y a ti, ¿a dónde te gustaría ir? Si me llevas a algún lugar, supongo que tiene algo especial para ti o te gusta estar allí — me miró sonriendo y afirmó lo que le dije

— Así es, pero no te lo diré — iba a reclamar, pero mi celular comenzó a sonar

— Es mi madre — susurré y contesté la llamada. — Mamá

¿Hija, dónde estás? — preguntó — ¿Saliste temprano?

Sí, Axel pasó por mí. No te avisé porque no quería despertarte.

¿Tan temprano? ¿Para qué?

Para... — me quedé callada por unos segundos. Mi madre no sabía que me había molestado con Axel y yo tampoco sabía a dónde íbamos

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora